VirtualBox: Cómo activar la virtualización por hardware
por Jordi Bercial Actualizado: 29/10/2024 17Soporte de virtualización y máquinas virtuales
Anteriormente ya os enseñamos con detalle cómo utilizar VirtualBox para crear una máquina virtual, o cómo instalar Android en tu PC con VirtualBox, y si bien la configuracion por defecto suele ser correcta, en esta guía os mostraremos cómo activar la virtualización por hardware, una funcionalidad necesaria para que nuestras máquinas virtuales funcionen correctamente y no cuenten con un rendimiento insuficiente, pues al habilitarse esto se hace uso de unas instrucciones especiales que nos permiten optimizar el funcionamiento de una o varias máquinas virtuales ejecutándose en un equipo host.
La posibilidad de habilitar esta funcionalidad dependerá de la antigüedad de nuestra máquina, por lo que es recomendable contar con un procesador relativamente moderno, fabricado en los últimos 10-12 años aproximadamente, para poder obtener tanto la posibilidad de contar con estas instrucciones en primer lugar, como para tener un rendimiento suficiente durante el funcionamiento de la máquina virtual.
Cabe destacar que, en el caso de esta guía, utilizaremos un equipo con procesador Intel para los ejemplos, pero en equipos AMD los pasos serán idénticos, salvo por el nombre de la característica que tendremos que habilitar en la BIOS, algo que veremos más adelante e indicaremos apropiadamente.
Asimismo, en esta guía mostraremos como hacer que funcione en VirtualBox en un equipo que ejecuta Windows 10, aunque el procedimiento será muy similar si queremos hacerlo en equipos con otros sistemas operativos Windows anteriores a este, así como con otros tipos de software de virtualización.
Activar la virtualización en la BIOS del sistema
Lo primero que tendremos que hacer es comprobar si tenemos la virtualización activada en la BIOS del equipo, algo que en Windows 10 podremos hacer sin reiniciar el equipo, pero que en otros sistemas nos hará entrar obligatoriamente en la BIOS.
En el caso de Windows 10, abriremos el administrador de tareas pulsando a la vez las teclas Ctrl+Shift+Esc o haciendo clic derecho en la barra de tareas y seleccionando la opción del administrador de tareas. Una vez hecho esto, expandiremos la vista e iremos a la pestaña de Rendimiento, en la que podremos ver las distintas vistas del hardware de nuestro equipo.
Para conocer el estado de la virtualización, tendremos que seleccionar, si no lo está por defecto, la pestaña de la CPU, algo que nos permitirá ver parámetros como las frecuencias de funcionamiento, la carga del procesador, los núcleos e hilos con los que cuenta y, tal como andamos buscando, el estado de la virtualización del equipo.
Existen varios escenarios con los que nos podemos encontrar, y son los siguientes:
Virtualización habilitada
En este caso no deberíamos encontrarnos con ningún problema, por lo que podemos proseguir con la siguiente sección de la guía. En caso de no ser así, las siguientes indicaciones son para ti.
Virtualización habilitada con Hyper-V
En este caso, no tendremos que pasar por la BIOS del sistema, pero si tendremos que deshabilitar Hyper-V si queremos virtualizar sistemas de 64 bits, debido a que en el caso de encontrarnos con el sistema operativo funcionando sobre el hipervisor de Microsoft, no podremos crear una máquina virtual de 64 bits con VirtualBox.
Para hacer esto, abriremos el menú inicio y escribiremos “Activar o desactivar las características de Windows”, algo que, al hacerle clic, nos llevará a un dialogo en el que se nos muestran las distintas características adicionales que tiene activadas el sistema, así como las opcionales que podemos activar de forma manual, lugar en el que podremos ver una sección denominada Hyper-V.
Procederemos a desmarcarla, hacer clic en Aceptar, y los cambios se sucederán de forma automática, algo que nos hará reiniciar el sistema para que pueda iniciarse fuera del hipervisor.
Pese a la gran envergadura que puede parecer que esta operación supone, en general no deberíamos notar ningún cambio en el funcionamiento del equipo y sus programas, aunque puede ser un problema si anteriormente usábamos software que dependía de Hyper-V para funcionar.
Virtualización deshabilitada
En este caso, podemos encontrarnos ante una espada de doble filo, pues si bien puede ser simplemente que la virtualización se encuentre deshabilitada, algo habitual en los ajustes por defecto de algunas BIOS, también puede tratarse de una incompatibilidad de nuestro procesador con la virtualización, algo que como comentábamos, solo debería ser cosa de equipos muy antiguos o de bajo rendimiento.
Para hacernos una idea, los primeros procesadores x86 Intel de escritorio con soporte para virtualización eran los Intel Pentium 4 662 y 672, dos modelos lanzados en noviembre de 2005, mientras que, en el mundo de AMD, la virtualización llegó en mayo de 2006 con los AMD Athlon 64, Athlon 64 X2 y Athlon 64 FX.
