Review AMD Pinnacle Ridge Ryzen 5 2600X y Ryzen 7 2700X
El tiempo ha pasado rápidamente pero ya ha pasado un año desde que AMD revolucionara el mercado de las CPU de sobremesa con sus procesadores Ryzen con arquitectura Zen de alto rendimiento y capaz de configurarse, gracias a su diseño modular, en CPUs de gran número de núcleos incluso en estos modelos de gama media sin gráfica integrada.
Tener un procesador con 8 núcleos y 16 hilos de proceso es algo común y accesible gracias a esta nueva arquitectura de AMD. Arquitectura que mostraba una alta eficiencia gracias a su proceso FinFET de 14nm lo que permite a AMD diversificar su oferta en consumos y formatos.
Detrás de estos primeros modelos de sobremesa llego la gama alta, con los procesadores Threadripper de hasta 32 hilos de proceso, los procesadores EPYC para servidor con hasta 64 hilos de proceso y toda una gama de procesadores de ultra bajo voltaje para portátiles y hace pocas semanas nuevas generaciones de procesadores de gama de entrada con gráficos integrados capaces de ofrecer rendimiento 1080p con gran calidad.
Zen ha conseguido revolucionar el catalogo de AMD y poner en jaque a su competencia, salvo quizás en el mercado de los portátiles, donde está costando más arrancar a pesar de tener un producto realmente sólido. Hoy llega la actualización de estos procesadores, de la mano de un nuevo chipset, y con tareas que resolver en diversos aspectos.
El primer cambio importante, incluso para ser una fase de actualización, lo encontramos en la reducción del proceso de fabricación. Estos nuevos procesadores disfrutan de un proceso FinFET tridimensional de 12nm (primer procesador sobremesa con esta reducción de fabricación), una mejora importante sobre los 14nm, que permite a AMD aumentar la eficiencia o aumentar la frecuencia de trabajo, y el overclocking, en estos nuevos procesadores.
AMD ha optimizado la unidad de control de memoria DDR4 integrada en este procesador para lograr, en combinación con los nuevos chipsets, menores latencias en memorias de alta velocidad preparadas para ello y también menores latencias en sus tres niveles de cache con hasta un 34% de mejora en su cache de segundo nivel y un 16% en su cache de tercer nivel, la que comparten todos los núcleos del procesador.
La mayor eficiencia también ha permitido a AMD desarrollar su tecnología Precision Boost 2 con mejor sustentación de las frecuencias turbo de los diferentes procesadores de la nueva gama. Frecuencias que también son más elevadas que en los modelos de la generación anterior.
AMD mantiene integración del IHS (Integrated Heat Spreader) mediante soldadura, solo dejando la gama mas baja de sus APU con contacto por pasta térmica. Es algo que los overclockers agradecen ya que Intel hace tiempo que dejo de escuchar a sus clientes y han hecho oído sordos a las criticas sobre sus procesadores para overclocking, que montan casi todos pasta térmica. También se mantiene la disponibilidad de multiplicador liberado en toda la gama Ryzen, con mejoras especificas para los modelos X.
AMD también ha añadido mejoras en su aplicación Ryzen Master, con una nueva versión 1.3, y ha introducido nuevos disipadores donde destaca el nuevo Wraith Prism RGB que potencia precisamente la iluminación sin dejar de lado la refrigeración optima de los modelos de gama mas alta, como el nuevo Ryzen 2 2700X.
Ryzen Master es un buen complemento a la funcionalidad que ofrecen la bios de la placa o el software del fabricante de la misma. Permite monitorización, overclocking, ajustes detallados y grabación de perfiles de acceso rápido.
Estos nuevos procesadores serán compatibles con todos los chipsets de socket AM4 disponibles en el mercado, los diferentes fabricantes ya trabajan en las actualizaciones de bios adecuada y AMD mantendrá su programa de prestamos de CPU para poder flashear tu placa base y adaptarla a los nuevos procesadores.
De momento encontraremos cuatro procesadores en el mercado con esta nueva arquitectura, todos de gama media-alta. Se trata de los nuevos Ryzen 2 2600, 2700, 2600X y 2700X. Podremos acceder a ellos desde los 197 Euros, ya se pueden comprar, y el modelo más caro ronda los 325 Euros que es incluso más económico que el modelo 1700X cuando salió al mercado.
