Intel y NVIDIA pactando contra AMD, ¿Realidad o Teoría Conspiratoria?
Recientemente ha salido a la luz el rumor de que Intel y NVIDIA habían pactado dificultar la proliferación de portátiles con CPU AMD Ryzen serie 4000 que integren tarjetas gráficas con chip RTX 2070 o superior. La realidad de hecho ha sido que ninguna marca conocida ha presentado producto alguno durante el año pasado que combine una CPU de AMD serie 4000 con una RTX 2070 o RTX 2080, y durante meses nos hemos estado preguntando a qué puede deberse.
Existen otros factores que además contribuyen a darle credibilidad al asunto:
AMD es la única marca de semiconductores en el mundo con productos competitivos y de alto rendimiento tanto en CPUs como en GPUs de PC. Esto la convierte en un competidor y una amenaza tanto para Intel como para NVIDIA. Por si esto fuera poco, Intel ha perdido el liderazgo en los procesos de fabricación de semiconductores y se encuentra en una situación en que AMD le va comiendo cuota de mercado en todos los segmentos: sobremesa, servidores, workstation y con la serie 4000 también en portátiles.
Sin duda a Intel no le iría mal que AMD tuviera cualquier tipo de dificultad en el mercado. Por otro lado, sabemos que NVIDIA hecho prácticas de dudosa ética en el pasado, como demostró la polémica con el programa GPP. Por tanto para muchos no es descabellado pensar que si NVIDIA pudiera obtener algún tipo de beneficio de un pacto así con Intel, tal vez se tirarían a la piscina.
Sin conocer realmente lo que ocurre en el mercado de los portátiles y en las relaciones entre marcas de portátiles y los proveedores de chips y soluciones como AMD, Intel y NVIDIA, resulta fácil asumir y creernos la teoría de que ha habido un pacto. Y, por qué no decirlo, a todos nos encanta ver reflejado en el mundo real la historia de David contra Goliat.
El tema es que por muy factible que nos parezca que haya ocurrido, no lo convierte en realidad. Además, tenemos que partir de la base de que PurePC, el portal que ha desvelado la información no ha aportado ninguna prueba ni fuente que demuestren sus afirmaciones y se ha limitado a decir que se lo ha contado un pajarito.
La realidad es que el mundo de los portátiles es mucho más complejo de lo que parece. Las interacciones entre los fabricantes de chips y los fabricantes de portátiles van muchísimo más allá que ser un mero proveedor de chips. Y una vez entiendes su funcionamiento y la situación del mercado, resulta obvio que no es necesaria una conspiración entre Intel y NVIDIA para que no haya habido portátiles gaming de alto rendimiento con CPUs AMD Ryzen 4000.
Antes de lanzarme a explicar los distintos argumentos en los siguientes apartados, quiero dejar constancia de que hemos contactado con Intel, NVIDIA y la propia AMD antes de publicar este artículo.
¿Qué dice Intel? Copiamos textualmente su comunicado oficial:
"Estas alegaciones son falsas y no existe tal acuerdo. Intel está comprometida con llevar a cabo sus negocios con integridad y profesionalidad sin concesiones."
¿Qué dice NVIDIA? Copiamos la traducción de su comunicado oficial:
“Las alegaciones no son verdaderas. Los fabricantes de portátiles son los que deciden sobre la configuración de los equipos, seleccionando la GPU y después CPU con la que emparejarla. Soportamos tanto Intel como AMD en toda nuestra gama de productos.”
AMD ha preferido no comentar al respecto.
En cualquier caso, las marcas de semiconductores son empresas tremendamente burocráticas y sus departamentos legales tienen que evaluar cada cosa que hacen y cada cosa que dicen. Todo lo que se salga de lo que sus departamentos legales les hayan dicho que pueden hacer o decir, simplemente no entran a comentarlo.
Podemos asumir también que en caso de que el pacto hubiera existido, nunca lo hubieran admitido y probablemente el comunicado hubiera sido el mismo. En cualquier caso, eso no demuestra que haya existido tal pacto.
