MSI Z170A Gaming Pro Carbon
Introducción
Las placas base más capaces no tienen por qué ser las más complejas y tampoco las más caras. Podemos encontrar placas base con menos integración que logran resultados espectaculares y que tienen los mínimos para lograr un PC de grandes prestaciones.
La gama gaming de MSI se caracteriza precisamente por usar componentes de calidad en soluciones sencillas muy adaptadas a los procesadores a los que deben dar soporte y a las soluciones gráficas más poderosas.
Chipset y almacenamiento
La MSI Z170A Gaming Pro Carbon de MSI es una placa base económica, la podemos encontrar por debajo de los 160 Euros, pero comparte con sus hermanas una serie de prestaciones que en buena medida vienen suministradas por el propio chipset. Un chipset Z170 que pronto tendrá competidor pero que también es capaz de dar soporte a los procesadores Kaby Lake que Intel debería presentar, para ordenadores sobremesa, antes de que acabe el año.
El chipset Z170 no es algo de lo que pueda presumir una placa base cara, lo podemos comprar por poco más de 100 Euros, pero es lo mejor que podemos encontrar para procesadores de sociedad LGA1151. Es un chipset de gama media pero también es el más avanzado que tiene Intel para el mercado doméstico.
Su gran virtud es que ofrece muchas líneas PCI Express 3.0 que se traduce en una compensación evidente de las carencias de estos procesadores frente a los modelos de gama más alta. Este chipset ofrece 20 líneas PCI Express 3.0 que se suman a las 16 líneas PCI Express de que dispone el propio procesador. Suficiente para configuraciones gráficas avanzadas combinadas con los sistemas de almacenamiento más modernos.
Este chipset ofrece también un punto de partida interesante para sistemas de almacenamiento que esta placa base se encarga de aprovechar y potenciar con excelencia. Soporta hasta seis puertos SATA con modos RAID y tecnologías más modernas como Express SATA 10Gbps y también puertos M.2 PCI Express con enlaces de 32Gbps y soporte del protocolo NVMe que es “nuevo” en entornos domésticos.
Un chipset que combina todo esto con un diseño muy compacto y consumos realmente reducidos. Una plataforma adecuada para los que buscan un sistema moderno, con las últimas tecnologías y sin tener que pagar el plus de pasarse a las plataformas de gama más elevada de Intel.
Ampliación
Sabemos lo que nos ofrece el chipset, pero ahora hay que ver los condicionantes y las ampliaciones de prestaciones que puede ofrecer esta placa base. Es una placa base sencilla así que no debemos esperar grandes “florituras” en su equipamiento. Es una placa base para lograr buenos resultados sin dejarnos la cartera por el camino. Soporta hasta 64GB de RAM con velocidades de overclocking de hasta 3600 MHz. No es la mejor placa base de la marca en este aspecto, pero tampoco es la más cara. Soporta perfiles XMP 2.0 gracias a su chipset Intel.
Tiene dos slots PCI Express PEG con el sistema de protección metálica soldada a placa que protege el slot de cualquier problema mecánico generado de un maltrato de la placa base. Ciertamente con un uso normal una placa no debería recibir daños, pero mentiría si dijese que no he visto nunca arrancar el slot de una placa base sacando una tarjeta gráfica.
En estos dos slots podemos montar hasta dos tarjetas gráficas con sistemas SLI de Nvidia o Crossfire de AMD. Tiene cuatro slots PCI Express 1x adicionales y un tercer conector PEG con conectividad de hasta 8x. Esto nos da bastante libertad a la hora de mejorar nuestro PC con tarjetas de ampliación.
Contaremos también con un slot M.2 PCI Express 3.0 4x con hasta 32gbps de ancho de banda. Podemos montar en él unidades de hasta 80mm de largo. Eso nos deja acceso a las unidades de almacenamiento más potentes en el mercado y también a las que están por llegar. El resto de conectividad de almacenamiento incluyen múltiples puertos SATA y dos que conforman un slot Express SATA, que seguramente nunca llegaremos a usar.
