AMD Radeon RX Vega 64 Black Edition
Introducción
Una vez más AMD se adelanta a los tiempos con una arquitectura diseñada para maximizar rendimientos en anchos de banda, capacidad de cómputo y capacidad para adaptarse a las técnicas que llegaran en un futuro, pero, como leeréis hoy aquí, decepciona en sus posibilidades de hacer frente a los chips gráficos más potentes de Nvidia.
Su avance arquitectónico más importante en los últimos cinco años no se traduce en una competencia real a la hora de jugar y eso nos hace temer que AMD este más centrada en ofrecer soluciones de cómputo para grandes superordenadores que en que los jugadores podamos, de una vez por toda, desarrollar velocidades de FPS elevadas a resoluciones que marquen la diferencia con otras plataformas.
Arquitectura Vega
El elemento más llamativo de esta nueva arquitectura, aparte de usar los últimos avances productivos en obleas de 14nm FinFET de tres dimensiones, es la incorporación de memoria HBM de segunda generación.
Estas tarjetas pueden montar hasta 16GB de este tipo de memoria, que como sabéis se sitúa junto al encapsulado de la CPU logrando un diseño más eficiente, con más ahorro de energía, y con velocidades sorprendentes y un bus de memoria fuera de lo normal que permite un ancho de banda cercano a los 500GBps con frecuencias mucho más reducidas que las que encontramos en las alternativas más tradicionales como el GDDR5X.
Esta nueva generación de memorias HBM permite hasta 8 veces más de capacidad en el mismo espacio, el doble de ancho de banda por pin, hasta 3.5 veces más eficiencia energética y ocupan un 75% de espacio por lo que se traduce también en menores costes con la misma capacidad que las memorias del mismo tipo de la generación anterior.
Una de las mejoras más importantes de esta arquitectura la encontramos en la posibilidad de la GPU de ejecutar operaciones de 16-Bit de precisión en ratio doble. Esto aumenta la eficiencia de las operaciones y es completamente estándar y soportado por las API actuales. Esto incluye operaciones básicas, como sumas, restas, mínimos, máximos, etc. Con ello se logran mejoras de rendimiento importante en técnicas clásicas.
Las nuevas unidades de computación de Vega también añaden un importante conjunto de instrucciones nuevas, hasta un total de 40, formando una versión extendida del ISA que se podrán aprovechar con compiladores actualizados y que AMD hará público desde el lanzamiento de estas nuevas GPUs.
La arquitectura Vega añade técnicas aun no integradas en los API más punteros y se sitúa como la GPU más capaz y más adaptada a próximas mejoras en estos APIs como Vulkan y Direct 12. Técnicas que aún no se aprovechan por estas API pero que se aprovecharan en el futuro. Soporta Shader Model 6.0 e integra una nueva unidad de computación asíncrona de alto rendimiento y con concurrencia entre cálculo de computación y gráficos clásicos que es hasta un 13% más rápido que en la generación con arquitectura GCN como las anteriores Radeon RX.
Una de las más destacadas es su nueva forma de aproximación a la rasterización conservadora que se puede realizar de forma sobreestimada o infravalorada. De este modo se permite a la tarjeta realizar un menor consumo de recursos, con respecto a la rasterización tradicional, y se introducen nuevos algoritmos para el cálculo de técnicas como la iluminación global basada en voxeles o una mejor eficiencia en el mapeo de sombras por sub-pixel.
Especificaciones técnicas y conectividad del Vega 10
Podremos encontrar tres variantes en el mercado de esta nueva tarjeta. Ninguna de ellas la versión “Silver” que hemos visto en las presentaciones. Los tres modelos los podéis ver comparados en la siguiente captura:
Tienen entre 56 y 64 unidades de computación con 64 unidades de shaders por cada una de sus unidades de computación. Esto se traduce en unas cifras de entre 3584 y 4096 unidades de sombreado.
Todas estas unidades cuentan con motores de 256 unidades de texturas con 128 unidades de Rasterización clásica. Números que, con el ancho de banda que presentan las tarjetas, no aportaran mucha mejora en el rendimiento que obtendremos en resoluciones muy elevadas o en juegos donde el aporte de la mayor potencia de sus shaders no suponga una gran diferencia.
El bus de memoria cuenta con una capacidad de 8GB formada por memoria HMB2, con bus de 2048-Bit, con un ancho de banda real de 483GBps gracias a una frecuencia de trabajo de 945MHz. La GPU tiene también importantes mejoras de frecuencia con respecto a las generaciones anteriores de AMD con memorias HMB. Ahora la frecuencia base ronda los 1250 MHz, esto depende del modelo, y alcanza velocidades turbo superiores a los 1630MHz.
Con estas velocidades, y esta arquitectura mejorada, estas tarjetas son capaces de conseguir velocidades de computo sobresalientes de casi 14TFlops en su modelo más potente y unos nada despreciables 10.5TFlops en su modelo más modesto. La Radeon RX Vega 64 que hoy analizamos se sitúa en un puto medio con unos sorprendentes 12.66TFlops de capacidad de cálculo en coma flotante.