Estas son sus diferentes especificaciones, como veréis en ellas hay diferencias de consumos, núcleos y frecuencias. Me alegra ver que AMD sigue apostando por consumos ajustados de 65w en sus gamas de seis y ocho núcleos.
Una de las novedades mas interesantes de este chipset, aparte de sus capacidades mejoradas para sustentar las latencias reducidas de estos nuevos procesadores, o adaptarse mejor a sus nuevas características energéticas y desarrollar todo su potencial de overclocking. Algo sin duda importante pero que no es tan llamativo como la tecnología StoreMI que se estrena en este chipset y que de momento será exclusiva para el (desconocemos hoy en día si esta tecnología se podrá trasladar a otros chipsets anteriores para Ryzen).
StoreMI es una tecnología exclusiva del AMD X470, ni tan siquiera el X399 para Threadripper dispone de ella, y es un modo interesante de afrontar la aceleración de unidades tradicionales fusionando SSD, HDD y memoria RAM en una única unidad sustentada por nuevos algoritmos adaptativos.
Normalmente cuando montamos un ordenador de alto rendimiento solemos usar unidades SSD de cierta entidad y velocidad para el sistema, aplicaciones importantes y quizás para algún juego con el que jugamos habitualmente. El resto normalmente lo almacenamos en unidades mecánicas más grandes y económicas.
Lo normal, aunque hay otros métodos de cache en el mercado, es que nosotros mismos hagamos ese balanceo de forma manual. StoreMI combina tu SSD y tu HDD en una única unidad, completamente transparente para el sistema, y le añade una capa de RAM, con hasta 2GB dedicadas, para desarrollar nuevos tipos de algoritmos de cache de alta velocidad. Todo con apenas cuatro clics y completamente transparente para Windows.
AMD lo vende como una buena oferta de acelerar la carga de tus juegos, pero se me ocurren otro tipo de aplicaciones de trabajo, sobre todo las que trabajan con archivos grandes, que se podrían ver beneficiadas de este tipo de cache. AMD afirma que las velocidades de carga, con este sistema comparado con un HDD tradicional, pueden ser hasta 9 veces más rápida.
El resto del chipset es muy similar al X370 por no decir idéntico. Soporta el mismo número de líneas PCI Express, mismo numero de conectores SATA, misma capacidad RAID (también en unidades M.2) y misma conectividad USB.
Estos procesadores disponen de un total de 24 líneas PCI Express de las cuales 16 están orientadas a su uso para gráficos dedicados, 4x para el almacenamiento masivo y 4x para la disposición del chipset. Esto facilita el acceso a combinaciones de almacenamiento de alto rendimiento no siendo esta la oferta mas poderosa de AMD y ha sido objeto de crítica, por la poca aportación del chipset al número de líneas PCI Express 3.0, algo que quizás AMD corrija en próximos chipsets, se habla de un nuevo modelo X490, pero que ciertamente no encontraremos este X470.
Dos procesadores probamos hoy, los dos que llegan con el lanzamiento y ciertamente es una pena porque me hubiera gustado también probar alguno de los modelos de menor consumo, los que no tienen la X, sin embargo, esa X hace referencia a la tecnología XFR de AMD que además esta potenciada en estos modelos mas modernos.
XFR nos permite mantener frecuencias mas elevadas de turbo si aportamos la refrigeración adecuada, refrigeración potenciada sobre las necesidades del procesador. Este modelo dispone de seis núcleos con doce hilos de proceso. Igual que sus modelos análogos de la generación anterior. La diferencia la encontramos que en sus 95w de consumo tenemos 200MHz mas de frecuencia turbo, una frecuencia que es capaz de sostener y alcanzar en mas ocasiones que la generación anterior.
Gloriosos seis núcleos con 12 hilos de proceso en Windows.
Con estas frecuencias, y con las frecuencias mejoradas que hemos obtenido mediante overclocking, este procesador es una alternativa realmente buena con respecto a los procesadores Core i5 como el 8600k de seis núcleos y el mismo numero de hilos de proceso. Con respecto a este procesador tendremos rendimientos similares en juegos, pero en multitarea tendremos una mejora importante tanto a nivel de recursos disponibles como en cuanto a aumento del rendimiento.
AMD suministra este procesador con un disipador Wraith Spire. Este disipador de anclaje a soporte de socket, lo hemos visto también en las nuevas APU de segunda generación que se presentaron algunos meses. Su comportamiento es adecuado si dejamos al procesador a sus frecuencias de serie, con niveles de ruido y temperatura controlados, pero genera bastante ruido si queremos hacer overclocking de calidad con él. Al menos es una solución de serie adecuada, lista para que echemos a andar nuestro procesador.
