Cómo saber Cuándo Cambiar la Pasta Térmica
La pasta térmica es un elemento indispensable para la refrigeración de nuestro sistema, ya que ayudará enormemente en la tarea de la transmisión del calor entre la fuente, que generalmente es un chip, y el disipador del calor, que son las grandes estructuras de aluminio y cobre que se ponen encima de los procesadores o en su defecto, un sistema de refrigeración líquida.
Si la pasta térmica se encuentra en mal estado podemos ver como las temperaturas de nuestro procesador o tarjeta gráfica aumentan a valores más altos de lo normal, ya que el calor no podrá pasar de forma correcta del chip al disipador haciendo que las temperaturas aumenten en el procesador hasta el punto de llegar a afectar al rendimiento y a la experiencia de uso de nuestro sistema.
Por eso tener pasta térmica en buen estado y del tipo adecuado es esencial para la buena refrigeración y puede que nos surjan dudas sobre cómo identificar si la pasta térmica está en buen estado, cuanto tiempo dura la pasta térmica una vez aplicada o como identificar cuando debería cambiarse, las cuales intentaremos responder en este artículo.
A diferencia de otros componentes o partes del ordenador, saber el estado de la pasta térmica es bastante difícil, ya que no hay un medidor o una sonda que nos avise de que hay algún problema con ella.
La mejor forma para saber el estado de la pasta térmica es ver como de sólida está, cuando más rígida esté, en peor estado se encontrará y menos calor transmitirá, pero si, por el contrario, se encuentra en un estado líquido más o menos denso, estará en buen estado y estará transmitiendo el calor de forma correcta. El único problema de hacer evaluar así la pasta térmica es que para hacerlo tendremos que abrir el ordenador, estando obligados entonces a cambiar la pasta térmica para poder volver a instalar el disipador y usar el dispositivo, por lo que vamos a explicar otra forma menos fiable, pero que también nos servirá para hacernos a la idea del estado de nuestra pasta térmica: la temperatura.
A la hora de ver la temperatura nos interesa el comportamiento más que el valor que alcance. En un sistema de disipación tenemos un generador de calor, que es el chip que queremos refrigerar, y un disipador que transfiere el calor del chip a otro medio como es el aire o el agua dependiendo del sistema. Entre estos dos elementos estará la pasta térmica, ya que como comentábamos antes, su función es mejorar la transmisión de calor entre ellos. Los diferentes elementos físicos tienen una propiedad llamada capacidad calorífica, que es la capacidad de cada elemento de almacenar energía en forma de calor, a medida que la cantidad de energía en ese elemento aumenta, su temperatura aumenta.
Esto es importante por cómo funciona un sistema de disipación, ya que los chips generan mucho calor, pero tienen una capacidad calorífica muy pequeña por su tamaño, de forma que, si el chip no es capaz de transmitir el calor que genera al disipador, la mayoría de este se quedará en el chip haciendo que su temperatura suba rápidamente. Por eso como decíamos antes, lo importante no es la temperatura que se alcanza sino como de rápido se alcanza, si ejecutamos un test de estrés en el procesador y este sube en unos pocos segundos o minutos a 80-90c o más significará que no puede transmitir su calor y, por tanto, que hay un problema con la pasta térmica que es la encargada de ese proceso.
Básicamente, si la temperatura tarda poco en estabilizarse en un valor peligroso será un problema de la pasta térmica en la mayoría de los casos, pero a medida que vaya tardando más en estabilizarse en ese rango peligroso o en otras temperaturas significará que la pasta térmica está en buen estado y está transmitiendo todo o la gran mayoría del calor al disipador por el principio físico que explicábamos anteriormente.
Esto que acabamos de explicar siempre se va a cumplir, pero aun así, vamos a estudiar diferentes casos según el dispositivo que tengamos para poder saber mejor si necesitamos cambiar o no la pasta térmica en cada caso:
- En portátiles de ofimática. En estos casos es difícil observar el deterioro de la pasta térmica, puesto que generalmente estos incorporan procesadores con muy poco consumo de energía y por ende con necesidades muy pequeñas de refrigeración hasta el punto de que algunos no usan ni ventilador para refrigerarlos. La única forma de enterarse de que la pasta térmica está en mal estado es si ha pasado mucho tiempo desde su compra o el último cambio y al realizar pruebas de estrés sobre el procesador vemos que la temperatura sube rápidamente, el ventilador empieza a sonar mucho en caso de tenerlo y el procesador empieza a bajar su frecuencia de funcionamiento al llegar a su temperatura límite de funcionamiento que dependiendo del modelo se encuentra entre los 85-105c.
