El Mate 30 sufrirá las consecuencias del veto a Huawei
El veto a Huawei por parte de la administración Trump es una realidad que la marca y el propio gobierno de EE. UU. han querido mitigar mediante moratorias sobre la comercialización de productos de Huawei, pero estas moratorias, prorrogadas estos días atrás por un periodo de otros tres meses adicionales, solo afecta a soporte y contratos ya existentes entre empresas afincadas en EE. UU. y la propia Huawei. ¿Pero puede esto afectar al Huawei Mate 30?
La cuestión es que esta moratoria no incluye nuevas operaciones, o posibilidad de licenciar nuevas tecnologías, todo debe estar delimitado en tiempo y forma y cada operación es vigilada por el Departamento de Comercio, que es una entidad federal. ¿Por qué nos afecta esto a todo el mundo?
Porque el veto de comercialización se extiende a cualquier colaboración con la marca de cualquier empresa que opere en EE. UU. y no ejecutar la sanción puede llevar por el mismo camino a cualquier otra empresa lo que les cerraría completamente el mercado americano. Esto además tiene consecuencias penales para los directivos de las empresas que se aventuren a arriesgarse a seguir tratando con una empresa sancionada.
Es por ello por lo que no solo empresas americanas han dejado de trabajar con Huawei, sino que cualquier otra con intereses en este mercado lo ha hecho o lo hará en cuanto se acaben sus contratos actuales con la marca china, lo cual, según explicamos a continuación, tiene sus primeras consecuencias en el próximo buque insignia del gigante chino, el Mate 30, que se presenta el 19 de septiembre en Munich.
En cuanto a Android la situación puede ser algo confusa para el común de los usuarios de este sistema operativo. Android es un sistema libre de código abierto basado en un kernel de Linux que cualquiera puede utilizar y modificar siempre y cuando mantenga este tipo de licencia para que otros puedan hacer lo mismo con sus modificaciones si así lo ven conveniente.
Esto significa que Huawei puede seguir utilizando Android puesto que Google no es quien para licenciar este sistema operativo y podrá seguir haciéndolo mientras que Google mantenga este sistema operativo y este siga basado en otros desarrollos de código abierto. En definitiva, Huawei no tiene porque dejar de usar Android, ni ahora ni el futuro, aunque el veto siga presente.
¿Dónde está entonces el problema? En que Huawei no podrá licenciar las aplicaciones de Android soportadas por Google y por tanto no tendrán a acceso a aplicaciones, algunas, que forman el núcleo duro de funcionalidad de Android. Podemos nombrar algunas como la Play Store, Gmail, Maps, el asistente de Google, Chrome, y un largo etcétera.
Estas aplicaciones no harán inservible el terminal y de hecho podemos instalarlas nosotros mismos con el paquete “gapps” así que tampoco seria tan critico para disfrutar de todo lo que conocemos como ecosistema Android, al menos no para los usuarios con conocimientos mínimos sobre el sistema. Al fin y al cabo tenemos que tener en cuenta que en China, el mercado principal de Huawei, los servicios de Google están censurados desde hace años y todo terminal que se vende en el país, sea Huawei o no, viene sin servicios de Google.
Sabemos, confirmado por este mismo medio con diferentes fuentes, que el Mate 30 no vendrá equipado con las aplicaciones oficiales de Google aunque su instalación sera realmente sencilla y accesible a cualquier usuario. El Huawei Mate 30 vendrá equipado con Android 10, la versión más reciente del sistema, y usar los servicios de Google sera a opción del cliente.
Lo que nos falta por saber es la forma en que Huawei facilitará la instalación de las aplicaciones y servicios de Google. Una idea sería que en el proceso de primer arranque del terminal dieran la opción de descargar e instalar las aplicaciones y servicios de Google. De esta forma mitigarían en gran medida el problema y sería el usuario el que decide instalarlo y aceptar las licencias de uso de dichos servicios y apps. El 19 de septiembre conoceremos la solución tomada por Huawei para el Mate 30.
Estos meses siempre se ha hablado mucho de lo que significa el veto de Google a Huawei y de las alternativas que la marca estaba desarrollando o intentando implantar para superarlo, incluido su recién presentado HarmonyOS para electrónica de consumo, pero lo cierto es que el problema mas importante, al menos para sus intereses en mantenerse como una marca puntera en smartphones, está en la cancelación de contratos de ARM en base también al veto estadounidense.
ARM es una empresa del Reino Unido, por ahora de la Unión Europea, pero sus grandes intereses en EE. UU. les hizo ser de los primeros en anunciar la cancelación de nuevos contratos o licencias de su tecnología a Huawei. Huawei puede seguir fabricando procesadores en base a los diseños de ARM que ya tienen adquiridos, pero no pueden acceder a nuevas licencias sobre nuevas arquitecturas y los primeros efectos los estamos ya viendo en la presentación del Kirin 990 hace tan solo unos días.
Desde hace meses ARM tiene los diseños del Cortex-A77 y del Mali-G77 a disposición de sus clientes (lanzan nuevos diseños cada año), Samsung lo usará en el Exynos 980 a partir del año que viene tambien es cierto, pero curiosamente Huawei, que siempre se ha caracterizado por integrar en sus procesadores de cada generación los diseños mas avanzados de ARM, se ha tenido que conformar con potenciar todo lo posible el diseño del Cortex-A76 (CPU) y el Mali-G76 (GPU) integrando su propia solución 5G en el mismo encapsulado.
