Intel Core i7-8700K
Introducción
Con modelos como este nuevo Core i7-8700K, Intel ha reaccionado a las capacidades de una renovada competencia con procesadores de hasta 2000 Euros, el cual probamos hace tan solo unos días, y nuevas gamas de producto, como los Core i9 o el socket LGA2066, pero lo mejor llega ahora, quizás hoy mismo, con nuevos procesadores de gama media bastante más potentes, pero no exentos de cierta polémica por no ser compatibles con los chipsets, para este mismo socket, que tenía ya la marca en el mercado.
Nuevos procesadores Core i5 y Core i7 de octava generación
Hoy Intel introduce su octava generación de procesadores Core para ordenadores sobremesa, siguiendo el lanzamiento, hace tan solo unos días, de sus homólogos para sistemas portátiles de bajo consumo, para ordenadores ligeros y convertibles. Hoy llegan varios modelos de sobremesa, con socket LGA1151, que estrenan nuevos chipsets y que tienen en común un mayor número de núcleos y de hilos de proceso que generaciones anteriores.
Esta nueva generación mantiene el proceso de fabricación de 14nm, pero se han realizado diversas optimizaciones en el proceso de fabricación que ha permitido, según la propia Intel, aumentar el número de núcleos de sus procesadores, mejorar las frecuencias turbo y mantener los perfiles de energía de generaciones anteriores.
Esto en parte es verdad, pero también es cierto que Intel juega más con las frecuencias, y su eficiente tecnología de ajuste de frecuencias, para lograr ese objetivo térmico, de consumo, al fin y al cabo, que se traduce en una mejora de prestaciones general con una calibración más especializada de sus procesadores. Esto lo vemos, comparando frecuencias base y turbo de esta y generaciones anteriores. Ya que estamos con el modelo más potente de esta generación, veamos datos de su antecesor.
El Core i7-7700k era un procesador de 91w de consumo, TDP, con cuatro núcleos y ocho hilos de proceso. Su frecuencia base era de 4.2GHz, y la frecuencia turbo de 4.5GHz. Su sustituto presume de dos núcleos mas, 6 núcleos y 12 hilos, con un consumo de 95w y una frecuencia base de 3.7GHz y turbo de 4.7GHz. Este procesador es capaz de jugar con frecuencias más altas, pero no en todos sus núcleos, pero las frecuencias bajas son 500MHz más reducidas que su modelo antecesor. En este equilibrio, bien logrado, y 4 vatios más de consumo, Intel coloca dos núcleos mas que se traducen en una mejora importante.
Con esto no quiero decir que Intel no haya mejorado sus procesos, incluso han cambiado la forma de alimentar el procesador en el propio socket, pero está claro que parte de la mejora también viene de este equilibro entre frecuencias, frecuencias turbo, consumo añadido, etc.
No solo mejora el modelo más potente, lo hace toda la gama de octava generación. De momento se lanzan seis modelos, con precios desde los 120 Euros, y todos tienen un mínimo de 4 núcleos de proceso, incluso los dos Core i3 que podéis ver en la lista. Los Core i5, de menos de 200 Euros, pasan a seis núcleos sin hyperthreading y habrá una versión Core i7-8700 con frecuencias más bajas, y sin posibilidad de overclocking, con seis núcleos y doce hilos de proceso, por poco más de 300 Euros.
Os mantienen, aunque deberemos tener cuidado porque parece que la oferta no podrá cubrir la demanda inicial, y seguramente veamos precios en tienda algo más caros de los que os estemos nosotros ofreciendo aquí desde fuentes oficiales.
Todos estos modelos mantienen la inclusión de tarjetas gráficas integradas. Están basadas en la misma generación que las gráficas de los Kaby Lake y no ofrecen ninguna mejora técnica ni tampoco de rendimiento. Son tarjetas que nos permitirán salir del paso con monitores de hasta resolución 4k, soporte para Displayport 1.4. y HDMI 2.0, con una gran aceleración de video, pero una escasa capacidad de proceso 3D.
Son procesadores que mantienen una unidad de memoria de doble canal con 128-Bit de ancho de banda teórico. Esta generación mejora la velocidad de soporte oficial, con un mínimo de 2666MHz. Cualquier placa, como las que nos han dado soporte para este análisis, permiten montar este tipo de memorias e incluso memorias de más de 4GHz de frecuencia.
Tienen 16 líneas PCI Express integradas en el procesador, a las que se suman las que ofrece el chipset Z370, del que hablaremos luego. Es un interfaz suficiente para graficas de gama alta, y también para configuraciones de múltiples GPU reduciendo ancho de banda a los habituales, y suficientes, 8x.
