VirtualBox es un software de virtualización de sistemas operativos, una potente herramienta que te permite crear sistemas operativos dentro del tuyo propio. Por ejemplo, nos permite instalar Android en el PC para poder utilizar nuestras aplicaciones favoritas. Es tremendamente útil si no se desea generar un dual boot en el PC en sí, ya que en ocasiones puede ser algo engorroso. VitualBox te permite cambiar de tu sistema operativo a otro simplemente pasando de una ventana a otra del ordenador, no tiene mayor complicación, pero sí un montón de opciones que se han de conocer antes de usar VirtualBox en Windows 10, que es el SO sobre el que lo vamos a instalar y utilizar.
Este software de virtualización nos sirve tanto para tener una máquina virtual con otro SO que queramos utilizar sin modificar el sistema operativo principal, como para tener una maquina independiente como entorno seguro o sandbox.
VirtualBox es gratuito en su licencia de Oracle VM para uso personal o de prueba, por lo que cualquiera puede trastear en su casa con él simplemente descargándolo desde su web oficial. Durante la instalación cabe señalar que todas las siguientes opciones han de estar marcadas si se quiere disfrutar de él al completo y sin problemas, ya que incluye software y drivers necesarios en la mayoría de los casos.
Una vez instalado tenemos la siguiente interfaz, donde es posible comenzar a preparar el sistema operativo virtual que queramos. Tendremos que darle a “Nueva” para comenzar la instalación.
Ahora toca decirle dónde almacenar el contenedor de la máquina virtual, de serie aparece en la ruta de la imagen pero puede ser cualquier otra sin problema, siempre y cuando nos acordemos de dónde está, porque luego será importante. Podemos seleccionar entre numerosos sistemas operativos, desde Windows (versiones del 95 hasta el 10) hasta Linux, Solaris o Mac OS X, entre otros.
En este caso instalaremos dos sistemas operativos virtuales, uno que corra Windows 10 64-bit y otro con Ubuntu 64-bit. Seleccionaremos un nombre para nuestro SO y le podremos asignar memoria RAM a la máquina virtual. Es importante conocer las capacidades de nuestro PC, pues una vez ejecutemos el SO virtual, la RAM asignada a él se la quitará instantáneamente a nuestro SO principal. También tendremos que crear un disco duro virtual para VirtualBox, o bien utilizar uno existente.
Ahora bien, el siguiente paso es importante, ya que seleccionamos la capacidad de dicha unidad de almacenamiento virtual, que sucederá lo mismo que con la RAM, dejará de estar disponible para tu SO principal. Si la seleccionamos de tamaño fijo, esa unidad actuará como un disco normal y no podrá ampliarse o reducirse después, pero si seleccionamos dinámicamente se gestionará automáticamente según vaya necesitando más o menos espacio en el disco principal (el de nuestro PC).
Tipos de archivo de disco duro virtual
Hay que aclarar los tipos de archivo de disco duro, ya que son varios y no son muy esclarecedores a primera vista.
- VDI (VirtualBox Disk Image) es la selección por defecto, es el sistema utilizado por Oracle VM VirtualBox, por lo que si no buscamos nada extravagante será la opción a elegir.
- VMDK (VirtualBox Machine Disk) es el formato típico de VMWare (otro software de virtualización, semejante a VirtualBox). Se escogerá esta opción para contar con plena compatibilidad entre VMWare y VirtualBox y poder pasar sistemas operativos virtuales entre ambos softwares sin mayor problema.
- VHD (Virtual Hard Disk) es la opción a elegir si lo que queremos es crear un disco virtual versátil, que podamos recuperar cualquier archivo en su interior fácilmente. Se podrá utilizar como unidad de almacenamiento habitual y soporta particiones de todo tipo, como cualquier otro disco duro, además de varios usuarios por cada SO virtual instalado en él. Se utiliza sobre todo para Microsoft Virtual PC.
- HDD (Parallels Hard Disk) es un formato propietario de la empresa Parallels. Lo seleccionaremos si queremos utilizar software de dicha empresa sobre un ordenador Mac.
- QCOW (QEMU Copy-On-Write) y QED (QEMU enhanced disk) son formatos pensados para ser compatibles con el software QEMU, otro software de virtualización como VMWare o VirtualBox.
Una vez seleccionado, se preparará la máquina virtual y aparecerá visible en pocos minutos, dando un resumen de las especificaciones de la misma al clicar en ella. En este caso hemos aprovechado y hemos creado las dos mencionadas anteriormente.