- En portátiles Gaming. En los portátiles Gaming pasa algo parecido a los anteriores, solo que aquí es más difícil identificar el problema debido a que generalmente estos modelos tienen sistemas de disipación más complejos e incluyen varios elementos en el mismo sistema, como el procesador y la tarjeta gráfica o GPU que suelen compartir el mismo circuito de disipación, como podemos ver en esta guía en la que explicamos como abrir y cambiar la pasta térmica de un ordenador portátil.
Aunque no sea un portátil gaming, este MacBook Pro usa una disposición de refrigeración similar, con la CPU y la gráfica compartiendo heatpipe que se enfría gracias a las dos turbinas en sus extremos.
Además, en estos sistemas lo normal es observar temperaturas elevadas en el uso "gaming" normal debido a la gran potencia y consumo que suelen tener en relación con su pequeño tamaño para que sean sistemas portables. Esto se traduce en que una alta temperatura no tiene por qué indicar un problema con la pasta térmica, así que la mejor opción para saber si hay que cambiarla es ver si el procesador y la tarjeta gráfica bajan de velocidad por la temperatura (throtling) en gran medida.- En procesadores de sobremesa. Este quizás es el caso más complicado, ya que el usuario puede emparejar cualquier disipador de con cualquier procesador, pudiendo no adaptarse el rendimiento del disipador al TDP del procesador y en ese caso no satisfacer sus necesidades de refrigeración. Esto hace que una alta temperatura en el chip pueda significar o un mal estado de la pasta térmica o un disipador incapaz de disipar tanto calor, que tiene algún defecto o que incluso está mal configurado si incluimos sistemas con varios ventiladores, sucios o refrigeraciones líquidas en la ecuación.
Por eso en este caso tendremos que fijarnos en el fenómeno que comentábamos antes, y ver cómo de rápido sube la temperatura de nuestro procesador y antes de cambiar la pasta térmica verificar que tenemos bien configurado el disipador, que es adecuado para nuestra CPU y se encuentra en buen estado.- En tarjetas gráficas de sobremesa. En estos dispositivos es mucho más sencillo ver si hay algún problema con la pasta térmica, debido a que en la gran mayoría de casos podemos asumir que el disipador que incorpora la gráfica de serie se ha diseñado para ser suficiente para refrigerarla y mantenerla alejada de temperaturas peligrosas.
Por eso habrá un problema con la pasta térmica si al hacer un test de estrés vemos que su temperatura sube rápidamente, la velocidad del núcleo empieza a bajar y que los ventiladores suenan mucho. - En procesadores de sobremesa. Este quizás es el caso más complicado, ya que el usuario puede emparejar cualquier disipador de con cualquier procesador, pudiendo no adaptarse el rendimiento del disipador al TDP del procesador y en ese caso no satisfacer sus necesidades de refrigeración. Esto hace que una alta temperatura en el chip pueda significar o un mal estado de la pasta térmica o un disipador incapaz de disipar tanto calor, que tiene algún defecto o que incluso está mal configurado si incluimos sistemas con varios ventiladores, sucios o refrigeraciones líquidas en la ecuación.
Esperamos que con las explicaciones anteriores hayamos podido arrojar un poco de luz sobre el tema de la pasta térmica, su función y como identificar si es necesario su remplazo en alguna parte de nuestro sistema.
Si hemos detectado que es necesario un cambio de pasta térmica en nuestro sistema, lo primero que tenemos que hacer es elegir una buena pasta térmica que se adapte a sus necesidades. Hay muchos tipos diferentes de pastas térmicas, pero generalmente con una no muy cara como la MX4 o MX6 o cualquiera similar será más que suficiente para todos los casos.
También hay que recordar que no siempre es fácil abrir nuestro dispositivo para cambiar la pasta térmica, especialmente en ordenadores Gaming que pueden tener un interior complejo que requiera quitar muchas piezas que luego se tendrán que volver a montar, por eso si no tenemos claro cómo realizar el cambio en nuestro sistema lo mejor es informarse y si no lo vemos claro contactar con un experto.