Socket polémico y chipset Z370
Los nuevos procesadores de octava generación de Intel trabajan sobre un socket LGA1151, el mismo que han utilizado otras dos generaciones de procesadores Core con la diferencia que esta es la primera vez que Intel obliga a sus clientes a cambiar de placa base para dar soporte a procesadores en este socket. En resumidas cuentas, tu placa Z170 o Z270 no son compatibles con los nuevos procesadores porque Intel ha cambiado la distribución de patillaje de alimentación en el socket en un intento, según la marca, de mejorar la capacidad de overclocking del procesador que personalmente entiendo como un método para mejorar ese comportamiento de sus frecuencias en velocidades “turbo”.
Sea como fuere si quieres uno de estos nuevos procesadores tendrás que comprar una placa base con chipsets de tercera generación. Lo que si te podrás ahorrar es el sistema de refrigeración ya que mecánicamente es idéntico a los anteriores y los consumos también son los mismos, aunque, como veremos luego, seguimos con los problemas de temperatura muy elevadas en overclocking.
El chipset Z370 no es muy distinto a lo que ya conocíamos con el Z370, y tampoco lo serán ninguno de los otros chipsets que irán saliendo al mercado en esta tercera generación, pero tiene alguna que otra mejora interesante a nivel conectivo.
Las líneas PCI Express 3.0 de que dispone son las mismas 24 que ya podíamos encontrar en el Z270. Se comunican con el procesador mediante un bus DMI 3.0 que es básicamente un enlace PCI Express 3.0 4x de 32Gbps.
Las capacidades y estructura de las placas Z370 apenas varia sobre generaciones anteriores como el Z270 o el Z170.
Mantiene la conectividad SATA con seis puertos de tipo 3.0 que se pueden combinar en modos RAID. Este chipset también ofrece soporte para unidades M.2 PCI Express 3.0 4x, como veremos en cualquier placa base que se precie, con modos RAID, NVMe y soporte para unidades de memoria Optane de Intel.
La conectividad USB tiene mejoras interesantes puesto que por fin encontramos soporte nativo para USB 3.0 Gen2 con enlaces de 10Gbps. Hasta ahora los fabricantes de placas tenían que añadir controladoras USB adicionales capaces de ofrecer esta tecnología, ahora Intel nos ofrece hasta seis puertos USB 3.1 Gen2 directamente en chipset. Soporta cuatro puertos USB 3.0 Gen1 adicionales y hasta 14 puertos USB 2.0.
El resto de conectividad es la habitual: ethernet, tres monitores simultáneos, SMBus, HD Audio, SPI, Thunderbolt 3, modos de reposo profundo, soporte para chipsets wifi Intel integrados y soporte para tecnología SmartSound de Intel con DSP de cuatro núcleos. Todo ya disponible en generaciones anteriores.
MSI Z370 Gaming Pro Carbon
Un buen ejemplo de placa base con el nuevo chipset Z370 de Intel lo encontramos en la nueva MSI Z370 Gaming Pro Carbon, que es la placa base que hemos usado para este análisis. Es un modelo de gama media, que encontraremos a un precio bastante atractivo y que ofrece ese potencial que esperamos de la gama media de Intel.
Almacenamiento M.2, con doble slot, soporte SLI y Crossfire, conectividad extensa y variada, soporte para memorias de alta velocidad y una bios accesible donde sacar partido a los nuevos procesadores de Intel.
De esta placa base os hablaremos largo y tendido en nuestro próximo artículo, nos dará una buena imagen de lo que podemos esperar de MSI en esta nueva generación de chipsets, para esta nueva generación de potentes procesadores de gama media.
Que tienen de bueno tener más núcleos
Muchos usuarios, con razón, se plantean si realmente es necesario, sobre todo para jugar, procesadores con más núcleos. La respuesta no es sencilla porque depende de muchos factores, empezando por los propios juegos que usemos, pero generalmente tener más núcleos se traduce en tener más recursos disponibles y eso nos puede permitir jugar mejor, más rápido, y también tener una multitarea más potente y eficiente.
Cierto es que no muchos juegos pueden aprovechar seis núcleos, aunque muchos otros sí que pueden hacerlo, pero sí de esos seis núcleos, que también tienen que realizar otras tareas y ejecutar otros servicios del sistema operativo, podemos tener cuatro dedicados al juego y otros dos a otros procesos, habremos ganado en eficiencia en todas y cada una de esas tareas en ejecución, de eso se encargara el propio sistema operativo gracias al buen soporte que tienen actualmente para este tipo de procesadores.
Intel nos ofrece esta importante mejora sin aumentar los precios de sus gamas, se mantienen igual y su competencia también tiene procesadores de muchos núcleos, e hilos de proceso, en la misma gama y en los mismos precios. Quizás no veamos una ganancia de FPS, que también dependerán de nuestra tarjeta gráfica, pero sí que disfrutaremos de un sistema notablemente más ágil, si queremos sacarle provecho.