Así mismo, hemos contado con información de ingenieros responsables de desarrollar portátiles en ASUS y MSI, a los cuáles he consultado expresamente para este artículo.
Fabricar un portátil es muy diferente a hacer sobremesas por componentes.
Cuando Intel o AMD desarrollan una nueva plataforma de sobremesa bajo la especificación ATX (chipset + CPU), dan unas especificaciones eléctricas para integrar el chipset, proporcionan el propio chipset, dan un listado de componentes necesarios y hasta dan a las marcas de placas base un diseño base desde el que partir, siempre respetando las reglas del formato estándar ATX, creado por Intel en 1995.
Del mismo modo, a los fabricantes de soluciones refrigeración para CPUs de sobremesa se les da un TDP y unas especificaciones del socket al que anclar la refrigeración.
Con todo eso hay más que suficiente, el que monta el PC pone una fuente de alimentación bajo el mismo estándar ATX que pueda con todo, un disipador compatible con la CPU y listo. No es nada complejo montar un PC que no dará ningún problema. Las marcas de PCs integran los componentes fácilmente desde cero y montan un PC de sobremesa que venden entero, o bien tú mismo compras los componentes y te montas el PC en casa sin necesidad de ser un ingeniero ni tener conocimientos avanzados en informática y electrónica.
Poner a la venta un portátil sin embargo es otra película. Tienes un espacio reducido en el que encajar todo, unas bisagras, una pantalla, altavoces, teclado (muchos con iluminación) y trackpad que gestionar. Tiene que poder dar el máximo al trabajar conectado a la corriente y dar un buen rendimiento al trabajar solo con la batería, pero sin drenarla de inmediato. Tiene que disponer de distintos modos de gestión de batería en función de las necesidades y nutrir los distintos componentes, incluyendo CPU, tarjeta gráfica, pantalla, etc. de forma apropiada.
Cada portátil además es distinto. Tenemos portátiles pequeños y finos, portátiles grandes y potentes, portátiles gaming robustos, portátiles que están optimizados para dar más de 10 horas de batería con un uso intensivo, portátiles con más de 1 pantalla, etc. Para colmo ahora se busca crear portátiles híbridos, que sean compactos y que den buena autonomía y además se puedan usar para tareas de alto rendimiento o jugar a juegos exigentes.
Los dos mayores retos a la hora de crear un portátil son la gestión eléctrica y la refrigeración, en ese orden. Ambos retos están directamente relacionados con el chipset, la CPU y la GPU (en aquellos portátiles que tengan tarjeta gráfica dedicada).
Todo esto significa que las marcas de portátiles tienen que trabajar con el fabricante de la CPU y la GPU estrechamente modelo a modelo para configurar correctamente el producto entero a fin de suplir las necesidades del tipo de usuario al que va destinado el portátil y el tipo de características y requisitos con el que ha de cumplir.
El trabajo de NVIDIA con las marcas de portátiles en este aspecto se dedica casi exclusivamente a portátiles gaming, que son los que integran sus GPUs más complejas. Sin embargo, las CPUs de Intel están en portátiles de muchísimos segmentos de todo tipo que nos podamos imaginar. Además, Intel no solo provee la CPU, también provee el chipset y en la mayoría de los casos la solución de conectividad WiFi.
Todo esto supone que Intel debe tener unos ingentes recursos dedicados a dar soporte a las marcas de portátiles, configurar y pulir cada producto para que el resultado sea de acorde a lo deseado.
La realidad es que AMD no ha llegado al segmento de portátiles de alta gama hasta la serie 4000 y en el momento de lanzarla sin lugar a dudas no tenía los recursos (de personal y físicos) necesarios para dar soporte a las marcas de portátiles de la misma forma y envergadura en que lo hace Intel. Esto puede generar cierta desconfianza para el fabricante de portátiles que depende en gran medida de que el proveedor de la plataforma principal (AMD o Intel) te ayude a configurar y pulir el producto.