Dándole ahora a “Iniciar” podremos disfrutar de nuestro SO, o casi…
Nos falta la imagen del SO virtual que hemos ejecutado. Las imágenes de los sistemas operativos podemos encontrarlas en las páginas de las respectivas empresas, en nuestro caso hemos descargado tanto la de Ubuntu 64-bit como la de Windows 10 64-bit, ambas gratuitas desde las webs de Ubuntu y Microsoft, respectivamente. Tendremos que descargar las iso, para así ahora seleccionar la unidad correspondiente. Aquí puedes ver cómo descargar Windows 10 gratis paso por paso. La primera vez que corremos la máquina virtual nos pide seleccionar un archivo iso, pero si no lo tenemos en ese momento y decidimos reiniciarla, habrá que hacer los siguientes pasos. De momento reiniciamos la máquina y pulsamos repetidas veces F12 para seleccionar el dispositivo de arranque.
Ahora pulsamos sobre “Unidades Ópticas” y le damos a “Seleccionar imagen de disco…”, buscamos dónde la descargamos anteriormente y presionamos entonces la tecla “c” para iniciar desde la unidad CD-ROM simulada por la imagen iso.
El SO virtual comenzará a instalarse en el espacio virtual asignado y ya solo queda esperar a que termine, es como en una instalación de un sistema operativo corriente, exactamente igual.
El sistema nos informa de si está o no disponible la integración del ratón, de manera que si lo está no habrá problemas de uso y el icono del ratón podrá usarse sin complicaciones entre el SO virtual y el principal.
Durante esta guía de cómo usar VirtualBox para crear una máquina virtual, hemos aprovechado para instalar también Windows 10 Home 64-bit. Ahora veremos que en cada sistema operativo virtual se encuentran las especificaciones por defecto para el mismo, la RAM asignada, el espacio de almacenamiento disponible y los procesadores con los que cuentan.
Conviene, la mayoría de las veces, utilizar una resolución de pantalla superior a la que viene por defecto. Para ello, en Ubuntu podemos ir a Configuración, Monitores y seleccionar una resolución mayor para trabajar más cómodamente.
Volviendo al tema de los recursos utilizados por VirtualBox, que asigna a cada SO unas diferentes especificaciones, se pueden gestionar fácilmente con la máquina virtual apagada. Para ello tan solo tenemos que seleccionar la máquina que queramos y darle a “Configuración”.
Desde asignar cantidad de RAM a la máquina virtual y opciones de BIOS hasta la cantidad de procesadores que pueden utilizar cada uno de ellos. Por ejemplo, si seleccionamos 1 CPU estamos dando un hilo (que no núcleo) a dicha máquina virtual, pudiendo además establecer un límite de uso del mismo.
Las opciones de aceleración deberían estar siempre activadas, algo que podemos ver cómo hacer en esta guia, y son esenciales para correr con soltura máquinas virtuales, aunque no siempre estarán disponibles, ya que esto depende del procesador físico que tengas instalado en tu PC. Las opciones de virtualización para máquinas virtuales vienen integradas en numerosos procesadores Intel y AMD, sobre todo los más nuevos.
De igual manera, en el resto de apartados se puede escoger la memoria de vídeo que le das a la máquina virtual y numerosas opciones de controladoras de red, audio y USB.
Ahora, para compartir archivos en VirtualBox, concretamente entre máquina virtual (invitado) y nuestro PC (host), iremos a la pestaña “General” y activaremos compartir portapapeles y arrastrar y soltar. Con esto tenemos un flujo rápido de archivos y texto entre nuestro PC y el SO virtual.
Vamos ahora a tratar de compartir carpetas enteras. Para ello tenemos que darle a “Dispositivos” y a “Insertar imagen de CD de las Guest Aditions”. Nos aparecerá un desplegable que nos informa de que debemos instalarlas para usarlas, pero al haber hecho el paso anterior las tenemos disponibles para ejecutar desde “Este Equipo” y clicando dos veces sobre la unidad de CD simulada en la máquina virtual.
Nos pedirá reiniciar al terminar la instalación, pero ya estamos listos para compartir carpetas y archivos entre máquinas virtuales.
Migrar un sistema operativo virtual
Una de las grandes ventajas que tiene utilizar VirtualBox es la manejabilidad del mismo, es muy versátil y te lo puedes llevar a donde quieras, siempre y que en el otro PC al que vayas tengas instalado VirtualBox también. Para esto tan solo tenemos que ir a la carpeta donde seleccionamos al principio la instalación de la máquina virtual seleccionada. Veremos un archivo con extensión “.vbox”, en ella se encuentra nuestra máquina virtual al completo, con toda la configuración y el sistema operativo que hemos utilizado con los documentos y programas que en él podamos tener. No perdemos nada y podemos llevarla en un pendrive fácilmente de ordenador en ordenador.