No impresiona tanto como el numero de hilos que presenta un Core i9 o un AMD Threadripper, pero 12 hilos de proceso es una cantidad más que sufciente para tener un PC muy polivalente.
No solo jugar se verá beneficiado, cualquier tarea exigente, como la creación de contenidos tendrá una mejora importante de rendimiento, como veremos ahora en nuestras pruebas. Es un salto importante para la gama media de Intel, que se está trasladando también a portátiles con ordenadores ligeros y que, sin duda, también llegara a portátiles potentes con nuevas generaciones de procesadores de 35w con seis núcleos.
Overclocking y temperaturas
Se supone que estos procesadores han sido rediseñados para lograr un mejor overclocking, pero lo cierto es que si queremos lograr frecuencias más elevadas que en generaciones anteriores tendremos que retirar le material de intercambio entre el procesador y el “heatspreader”. Seguimos con el problema de generaciones anteriores con una temperatura fuera de control en cuanto subimos algo el voltaje o aumentamos las frecuencias. Si no tenemos una disipación realmente eficiente, y su capacidad se perderá en la mala elección de Intel de los materiales, tendremos temperaturas por encima de los 90 grados y throttling a frecuencias menores, para controlar ese calor extra.
Es una pena porque esperábamos más de este procesador, es fácil mantenerlo a 4.6GHz sin throttling, pero tampoco se gana mucho desde la configuración de mejora de frecuencias que tiene el procesador en sus modos turbo, apenas un 10% de rendimiento, por lo que sin duda ponemos en duda que realmente Intel haya pensado en los overclockers sino en más bien mantener un perfil alto en el rendimiento del procesador en su configuración de fábrica.
Un poco de overclocking, incluso solo para mantener una frecuencias que el mismo alcanza en modo turbo (aunque solo en un maximo de 1 núcleo) pueden suponer temperaturas de trabajo difíciles de controlar con un disipador decente.
Los que quieran perder la garantía de su procesador de 350 Euros sin duda encontraran mucho mejores temperaturas retirando el “heatspreader” para mejorar los materiales de intercambio entre la superficie metálica y el propio “die” del procesador.
Rendimiento mejorado
La mejora de rendimiento, como veremos ahora, es notable y sus frecuencias de trabajo elevadas le permite también un excelente comportamiento en rendimiento por núcleo. Es un procesador que resultara realmente interesante para jugadores ya que combina una buena cantidad de núcleos, con un excelente rendimiento en cada uno de ellos.
Handbrake 1.0. En segundos, menos es mejor.
Cinebench R15 1-Core
Cinebench R15 SMP
Sisoft Sandra 2016 CPU Aritmética
Sisoft Sandra 2016 CPU Multimedia
Sisoft Sandra 2016 MEM Bandwidth
Geekbench 4 1-CPU Single
Geekbench 4 x-CPU SMP
Consumo CPU en carga
Rendimiento en juegos con Geforce GTX 1080Ti
El nuevo Core i7-8700K tiene un rendimiento excelente para juegos, a la par con nuestro procesador estrella en este campo, el Core i9-7900X, que dos veces y media mas. Sin duda Intel no nos engaña cuando dicen que este es su mejor procesador para juegos hasta la fecha. Su equilibrio de núcleos, frecuencia, consumo y precio es insuperable.
Conclusión
Por mucho que Intel nos intente convencer de que solo ahora ha logrado la optimización de sus procesos para introducir más núcleos en esta gama, la sensación es que solo la competencia ha conseguido que Intel nos ofrezca a los usuarios la tecnología superior que realmente podían ofrecernos en este rango de precios.
El aumento de núcleos no solo impulsara mejores desarrollos en un futuro, sino que es perfectamente perceptible en el uso diario. Ya seamos jugadores, programadores, diseñadores…todo ese tipo de tareas, y muchas de ellas combinadas, tendrán importantes mejoras de rendimiento con procesadores que cuenten con más núcleos.
Es el caso de esta nueva generación de Intel para ordenadores sobremesa, que sin duda tienen mejoras importantes, pero es tanto o más importante en sistemas portátiles donde ahora disfrutaremos del doble de núcleos con consumos similares a los que teníamos hasta ahora. Para mi es casi más importante esta evolución que la de los procesadores sobremesa puesto que estos ya tenían gamas más elevadas con configuraciones con más núcleos.
Sea como fuere esta generación trae consigo modelos muy interesantes, aunque la capacidad de overclocking del 8700k nos ha decepcionado un poco y decepcionara a todo aquel que espere que su sistema de refrigeración convencional será suficiente para alcanzar los 5GHz o frecuencias similares. Quizás con suerte, y eligiendo el “batch” adecuado, se puedan lograr estas frecuencias, con nuestra muestra de análisis definitivamente no.