Esto no significa que un portátil basado en AMD sea peor, pero sí con toda certeza es una de las razones por las que han salido muchos menos modelos basados en AMD que en Intel durante 2020. Además, estoy convencido de que AMD, (igual que Intel) prioriza la calidad por encima de cantidad. De esta forma al tener menos recursos han preferido desarrollar con los fabricantes menos modelos de portátil, pero asegurándose de que los pocos que salgan estén bien hechos y optimizados. Lo que en jerga de la industria se le llama “Design Win”. Un buen ejemplo son los fabulosos G14 de ASUS, Lenovo Yoga Slim 7 y MSI Bravo 17.
Si llevamos este argumento un paso más allá tendría sentido pensar que AMD haya decidido centrar los recursos de soporte a fabricantes que disponía en segmentos de altos volúmenes de venta para ganar cuota de mercado más rápido. Esto dejaría fuera a los portátiles con tarjetas gráficas de alto rendimiento como las RTX 2070 o RTX 2080, que tienden a tener un coste más alto, una complejidad de desarrollo mucho más alta y menor volumen de venta. En otras palabras, que es probable que haya sido la propia AMD la que ha tomado la decisión de no desarrollar portátiles con RTX 2070 y RTX 2080. Es algo que nunca sabremos y sin duda AMD nunca lo reconocería.
Desarrollar un portátil es una apuesta arriesgada para cualquier fabricante. Por una parte, tienen el coste de ingeniería al desarrollar un producto tremendamente complejo meses antes de lanzarlo. Por otro lado, tienen el coste de los componentes que tienen que comprar de antemano. Cuando has de hacer una apuesta tan arriesgada, es importante tener la confianza de que el producto venderá.
Intel lleva décadas liderando el mercado de portátiles, y durante muchos años, comprar un portátil que no tenga CPU Intel era impensable para la mayoría, incluso cuando AMD sacó las primeras 2 generaciones de Ryzen en sobremesa.
Otra de las cosas que ha caracterizado a Intel, es que siempre ha sacado sus nuevas arquitecturas y mejoras en rendimiento por vatio en portátiles, mucho antes de hacerlas llegar a otros segmentos como sobremesa. Es otra de las razones por las que tenía sentido para AMD apostar primero por tratar de comer cuota de mercado a Intel en sobremesa, y no en portátiles.
Esto al final es crítico para un fabricante de portátiles que tiene que arriesgar su futuro y que tiene unos recursos limitados para desarrollar un determinado número de portátiles al año. Intel era, y sigue siendo una garantía de éxito en ventas. Por eso resulta mucho más fácil apostar por el malo conocido que por el bueno por conocer (en el supuesto en que el fabricante considere que AMD es mejor).
AMD en portátiles era una incógnita, por mucho que tengan buenas arquitecturas que funcionaban bien y generaban ventas en el mercado de sobremesas, no significa que ocurriera lo mismo en portátiles. En el momento en el cual un fabricante tuvo que tomar la decisión de lanzarse a desarrollar un portátil basado en AMD Ryzen 4000, meses antes de su lanzamiento, no había garantía alguna de éxito, ni se sabía la demanda que iba a generar ni cómo el mercado iba a responder. Era una apuesta casi a ciegas.
Esta es sin duda una de las razones por las que hemos visto muchos más modelos de 10ª generación de Intel, que modelos con Ryzen 4000. Las gamas altas por encima de 2000 euros son aún más complejas a la hora de tomar una decisión por su alto coste. En una buena parte de los consumidores, sigue existiendo la percepción de que Intel es una marca de procesadores premium y AMD es la alternativa barata. No todos los consumidores son Geeks que leen Geeknetic u otros medios y están a la última.
De hecho hay marcas como Acer y MSI que siguen manifestando públicamente que elijen Intel frente a AMD para los portátiles de sus más altas gamas. Por ese motivo durante el CES 2021 no hemos visto ningún portátil de MSI basado en los Ryzen 5000 y tampoco hemos visto de momento un portátil Acer Predator basado en AMD.
Además, lo cierto es que pese a que AMD ahora tiene productos tremendamente competitivos y de alto rendimiento en alta gama y podemos debatir y discutir sobre cuál es mejor, Intel no ha dejado de ofrecer productos de alta gama y alto rendimiento tanto en portátil como en sobremesa. Y esto es una realidad innegable.