El Cortex-A76 se presento oficialmente el 27 de mayo de 2018, el Kirin 980 con esta IP de ARM se comercializó por estas mismas fechas equipando al Mate 20. Este año el Cortex-A77 se presento el 31 de mayo, una fecha similar, pero el Kirin 990 no vendrá equipado con esta última variante de diseño de ARM. Sin embargo, el Kirin 970, que dio vida a la primera generación Mate de Huawei hace dos años, uso un diseño Cortex-A73 de 2016, justificando Huawei en una mejor aprovechamiento del cambio de proceso de fabricación a 10nm con esta arquitectura. Prácticamente la misma situación que tenemos actualmente con el Kirin 990 que se integrará en los nuevos Huawei Mate 30.
Huawei ha dado razones bastante plausibles de sus razones para no usar el Cortex-A77 como que los procesos actuales no se adaptan del todo bien a este diseño y las frecuencias no escalan adecuadamente y ademas ahora los fabricantes se afanan por integrar el módem 5G en el SOC para optimizar sus diseños y costes. Otras fuentes de la industria consultadas por este medio confirman que no es ahora el momento del Cortex-A77, que llegará en 2020, así que quizás Huawei este siendo completamente sincera y realista en cuanto a la integración del Cortex-A77 en el Kirin 990.
Sea como fuere esta claro que si Huawei no sale del veto pronto se encontrara con problemas para disponer de los procesadores mas potentes para sus productos de gama alta y puede que por ahora la situación no sea tan critica, pero lo sera en un futuro muy próximo si la solución no se solventa a beneficio de todos puesto que Huawei ha sido uno de los revulsivos del mercado móvil en los últimos años.
Las diferencias entre el Cortex-A76 y el Cortex-A77 no son grandes, ambos siguen siendo procesadores ARMv8.2 pero precisamente por esto su incorporación a los diseños no debería haber sido ningún problema para HiSilicon, la división de procesadores de Huawei, añadiendo fácilmente un 20% de rendimiento a la CPU con técnicas mas avanzadas de control de consumo y eficiencia que darán vida a una nueva generación de procesadores como el próximo Qualcomm Snapdragon 865.
Si, como parece, Huawei ya no tiene licencia para las nuevas IP de ARM entonces su única solución para el Kirin 990 que llevará el Huawei Mate 30 es la que han tomado, optimizar los diseños para los que si tienen licencia. Aumentar las frecuencias de trabajo, a cuenta de la autonomía, y mejorar los procesos de fabricación, que no depende de ellos, para poder conseguir precisamente esos aumentos de frecuencia.
En dos generaciones, siguiendo con los diseños ARM de que disponen, Huawei no podrá tener en el mercado ningún procesador que pueda competir con los de su competencia que usen los diseños mas modernos de ARM. Tampoco en China, que se ha convertido su feudo patriota.
Huawei tampoco podrá comprar procesadores ARM a otros fabricantes, como Mediatek, Qualcomm o Samsung porque estas empresas se arriesgarían a las mismas consecuencias de llevarlo a cabo. A Huawei solo le queda la opción de pasar a otras arquitecturas que no estén desarrolladas por empresas de EE. UU.
Solo tiene dos soluciones plausibles a día de hoy, MIPS ISA y RISC-v. La primera esta en fase de convertirse en la primera arquitectura de procesadores “open source” ya que su empresa matriz, Wave Technologies pretende liberar su IP a bien de que otros puedan darle el impulso técnico que necesita para competir con procesadores modernos.
Sin embargo, los procesadores disponibles hasta ahora son de 32-Bit, de escaso rendimiento comparados con otros procesadores que encontramos en el mercado, y requerirá de un gran esfuerzo de desarrollo e ingeniería por parte de Huawei, sería prácticamente como empezar de cero.
Se calcula que Huawei no tendría nada decente en MIPS hasta 2025-2026 y por tanto tendría que vivir de sus actuales licencias ARM mas de seis años, algo que les dejara con productos de gama baja en el mejor de los casos.
La otra alternativa de Huawei es RISC-v, otro desarrollo abierto que ha traído mucha atención en los últimos meses sobre todo en ciertos ámbitos de ingeniería, pero lo cierto es que tampoco hay diseños competitivos al alcance de la mano en esta arquitectura así que el camino para disponer de un procesador potente basado en esta arquitectura seria tanto o mas largo que con MIPS.
En definitiva, el gran problema de Huawei no es Google, otros lo han evitado antes, como Amazon con sus dispositivos Fire. El gran problema de Huawei será su incapacidad para disponer de arquitecturas de microprocesador a la altura de lo que los usuarios demandan y a la altura de lo que ellos, y otros, nos han hecho demandar. En cuanto al sistema operativo realmente el mal es menor y creo, sinceramente, que Huawei no encontrará ningún problema de mantenimiento y desarrollo de sus dispositivos, como el próximo Huawei Mate 30, sin necesidad del soporte oficial de Google.