Los slots SATA nos permitirán tener modos RAID de hasta tipo 5. Algo que viene de serie con este chipset. En mi opinión es la configuración adecuada para un jugador puesto que tendremos espacio para unidades de almacenamiento y un disco muy rápido para lograr el rendimiento esperado para el sistema y nuestros juegos más importantes.
Conectividad
La conectividad es básica pero completa. Me gusta que dispone de 4 puertos USB 3.0 en el frontal, pero echo en falta un segundo conector Ethernet, algo que ya es muy complicado de encontrar y más aún en las gamas medias donde se sitúa esta placa base.
En el panel posterior encontraremos cuatro puertos USB 2.0, un puerto PS2 de legado para los que usan teclados o ratones clásicos, dos puertos USB 3.0, un puerto HDMI, otro DVI de doble enlace y la conectividad de audio habitual. La placa base también dispone de conectividad USB 3.1 con un conector de tipo A y otro conector de Tipo C.
El chip Ethernet es un Intel i219, el habitual en esta generación, y es magnífico para mantener un canal estable de comunicaciones con las latencias que esperamos de un chip perfectamente en sincronía con el chipset del sistema y con unos drivers de calidad.
Diseño sobresaliente
La serie Carbon de MSI se caracteriza por el color negro del PCB y los detalles simulando fibra de carbono en algunos elementos de la placa como los disipadores del chipset o de los mostfets. Este modelo también incorpora nuevos leds de estado, como el de perfiles XMP, con una zona de iluminación RGB en el lateral que podemos personalizar a placer.
Es una placa poco sobrecargada, de hecho parece que le sobran espacios para florituras estéticas como las falsas pistas serigrafiadas sobre su superficie. Me gusta el minimalismo en su sistema de disipación que puede parecer escasa pero que en realidad demuestra la maestría de MSI en la configuración de sistemas de alimentación digitales. Como digo, es una placa de formato ATX, pero a la que perfectamente le podrían sobrar un par de centímetros en el lateral.
También es compacto el disipador del chipset, reducido y ajustado en forma y lugar y también tiene la ya típica zona aislada para la tarjeta de sonido y la zona de leds RGB que darán un toque de color personalizable a nuestro sistema.
Funcionalidad de software y sonido
La MSI Z170A Gaming Pro Carbon cuenta con el típico sistema de sonido con un DSP ALC1150 y un PCB aislado del resto de la placa base. Tiene conectores chapados en oro y un sistema de doble amplificador para auriculares. Estos amplificadores están disponibles para el conector delantero de la placa base y también para el trasero.
MSI potencia la capacidad de esta tarjeta de sonido con los códec Nahimic que llevan instalando ya desde hace algún tiempo en ordenadores, placas base y portátiles. Este es solo uno del buen conjunto de programas y utilidades que MSI incluye en estas placas base.
Entre las utilidades más interesantes encontramos un asistente de overclocking, un programa para instalar discos RAM. Es un buen conjunto que nos permitirá sacar partido de nuestro PC y desarrollar técnicas avanzadas que normalmente tenemos que comprar y usar mediante aplicaciones de terceros.
Este buen conjunto de software se completa con una bios accesible y potente. Fácil de manejar para cuando no tenemos ganas de líos y amplia y potente para los que se quieren remangar y meter mano a cualquier aspecto del funcionamiento del PC.
Nuestra experiencia y veredicto
Hace unos días probamos una de las mejores placas base Z170 del catálogo de MSI. La MPOWER Titanium es una placa base espectacular y más que efectiva pero cuando la comparamos con este otro modelo, mucho más simple sin duda, nos queda preguntarnos si realmente merece la pena dedicar 100 Euros más si lo que queremos es montar un sistema de juegos de calidad.
Sin duda hay diferencias entre ellas, importantes si nos ponemos a ver los detalles, pero lo cierto es que a la larga ambas harán el mismo trabajo y nos habremos ahorrado 100 Euros por el camino. El sistema de overclocking automático de esta placa en tan bueno como el de modelos más elaborados y eso, conjuntamente con alguna tarjeta gráfica de calidad, es todo lo que necesitaremos.