La conectividad de esta nueva GPU se ha renovado para ofrecer los estándares más punteros y una capacidad de resolución y pantallas simultaneas sin precedentes. AMD descarga cualquier tipo de conectividad analógica y se centra en el soporte de Displayport 1.4 y HDMI 2.0. Las tarjetas de referencia cuentan con tres salidas Displayport y una HDMI.
Esta última permite desarrollar resoluciones de 4K a 60Hz con HDR de 12-Bit y un subsampling de 4:2:0 que ofrece calidad suficiente para las mejoras pantallas de TV que podemos encontrar en la actualidad. La conectividad Displayport, siendo más potente, ofrece capacidad para hasta seis pantallas 4K@60Hz, 2 pantallas 4k@120Hz, permite también controlar hasta 3 pantallas 5K@60Hz con un solo cable e incluso una pantalla 8K@60Hz. Una tarjeta que estará preparada para las pantallas de próxima generación.
El soporte HDR también está presente, con 10-Bit por canal y capacidad para controlar hasta 4 3 pantallas 4K@60Hz o una 4k@120Hz. Algo que nos permitirá disfrutar de pantallas de máximas prestaciones que podrán también soportar la tecnología “Adaptive Sync VESA” o Freesync 1 y 2 de AMD.
El diseño de referencia
Esta tarjeta podemos encontrarla en diversas ediciones, pero el modelo estándar, o más accesible, es prácticamente ya un clásico de AMD. Se trata de una tarjeta completamente cerrada con una turbina posterior que recoge el aire del interior de la caja, lo pasa por una cámara de vapor que refrigera la GPU, memoria integrada y otros elementos importantes de la tarjeta, y lo expulsa fuera de la caja mediante una rejilla en el frente de la tarjeta.
Un diseño estándar y eficiente pero que suele ser menos elaborado y tiene menos rendimiento por RPM que soluciones con múltiples ventiladores de tamaño más grande. AMD mantiene también el backplate posterior donde se han añadido un par de nuevos elementos.
Por un lado, tenemos una escala lumínica, llamada GPUtach, de uso de GPU, que nos permite ver rápidamente la carga real de la tarjeta mediante un conjunto de leds en una de las esquinas de la tarjeta. El lateral también incluye un logo iluminado de Radeon y tenemos un pequeño switch encima de la tarjeta que nos permite cambiar la iluminación de la tarjeta entre rojo y azul y también apagar directamente en la tarjeta.
Requiere dos conectores PEG de 8 contactos que suman 300 vatios de potencia a los que podemos sumar los 75w extraídos del conector PCI Express 3.0 de 16x Un total que nos indica del alto consumo de la tarjeta pero que también añade un buen potencial de vatios extra con los que podrán jugar los overclockers. El modelo de referencia cuenta también con el ya clásico sistema de AMD de doble bios que nos permite trabajar con la tarjeta de una forma mucho mas segura.
Overclocking, consumo y temperatura
Las nuevas Radeon RX Vega 64 ofrecen frecuencias elevadas con respecto a los modelos anteriores que compartían un diseño similar. Las frecuencias base se aumentan de forma notable, sobre todo si somos capaces de controlar las temperaturas, logrando frecuencias en modo turbo superiores a los 1630MHz.
Podemos ampliar estas frecuencias fácilmente por encima de los 1750MHz, incluso alcanzando los 2000Mhz, pero tendremos que usar un sistema de refrigeración bien preparado para que esta mejora, que tendrá que ir de la mano de algo más de voltaje, no suponga un daño permanente en tu tímpano.
Digo esto porque el diseño de referencia, con turbina posterior de expulsión fuera de la caja por la zona de conectores, es capaz de trabajar hasta los 4800rpm con un ruido aproximado de 66dBA a un metro de distancia. A esta frecuencia de trabajo podemos lograr excelentes niveles de overclocking.
La memoria viene a una frecuencia de trabajo de 945MHz que podemos aumentar fácilmente a los 1100MHz. Es una mejora importante de casi un 15% que aumenta de forma sustancia el ancho de banda del bus de memoria. Esto se traduce en una mejora interesante del rendimiento en juegos cuando usamos resoluciones elevadas o tenemos que alimentar un monitor con muchos Hz de frecuencia vertical.
El problema de estas tarjetas no es tan siquiera las temperaturas, que están en una media de entorno a los 75-80 grados, margen que podemos configurar, y que es capaz de mantener frecuencias turbo elevadas de forma estable sin mucho ruido, a velocidades medias de la turbina, sobre los 37dBA con frecuencias estables cercanas a los 1530MHz y temperaturas menores a los 80 grados.
El consumo, en cualquier caso, es el mayor hándicap de esta tarjeta y seguramente lo que ha hecho que en líneas generales están no sean las gráficas que esperábamos que AMD sacara con esta nueva arquitectura. Consumen los modelos más potentes cerca de los 300w, 310w según nuestras pruebas, TDP lo que exige una fuente de alimentación bien dimensionada y también la refrigeración adecuada.