Crear un disco duro virtual y ventajas en entorno de servidor
Al principio de la guía comentábamos los distintos tipos de archivo de disco duro virtual. El tipo de archivo VHD (Virtual Hard Disk) nos permite tener más flexibilidad ante fallos, además de varios usuarios al mismo tiempo dentro de un mismo SO virtual, así como varios SO virtuales instalados en él por particiones.
Esto supone varias cosas, todas positivas. Para empezar, la mayor ventaja de utilizar este formato es que tendremos acceso directo a los archivos de nuestra máquina virtual, lo que supone que, en entornos de servidor, si algo falla y tenemos problemas para iniciar el SO virtual, podemos recuperar fácilmente los archivos que en él pudiéramos tener. Es como cuando un ordenador no inicia y no hay manera de hacerle funcionar si no es formateando, en este caso tener acceso a los archivos que hay en él y podemos rescatar la información que queramos para, después instalar de nuevo el SO virtual.
Para ello escribimos sobre nuestro PC “Administrador de discos” y seleccionamos la opción que aparezca recomendada.
Ahora clicamos sobre “Acción” y luego sobre “Exponer VHD”, seleccionamos la ruta donde se encuentra nuestro VHD creado por VirtualBox y aceptamos. Acto seguido aparecerán dos unidades de almacenamiento adicionales en “Este Equipo”, una es del sistema (creada por el SO virtual) y la otra es el SO virtual en sí mismo, con todos sus archivos y configuración. Es importante notar que esto no funcionará si estamos corriendo dicha máquina virtual, por lo que tendremos que detenerla para hacerlo.
Con esto podremos rescatar archivos de un ordenador que no inicia, siempre y cuando ese ordenador sea virtualizado y lo tengamos en formato VHD de VirtualBox. Las limitaciones que supone utilizar VHD son, básicamente, no poder asignar más de 2 TB por disco VHD creado, además de no poder redimensionar el almacenamiento que le asignamos en un principio si está corriendo la máquina virtual (aunque sí se puede si está apagada).
Hasta aquí la guía de cómo usar VirtualBox, y a modo de pequeño resumen cabe destacar la parte en la que hablamos de la compatibilidad de máquinas virtuales entre los distintos softwares de virtualización de sistemas operativos. Estas opciones son muy interesantes para migrar contenedores de máquinas virtuales de un PC a otro, incluso de un programa a otro, sin quebraderos de cabeza.
Comparativa de softwares de virtualización
Si bien hemos visto cómo funciona VirtualBox, podemos establecer ahora algunas comparativas con otros sistemas para virtualizar, como VMWare o Parallels. Mientras que VirtualBox es un software gratuito y de código abierto, VMWare ofrece un periodo de prueba y después habrá que pagar por alguna de las versiones existentes, al igual que Parallels. VirtualBox se puede instalar en Linux, Windows, Mac OS y Solaris, mientras que VMWare solo en los tres primeros y Parallels en Windows y Mac OS.
Otras diferencias vienen a la hora de ejecutar programas en 3D en la máquina virtual, pues VirtualBox ofrece tan solo 128 MB de memoria gráfica, mientras que los otros dos alcanzan hasta 2 GB, haciendo así posible su uso para desarrollo 3D y juegos. Además, estos dos también cuentan con soporte para DirectX 10 mientras VirtualBox se queda en DirectX 9.
Los tipos de disco duro virtual que podemos crear con VirtualBox, como vimos al principio, son variados (VDI, VMDK, CHD y HDD), mientras que con VMWare y Parallels nos restringimos a VMDK. Los tres ofrecen encriptación de máquinas virtuales, aunque en VirtualBox hay que instalar un pack de software adicional para ello.
Básicamente, si queremos dar a nuestra máquina virtual un uso doméstico habitual, mejor elegir VirtualBox ya que es gratis y cubrirá todas las exigencias de los usuarios domésticos, mientras que para uso empresarial tenemos VMWare (en su versión Workstation) con gran soporte 3D y herramientas avanzadas de virtualización para empresas. Para jugar en la máquina virtual podremos usar tanto Parallels como VMWare, quedando restringido su uso en VirtualBox por la limitada capacidad gráfica.
Fin del Artículo. ¡Cuéntanos algo en los Comentarios!