Convierte tu máquina física en virtual con VMware vCenter Converter Standalone
Virtualizar una máquina “física” nos permite acceder rápidamente a todos nuestros datos, programas y configuraciones que teníamos en el PC en el momento de la virtualización. Es tremendamente útil cuando cambiamos de PC y no estamos completamente seguros de sí hemos traspasado todos los datos de nuestra antigua máquina de trabajo. De este modo podemos acceder a ella en un momento, incluso desde la nueva máquina, y todo sin coste ninguno puesto que podemos ejecutar la máquina con un reproductor también gratuito.
El método que yo os voy a mostrar ahora es para VMware, hay otros que seguramente iremos repasando también en esta sección. VMware pone a disposición de cualquier usuario registrado un programa llamado VMWare vCenter Converter Standalone (va por la version 5.3). Podemos usarlo para convertir cualquier máquina Windows en virtual y también para otras funciones como reducir máquinas virtuales ya existentes, etc.
Podemos descargarlo aquí, requiere estar registrado, nada más. Una vez descargado lo instalamos con los parámetros típicos. Como veis el interfaz es muy sencillo, permite virtualizar también máquinas remotas pero nosotros nos centraremos en su asistente para virtualizar la máquina física donde lo hemos instalado. Pulsamos en “Convert Machine”. Seleccionamos la opción por defecto como tipo de fuente: “Powered-on Machine” y seguidamente marcamos la opción “This local Machine”.
Si pulsamos en “source details” tendremos un resumen de la máquina y también es buen síntoma de que el procedimiento no dará problemas. Pulsamos en siguiente.
Ahora nos pide el destino de la nueva máquina. En el desplegable tendremos dos opciones, elegiremos: “VMWare Workstation or other VMware Virtual Machine”. En el siguiente selector dejaremos la opción más moderna que soporta que es Workstation 10.0.x. Le damos nombre a la máquina virtual y ahora seleccionamos el destino. Yo la volcaré en la red pero podemos seleccionar cualquier otra unidad disponible, incluso la principal ya que el sistema hace uso del sistema Shadowcopy de Windows. Pulsamos en “next”.
Ahora tendremos un resumen de configuración de la máquina resultante. Todo es modificable a posteriori pero lo que no tiene sentido es que hagamos trasvase de datos que no necesitamos, como los de unidades accesorias al sistema operativo. Mi consejo es que también modifiquemos el tipo de unidad de almacenamiento resultante a “no preasignadas” (no pre-allocated) ya sea en un solo archivo o en múltiples archivos. Esto lo que hace es que las unidades virtuales resultantes ocupen tanto como los datos que albergan y no lo que ocupa el disco duro del que se extrajeron los datos. Es decir, si nuestra unidad era de 1TB, si pre-asignamos la unidad virtual ocupará también 1TB. Si lo hacemos sin pre-asignacion ocupará en el disco tanto como datos tuvieramos dentro, por ejemplo 300GB.
Una vez configurado basta pulsar el botón “finish” para iniciar el proceso de conversión. Lo que tarde dependerá de los datos a trasvasar y la velocidad de los medios de almacenamiento que estemos utilizando, sobre todo el de destino. Todo se hace sin tener que reiniciar y la máquina es completamente funcional al acabar. Sin configuraciones adicionales, salvo las que queramos hacer.
El resultado es ejecutable desde VMware Player que también es gratuito y que podéis encontrar aquí. Desde el podéis ajustar el hardware disponible y cualquier otro parámetro. Vuestra máquina estará siempre como cuando hiciste la copia y será ejecutable desde cualquier ordenador y sistema operativo soportado por VMWare. Lo único que tendremos que tener en cuenta es que ciertas licencias de software ya no son válidas pero creo que, aun así, es un método fantástico de migrar a un ordenador nuevo sin preocupaciones de dejarnos nada importante atrás.
Si tenemos muchos datos deberemos ser pacientes.
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