No ha sido hasta meses después de su lanzamiento, cuando salieron las primeras reviews, que el público empezó a darse cuenta de lo que AMD tenía entre manos para portátiles y del rendimiento que son capaces de proporcionar. Esto ha hecho que la demanda por portátiles AMD haya ido en aumento de forma progresiva pero no inmediata.
La cuestión es que teniendo en cuenta la antelación con la que un fabricante de portátiles tiene que tomar la decisión de elegir una plataforma u otra para un producto, era imposible predecir que AMD iba a conseguir una solución competitiva y generar demanda entre los consumidores.
Ahora nos queda una pregunta por explicar: ¿Por qué tras ver el impacto de la serie Ryzen 4000 no se han desarrollados portátiles con tarjetas gráficas de alta gama?
La respuesta es evidente. El roadmap interno de AMD, que comparten de forma confidencial con las marcas de portátiles, citaba el lanzamiento de la serie Ryzen 5000 en portátiles para enero de 2021 coincidiendo con la feria CES y con el lanzamiento de las RTX 30 de NVIDIA en portátiles.
El momento en que la serie AMD Ryzen 4000 para portátiles generó suficiente demanda como para desarrollar más productos, los fabricantes de portátiles ya habían empezado a trabajar en portátiles que combinan la serie AMD Ryzen 5000 y las RTX 30.
No tenía sentido trabajar en un portátil nuevo de serie Ryzen 4000 porque debido al tiempo de desarrollo iba a llegar, a lo sumo, pocas semanas antes que la serie Ryzen 5000 en portátiles. Es por esto por lo que merecía más la pena centrar el trabajo de desarrollo en portátiles que combinen la serie Ryzen 5000 y las tarjetas gráficas RTX 30.
Esto es justo lo que ha hecho ASUS. En el CES 2021 hemos visto una gran cantidad de portátiles nuevos que integran la serie AMD Ryzen 5000 y toda la gama de tarjetas gráficas RTX 30 que ha lanzado NVIDIA, incluyendo las RTX 3070 y 3080.
Todo esto demuestra, sin lugar a dudas, que el hecho de que no haya habido portátiles basados en AMD Ryzen 4000 con tarjetas gráficas RTX 2070 y RTX 2080 no significa que haya habido pacto secreto alguno entre Intel y NVIDIA.
Existe una última cuestión, y es que no podemos olvidar que Intel y NVIDIA son competencia. No me refiero al hecho de que Intel está trabajando en tarjetas gráficas dedicadas, que es una realidad. Intel es y seguirá siendo el principal proveedor de soluciones gráficas del mundo para PCs por volumen de venta. Me refiero a las soluciones gráficas integradas en sus CPUs, de portátil y de sobremesa.
Tanto si compras un portátil o un PC de sobremesa basado en Intel (como son la mayoría), tendrás un sistema de gráficos integrados de Intel, independientemente de que tengas una tarjeta dedicada de AMD o de NVIDIA. No es comparable a una tarjeta gráfica dedicada RTX o Radeon, pero hoy en día son perfectamente capaces de reproducir videos a 4K, de decodificar códecs complejos y permiten hasta jugar a muchos juegos con configuraciones aceptables.
Esto convierten a Intel en un competidor de NVIDIA indudable. Para NVIDIA pactar con Intel para fastidiar a AMD es descabellado y no tiene ningún sentido ni beneficio para ellos. En todo caso, a NVIDIA le beneficia que Intel y AMD compitan entre sí y la lucha esté lo más igualada posible, para que el groso del precio de un portátil vaya más en la tarjeta gráfica (donde no tienen competencia en alta gama) y el precio de la CPU se deprecie como fruto de la competencia.
Presentados todos estos argumentos, como mínimo espero haber aportado algo de sentido y razón desmintiendo estas teorías conspiratorias, que además de no tener pruebas, tampoco tienen sentido.
¿Qué opinas? Siéntete libre de dejar tu opinión o hacer preguntas en la sección de comentarios de más abajo.