Intel presenta la tercera generación de sus procesadores Xeon Scalable con un claro enfoque en IA
Hoy, además de la presentacion de los Intel Stratix 10 NX, tiene lugar el lanzamiento de los procesadores Intel Xeon Scalable de tercera generación, la nueva generación de los procesadores para servidor de Intel, que en esta ocasión llegan con una batería de características diseñadas para aumentar el rendimiento de estos procesadores en tareas de inteligencia artificial, que es donde Intel ha puesto el enfoque de sus mejoras.
Como es de esperar, estos procesadores también cuentan con mejor rendimiento que sus predecesores en tareas tradicionales, donde según Intel contaremos con una mejora media de 1.9x respecto a una plataforma con 5 años de antigüedad, mientras que en rendimiento de bases de datos esta métrica sube ligeramente hasta 1.98x.
Asimismo, estos procesadores llegan con compatibilidad para Intel Optane Persistent Memory 200 Series, de la que hablaremos después, así como Intel Speed Select Technology mejorada y aceleración AI integrada con la nueva instrucción Bfloat16 (BF16). Esto le proporciona mayor velocidad en entrenamiento e inferencia a la misma vez que mantiene una precisión muy similar a las mismas tareas realizadas en FP32, de forma que, a efectos prácticos, no deberíamos notar ningún problema en la precisión de BF16 y aun así podríamos disfrutar de redes neuronales más rápidas que hasta ahora en plataformas Intel Xeon.
Intel cuantifica esto con un entrenamiento 1.93 veces más rápido que la generación anterior mediante FP32, mientras que la inferencia verá una mejora de 1.9 veces en su velocidad respecto a la generación anterior mediante FP32, todo ello optimizado para más de 100 topologías de inteligencia artificial, en comparación con las 44 topologías que encontrábamos en la anterior generación.
Tal como podemos ver en la imagen, Intel lanza los procesadores Intel Xeon Scalable de tercera generación bajo la arquitectura Cooper Lake (Plataforma Cedar Island), siendo estos procesadores los orientados a los centros de datos más grandes al estar diseñados para configuraciones de 4 y 8 sockets, mientras que los modelos diseñados para configuraciones de 1 y 2 sockets, como serían estaciones de trabajo, llegarán más adelante este año bajo la arquitectura Ice Lake (Plataforma Whitley).
Sistemas de almacenamiento sólido
Intel ha aprovechado esta ocasión para lanzar dos nuevos sistemas de almacenamiento, que por un lado son la anteriormente mencionada Intel Optane Persistent Memory 200 Series, y por otro lado son las unidades SSD Intel D7-P5500 y P5600, dos unidades que llegan para complementar a los nuevos procesadores en operaciones de inteligencia artificial y análisis de Big Data.
Intel Optane Persistent Memory 200 Series
La Intel Optane Persistent Memory 200 Series es la nueva generación de memoria persistente de la compañía, que llega en esta ocasión con un 25% más de ancho de banda que la anterior generación, además de permitir una capacidad total de 4.5TB por socket, que en una configuración de 8 sockets equivaldría a 36TB de memoria.
Estos módulos de memoria permiten acceder a los datos más importantes a una velocidad 225 veces superior a lo que un SSD estándar podría conseguir, algo que es extremadamente importante a la hora de trabajar con datos muy grandes que no caben en la memoria RAM, pero que ni siquiera las unidades SSD utilizadas en servidores son capaces de suministrar lo suficientemente rápido.
Las ganancias que ha supuesto esta memoria persistente no quedan en vano, y es que, según menciona Intel, gracias a este tipo de memoria han conseguido aumentar el rendimiento de las bases de datos en su inicio en más de 13 veces en el caso de T-Systems, que se extiende hasta 17 veces más velocidad en aplicaciones de almacenamiento en el caso de UC San Diego.
Intel 3D NAND SSD D7-P5500 & P5600
Por otra parte, en un escalón inferior, encontramos las nuevas unidades SSD Intel D7-P5500 y D7-P5600, dos unidades de almacenamiento diseñadas para acelerar arrays de almacenamiento basados en unidades sólidas, además de contar con características avancadas de seguridad de datos y eficiencia para los equipos de IT.
Estas unidades están basadas en memoria 3D NAND TLC en vez de la más moderna QLC, de forma que se tratará de unidades que contarán con una elevada durabilidad, además de tener un rendimiento un 33% mayor que la anterior generación de unidades SSD de Intel, así como una latencia hasta un 40% inferior, algo crucial cuando se necesitan accesos intensivos a este tipo de unidades de almacenamiento.
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