No me cabe la menor duda que veremos modelos muy silenciosos en el mercado, y con grandes niveles de overclocking, pero no será con este modelo de referencia, quizás si con el modelo con refrigeración líquida. Tendremos que esperar a lo mejor de MSI, ASUS o Gigabyte para ver la tarjeta Vega que realmente nos deje satisfechos con su equilibrio de consumo, potencia y ruido.
Rendimiento
Procesador: Intel Core i7-6950X 4.2GHz
Memoria: 32GB DDR4 3200MHz
Disco: OCZ RD400
Fuente de alimentacion: Seasonic Snow Silent 1050w
Drivers: Nvidia Geforce 378.78
3DMark FireStrike
3DMark FireStrike Extreme
Battlefield 1 (DX12). Resolución 1080P. Calidad ultra.
StarWars BattleFront (DX12). Resolución 1080P. Calidad ultra.
Total War: Warhammer (DX12). Resolución 1080P. Calidad ultra.
Tom Clancy's The Division (DX12). Resolución 1080P. Calidad ultra.
Halo Wars 2 (DX12). Resolución 1080P. Calidad ultra.
DOOM (Vulkan). Resolución 1080P. Calidad alta.
Ashes of the Singularity (DX12). Resolución 1080P. Calidad alta.
Battlefield 1 (DX12). Resolución 2k. Calidad ultra.
StarWars BattleFront (DX12). Resolución 2k. Calidad ultra.
Total War: Warhammer (DX12). Resolución 2k. Calidad ultra.
Tom Clancy's The Division (DX12). Resolución 2k. Calidad ultra.
Halo Wars 2 (DX12). Resolución 2k. Calidad ultra.
DOOM (Vulkan). Resolución 2k. Calidad alta.
Ashes of the Singularity (DX12). Resolución 2k. Calidad alta.
Ejemplo de Gameplay a resolución 2K, calidad ultra con Freesync activado con frecuencia objetivo 89Hz:
Minería de Ethereum con la Vega 64
Sin duda muchos de vosotros estaréis interesados en las capacidades que puedan ofrecer estos nuevos chips a la minería de criptomonedas. Hemos realizado algunas pruebas sobre nuestra tarjeta Radeon RX Vega 64 con resultados interesantes que nos permiten pensar que será un chip que mejorará mucho en cuanto a su capacidad de cálculo de hashes.
Ahora mismo podemos confirmaros que es fácil extraer de ella entre 33-35MH/s con algunos ajustes y sin contar con unos drivers realmente solidos con los que trabajar. Los diferentes programas de minería también se deberán adaptar a la nueva ISA de la tarjeta, que publicará hoy mismo, por lo que es fácil pensar que estas tarjetas podrán alcanzar los 50Mh/s en un futuro muy próximo.
Está lejos de lo que se ha rumoreado por ahí, cerca de los 70-100MH/s pero más allá de rumores, y a la vista de nuestros datos, esta tarjeta mejorara notablemente el rendimiento de la GTX 1080ti en estas tareas y debería hacerlo a un precio bastante inferior a la mejora alternativa de Nvidia.
Análisis y conclusión
Personalmente estoy algo decepcionado con esta nueva generación de GPUs de AMD. El rendimiento no llega ni poner en peligro al reinado de la GTX 1080Ti de Nvidia que un modelo de GPU que lleva ya algunos meses en el mercado y que ni tan siquiera es el modelo más potente de la marca. Solo pone en peligro a la GTX 1080, que sin duda es una gran tarjeta gráfica, pero lo hace con un consumo superior en un 50%. Personalmente no es lo que esperaba y creo que es porque esta no es una GPU para jugadores.
Esta es una gráfica para computación y en eso es difícilmente superable. Tiene un potencial de cálculo y un ancho de banda que la hace fantástica para este tipo de objetivos profesionales que quedan muy lejos de las necesidades de un jugador.
Aun así, creo que AMD venderá estas nuevas GPUs sin ningún tipo de problema porque estarán bien posicionadas en precio y porque nuestros primeros resultados minando criptomonedas prometen un brillante futuro para estas GPUs en este tipo de tareas. Esos 35Mh/s pueden saber a poco, pero con algo de optimización de programas y drivers estas tarjetas podrán superar fácilmente los 40Mh/s convirtiéndose en objeto de deseo por parte de mineros de todo el mundo.
Personalmente no me quedo con un buen sabor de boca a pesar de ser consciente de que esta tarjeta mueve cualquier juego moderno con soltura salvo que nos exijamos con resoluciones 4k con pantallas de elevada frecuencia de refresco vertical. Hemos esperado mucho por esta nueva generación de GPUs de AMD, con memoria HMB2 y ahora no tenemos los resultados que esperábamos. Quizás la próxima vez tengamos que ponernos expectativas menores en cuanto a GPUs para juegos se refiere, al menos en lo que respecta a AMD.