En 2009 nacía Omegle, un curioso servicio gratuito en el que era posible conocer a gente a través de Internet mediante videollamadas aleatorias que conectaba a usuarios desconocidos a lo largo de todo el mundo.
La idea pronto se convirtió en un éxito llamando la atención de internautas de todo el globo, sin embargo, como suele ocurrir con cualquier servicio que se populariza, pronto empezaron a multiplicarse los casos de gente que lo utilizaba con fines sexuales o directamente delictivos. Dado que su uso no estaba restringido a menores, gran parte de los esfuerzos de la moderación del sitio estaban destinados a intentar detectar y prohibir este tipo de comportamientos, hasta hoy.
Su creador, Leif K-Brooks ha decidido dar carpetazo a la plataforma que creó con 18 años y ha anunciado el cierre del servicio. Las razones están directamente relacionadas con el mal uso que se ha dado a la plataforma, asegurando que el estrés y gastos que le genera luchar contra el uso malintencionado de la plataforma ha hecho que no le compense mantenerla.
En el comunicado publicado en la web de omegle, su creador asegura que ha estado luchando activamente contra estos usos malintencionados, incluyendo el desarrollo de una IA, pero que en los últimos años ha notado un aumento significativo de ataques hacia su plataforma y servicios similares debido a la polarización de la sociedad.
K-Brooks asegura que creó omegle para aprovechar las posibilidades que daba Internet para poder conocer gente o hablar sobre cualquier tipo de tema con personas de todo el mundo, algo que hoy en día, asegura, está siendo atacado poniendo como excusa el mal uso que le da una pequeña parte de sus usuarios.
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