Intel solo entiende al overclocker como una máquina de hacer billetes
Overclocking en los inicios
Supongo que el overclocking es algo intrínseco del PC, presente desde sus inicios, aunque yo mi primer recuerdo en el mundo del overclocking lo experimenté con los primeros 486 de Intel. Por aquel entonces, mediante jumpers, era posible cambiar el multiplicador y el bus frontal de algunos modelos, en algunas placas base.
Por supuesto no había nada específico para overclocking, ni tan siquiera disipadores, fue con el tiempo cuando empezaron a verse soluciones térmicas adecuadas para estas prácticas. Al principio era una forma de abaratar el coste del PC, que eran mucho más caros, haciendo que tu procesador de gama baja trabajara como uno de gama alta. Suponía una gran diferencia de rendimiento.
Quizás es solo mi impresión, pero ahora el overclocking no es más que parte del postureo moderno. Una forma de vender y comprar cosas que no necesitamos y también un hobby entretenido para muchos. Lo que está claro es que ya no es la diferencia que se marcaba antaño.
Precisamente este ahorro que suponía fue lo que le dio notoriedad al overclocking y con la notoriedad vino la preocupación de los fabricantes de procesadores. Que dejes de vender gama alta te reduce puntos de la cuenta de resultados.
Tanto ahora como antes un procesador tiene dos modos principales de overclocking, multiplicador y bus, y una forma fácil de limitar su potencial, bloqueando el multiplicador. Subir el bus se traduce siempre en diversos efectos secundarios con los que hay que lidiar, como la gestión de buses secundarios, aumento de temperaturas en otros componentes, etc.
Intentos de bloqueo total y aprovechamiento comercial
Con los procesadores de Intel, y el overclocking, pasaba como con cada Windows y el cine y la música pirata. Cada generación iba a estar completamente capada (desde Windows 98 llevan algunos con la misma cantinela). Lo cierto es que Intel lo estuvo pensando en más de una ocasión y ya los primeros Pentium 3, incluso los extravagantes modelos de slot 1, empezaron a venir con el multiplicador bloqueado.
Con esta medida ya a los usuarios solo nos quedó buscar los procesadores que admitieran los mejores rangos de frecuencia de bus frontal. La velocidad de un procesador, al menos hasta ahora, viene marcada por algún bus que se multiplica de forma interna hasta lograr la frecuencia final. El siguiente paso que pensó Intel pasaba por bloquear los buses del procesador. A día de hoy esto es así, buses y multiplicadores bloqueados, o limitados, ya sea a nivel de procesador o de bios de placa base.
Pero por el camino alguien tuvo una idea genial en Intel para contentar a los usuarios que ya no entienden la informática personal sin el overclocking y a la vez una fuente de aumentar los beneficios de ciertas gamas de producto. Llegan los procesadores Extreme y después las series K. Procesadores con multiplicadores liberados, o casi liberados (algunos tenían limitaciones de multiplicador máximo o ahora usan compuestos de transferencia de baja calidad como otro modo de contención) tanto para ordenadores sobremesa como para portátiles. La gama alta de procesadores domésticos de Intel, y buena parte de procesadores Xeon, son en buena medida comprados por overclockers, gamers y gamers overclockers.
Con ellos llevamos varias generaciones conviviendo, perdí la cuenta hace tiempo. Pero con la incorporación de Skylake se volvió a prometer mas soltura en el bus principal que da forma a la frecuencia final del procesador, el BCLK, y con ello nuevas esperanzas de recuperar un preciado tesoro como es la libertad completa de configuración de overclocking en procesadores Intel: bus y multiplicador. Lo que no esperaba Intel es lo que ha ocurrido después.
Overclocking de los Skylake no “K”
Que Intel diera más libertad de overclocking a los nuevos procesadores Skylake, con más independencia del BCLK de otros buses secundarios, no estaba pensado para chipsets que no fueran de la serie Z y procesadores que no fueran de la serie K. Los fabricantes de placas, sin embargo, no entendieron lo mismo y hace algunas semanas pudimos ver las primeras bios pensadas para el overclocking de procesadores convencionales en chipsets económicos.
La comunidad de overclockers, sin más intención que la mera experimentación y curiosidad, se lanzó de cabeza a probar estas placas y a experimentar con procesadores convencionales.
El overclocking vuelve a permitir tener un PC de juegos de alto rendimiento por un precio mucho más económico de lo que Intel entiende como procesador para jugadores o entusiastas del overclocking. No solo hace que podamos tener un procesador económico para overclocking, más allá del Pentium G3528 de hace un par de años (como conmemoración de los 20 años de la marca), sino que devuelve a los overclockers a alegres tiempos pasados donde todos disfrutábamos con nuestros Celeron 600 a 1200MHz.
Todos los fabricantes, no importa quién fue el primero (a mí por lo menos no), se afanan por actualizar sus bios de sus placas de chipset más económicos (B110, H170, H110, etc.) para competir en el nuevo campo de batalla del overclocking de procesadores convencionales. Nuevamente llega la notoriedad, y la notoriedad no gusta.
La ultima jugarreta que está al caer
Intel domina el mercado de los procesadores con una cuota que casi da miedo mencionar, 98% de cuota de mercado a finales de 2014. Pone los precios que quiere, y la gente los paga. Vende procesadores con un 5% más de rendimiento que la generación anterior, y la gente se cambia a ellos.
Supongo que para un ejecutivo de ventas de Intel los overclockers somos peligrosos. Gente que hace ahorrar a ellos mismos y a los demás subiendo 100MHz aquí y allá. Son también los que compran esos procesadores de serie K pagando 100, 150 o cuantos Euros sean necesarios. Si se pueden comprar un Core i3, de 130 Euros, ya no nos comprarán el Core i7 de 400 Euros. Qué tontería más grande.
Ahora ya conocemos con certeza lo que todos sabíamos que iba a pasar. El primer fabricante, uno conocido, pero de los pequeños, es forzado “voluntariamente” a actualizar las bios de sus placas. La corrección es voluntaria, según Intel. Pero supongo que también es voluntario que Intel les siga proveyendo de chipsets a tiempo, para llegar a las fechas de lanzamiento, para preparar sus próximos diseños, o de fondos de marketing.
La excusa, como no, la seguridad del usuario. Las garantías. No creo que nadie haga overclocking de un Core i3 sin querer. Creo que incluso cualquier overclocker que se precie de serlo no tiene problema en que Intel le deniegue la garantía de su procesador si este se daña. El overclocking no se hace mirando el soporte. Se hace o no se hace, porque ya no es una necesidad sino una afición, un desafío.
Cuando uno domina un mercado nada de lo que les sucede a sus clientes es voluntario. Por eso lo mínimo que debemos exigir es que Intel sea sincera con sus clientes. No quieren overclocking en sus modelos mas básicos porque creen que eso afectará a la cuenta de resultados. Una soberana estupidez.
Lo peor de todo es que no tenemos opción a donde dirigir nuestra indignación como clientes, la realidad es la que es. Solo nos queda la esperanza de que algún día podamos, fabricantes de placas base y clientes finales, tener una opción de compra satisfactoria que haga a Intel reconsiderar el trato que nos merecemos.