Para entrar y navegar por la BIOS de nuestro equipo podemos echar mano de esta guía, en la que se discuten los principales aspectos a tener en cuenta para hacerlo de forma segura, aunque en resumen, para entrar a la BIOS de nuestro sistema, lo más sencillo será reiniciar el equipo con la tecla Shift presionada, algo que nos permitirá acceder a la BIOS pulsando en Solucionar problemas, Opciones avanzadas, y finalmente en Configuración de firmware UEFI.
El equipo debería reiniciarse y entrar automáticamente en el menú de configuración de la BIOS, donde, bajo una pestaña de configuración avanzada, o posiblemente una pestaña de configuración del procesador, deberíamos encontrar la posibilidad de activar la virtualización del procesador.
Tal como vemos en la imagen, en el caso de los procesadores Intel, la virtualización llegará bajo el nombre de Intel VT-x o Intel Virtualization Technology, aunque en el caso de equipos AMD, lo habitual será que la virtualización llegue bajo el nombre de AMD-V. En cualquier caso, lo habilitaremos, guardaremos los cambios realizados y reiniciaremos el equipo.
Una vez arranque Windows de nuevo, verificaremos que efectivamente la virtualización está activa y no hay ningún problema, tal como hemos indicado en los pasos anteriores, que será cuando estemos listos para instalar VirtualBox para seguir adelante.
Instalar VirtualBox y crear una máquina virtual
A la hora de instalar VirtualBox y crear máquinas virtuales con esta aplicación, veremos cómo, en general, no deberíamos tener ningún problema, y es que tanto la instalación como la creación de máquinas virtuales son procesos bastante sencillos e intuitivos que no deberían suponer un reto para nadie, al menos para máquinas sencillas que nos permitan arrancar un sistema operativo para realizar tareas de poca envergadura.
De cara a la instalación, accederemos a la página web de VirtualBox y nos descargaremos la última versión del paquete para Windows, el cual podremos instalar sin tener que preocuparnos necesariamente de las opciones que marquemos, pues todas las características están marcadas por defecto, no nos encontramos con ningún tipo de bloatware, y quizá el único cambio a realizar sería el de cambiar la ruta de instalación si así lo deseamos.
Una vez todo instalado, abriremos VirtualBox y crearemos una máquina virtual siguiendo los pasos de la guía anteriormente enlazada, y si bien en este caso estamos creando una máquina virtual Linux para otra guía relacionada con VirtualBox, puede ser absolutamente lo que queramos y necesitemos.
De cualquier modo, cabe destacar que, dependiendo de los parámetros seleccionados en nuestra máquina virtual, como serían el sistema operativo y la arquitectura, algunas opciones cambiarán, de modo que habrá que estar atentos al principio de la creación de la máquina virtual para asegurarnos de que podemos crear máquinas virtuales de 64 bits, pues en caso contrario, significará que hemos omitido algún paso durante la configuración inicial del sistema y tendríamos que revisarlo de nuevo.
Configurar la virtualización por hardware en VirtualBox
Teniendo la máquina creada, entraremos a la configuración de la misma, y en el apartado de Sistema encontraremos una pestaña de aceleración, en la que podremos ver el tipo de virtualización que tenemos habilitada en el desplegable de Interfaz de paravirtualización.
En VirtualBox existen las siguientes opciones:
Ninguno
Esta es una opción que no nos interesa salvo en ocasiones extremadamente especiales, y es que VirtualBox no aprovechará ningún tipo de tecnología de virtualización si seleccionamos esta opción.
Predeterminado
Esta opción se habilita de forma automática al crear una máquina virtual, de modo que se utilizará el método más apropiado dependiendo del sistema operativo seleccionado en la pantalla de configuración de la máquina virtual.
Esta es la opción recomendada si no sabemos qué interfaz de paravirtualizacion necesitamos para nuestro sistema, dado que VirtualBox hará la decisión por nosotros.
Heredada
Esta es una opción especial para todas aquellas máquinas virtuales que se hayan creado con versiones antiguas de VirtualBox y se intenten ejecutar en una versión posterior a la 5.0, debido a diferencias en el modo de funcionar de las versiones anteriores al a 5.0. En cualquier caso, es recomendable no hacer uso de este modo si no contamos con máquinas virtuales antiguas.
Mínima
Anuncia la presencia de un entorno virtualizado al sistema operativo invitado, informándole también de la frecuencia APIC y TSC a efectos de asegurar el funcionamiento del sistema. Este modo de paravirtualización es obligatorio para ejecutar cualquier versión de Mac OS X.
Hyper-V
Presenta un interfaz de hipervisor Hyper-V reconocible por sistemas operativos a partir de Windows 7, con una implementación que soporta el informe de la frecuencia APIC, virtualización de frecuencias, debugging para el sistema invitado e informes de errores. Como era de esperar, este modo de paravirtualizacion está diseñado exclusivamente para sistemas operativos Windows.
KVM
Por último, encontramos el modo KVM, una interfaz de hipervisor para Linux que funciona a partir de la versión 2.6.25 del Linux Kernel, de modo que cualquier sistema operativo que haga uso de esa versión o cualquier versión posterior del Linux Kernel, deberá utilizar este modo de paravirtualización. Igual que los anteriores, se seleccionará automáticamente con la configuración por defecto.
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