NAS: ¿Qué es un NAS y para qué sirve?

¿Qué es un NAS?

Un NAS es un sistema de almacenamiento externo al ordenador y conectado a la red (local y/o externa). Las siglas NAS significan Network Attached Storage (almacenamiento asociado a la red) y hacen referencia a un sistema de almacenamiento dotado con un sistema operativo propio que facilita al usuario la interacción con el NAS.

Normalmente veremos un NAS como una pequeña caja en la que hay cabida para varias unidades de almacenamiento en distintos formatos, eso dependerá del NAS en concreto. Dentro de ella se instalan las unidades que quepan y el sistema operativo del NAS se encargará de gestionarlas para un primer uso, de manera que una vez iniciado, configurado y conectado a la red (vía Ethernet generalmente) podremos tener acceso a los datos desde cualquier parte del mundo siempre y cuando el NAS se mantenga encendido y conectado.

Los tipos de NAS son muy variados, desde simples modelos de 2 unidades de almacenamiento hasta modelos de 8 bahías con más RAM que muchos ordenadores de hoy en día. Lo mencionado cae dentro del mercado doméstico, para el mercado profesional se utilizan NAS para servidores, en los conocidos formatos rack U, y alcanzan para añadir muchas unidades de almacenamiento simultáneas. Los NAS para servidores adquieren otra dimensión ya que están pensados para entornos con unos particulares requisitos y distan bastante del uso doméstico que le suele dar el usuario medio a un NAS.

El sistema operativo del NAS dependerá del fabricante del mismo. De esta manera tenemos a los conocidos fabricantes QNAP con su sistema QTS y Synology con su DSM, ambos sistemas muy depurados y conseguidos gracias a los años de experiencia de las compañías y al feedback de sus usuarios. Este sistema operativo ofrece numerosas opciones de manejo de datos, como veremos más adelante.

¿Para qué sirve un NAS?

Un NAS sirve para mantener una gran cantidad de datos disponibles para su acceso desde cualquier parte del mundo. Una de las bondades de los sistemas operativos dedicados en estos dispositivos es que muchas de las opciones se configuran automáticamente, de manera que realmente no hay que tener un conocimiento previo para utilizar un NAS doméstico.

Un NAS está pensado para un uso continuado, siempre encendido, por lo que normalmente se incluye refrigeración activa para las unidades de almacenamiento insertadas en él. También se enciende solo si se apaga (cortes de luz, inestabilidad) y permite su acceso desde cualquier parte del mundo. Suele abrir automáticamente los puertos necesarios del router durante su configuración inicial y, salgo que tu compañía de Internet utilice CG-NAT, no habrá problema alguno para ello).

Naturalmente, al incorporar varias unidades de almacenamiento, están disponibles las opciones a RAID en un NAS, esto es, personalizar el sistema de almacenamiento para que sea más acorde al uso que le vayas a dar. Un RAID0 entre dos discos duros iguales permite que los datos se transfieran al doble de velocidad. Un RAID1 hace que cada archivo se copie dos veces, una en cada disco, por lo que se reduce el almacenamiento a la mitad pero se duplica la seguridad. Hay numerosos modelos de RAID y los más comúnmente usados son compatibles con todos los sistemas operativos de los NAS.

Las unidades de almacenamiento a las que nos referimos suelen ser en formato 3.5” y 2.5”, admitiendo tanto HDDs como SSDs, aunque hay algunos NAS con opciones a unidades M.2, lo que reduce enormemente el tamaño de estos dispositivos. Lo habitual para un usuario que va a empezar en este mundo es adquirir un NAS de dos bahías que salga bien de precio y pueda trastear las diferentes opciones que ofrecen los sistemas operativos dedicados a los NAS.