Resulta curioso que esta sea la nueva joya de la corona, está claro que AMD se guarda un as bajo la manga en forma de 2800X para responder al Core i7-8086K que prepara Intel para el 40 aniversario del primer procesador con arquitectura x86 del mundo. No me cabe la menor duda de que el Ryzen 7 2800X llegará como respuesta en pocas semanas.
Pero mientras ese procesador llega el modelo de 8 núcleos y 16 hilos de proceso de mas rendimiento de la marca es este nuevo 2700X. Un procesador donde se ha ampliado el TDP hasta los 105w, 10w más que el Ryzen 7 1800X, lo que le permite tener más margen de maniobra a la hora de desarrollar frecuencias más elevadas, con un turbo mas sostenido y capaz.
16 hilos en Windows, con precios por debajo de los 300 Euros.
Este modelo trabaja con una frecuencia turbo de hasta 4.3GHz, frecuencia que en overclocking podemos mantener de forma constante para sus ocho núcleos, con una frecuencia base de 3.7GHz. Es un procesador que compite de tu a tu con el Intel Core i7-8700K en frecuencias estándar, con un precio algo mas competitivo. Su mayor número de núcleos ofrece también más velocidad en aplicaciones preparadas para ello y también mas recursos para el desarrollo de multitarea.
También es verdad que a nivel de overclocking se quedan algo mas cortos estos modelos, necesitan una refrigeración extrema para desarrollar frecuencias cercanas o superiores a los 5GHz y eso los aleja un poco del usuario que busca un overclocking cercano a los 5GHz, algo que se puede conseguir con los últimos Core de octava generación con una refrigeración liquida de cierta entidad.
El Ryzen 7 2700X se acompaña del nuevo disipador Wraith Prism que es una evolución del Wraith Max con el mismo diseño térmico, bastante adecuado para este procesador de 105w, donde se potencia la iluminación RGB estandarizada y compatible con cualquier sistema de cualquier fabricante de placas base u otros controladores RGB. El Prism monta un ventilador translucido que mejora la vistosidad y amplifica la capacidad de iluminación RGB del disipador.
Este nuevo disipador integra también dos posiciones para velocidades de trabajo, heatpipes de cobre de contacto directo, dos zonas RGB diferenciadas y tiene un ruido máximo de trabajo de 39dBA.
El Wraith Prism ofrece también excelentes niveles de ruido a las frecuencias estándar del procesador, pero se echa de menos una “delta T” más controlada cuando saturamos al procesador, a todos sus núcleos, a los niveles máximos de overclocking con refrigeración convencional que soporta este procesador. Este disipador va de serie con el procesador, listo para echar a andar sin mayor inversión.
AMD ha tenido la deferencia de mandarnos dos placas base para acelerar nuestras pruebas con estos nuevos procesadores, son además dos buenos ejemplos de lo que podremos encontrar en placas base con el nuevo chipset X470.
Estas placas no ofrecen grandes novedades a nivel funcional, pero ambas son excelentes ejemplos de integración de estos chipsets con soporte para estos procesadores. La MSI X470 Gaming M7 AC es una placa base completa, integra incluso Wifi-AC, con dos slots para unidades M.2 con un disipador integrado, que continua sobre la disipación del propio chipset.
Tiene una impresionante configuración de alimentación de 14 fases (doble conector auxiliar para CPU) completamente digital y no le falta detalle, incluido un potente sistema de iluminación RGB con conectividad para dispositivos externos. Soporta SLI, con enlace de 8x en ambos conectores, también Crossfire de AMD, tiene un amplio abanico de controles en placa, con display POST para monitorización, niveles de overclocking por hardware o software, conectividad USB-C 10Gbps frontal y trasera y un largo etcétera de prestaciones. Podemos encontrarla ya por un precio muy interesante de unos 250 Euros, impuestos incluidos.
La otra placa base que hemos probado es la actualización de un clásico de ASUS. La gama Crosshair es sinónimo de AMD y esta nueva generación, la ASUS Crosshair VII Hero Wifi, hace honor a toda esta larga tradición. 12 fases de alimentación digital, dos para la memoria, doble slot M.2, uno de ellos de hasta 110mm de largo, una estética mimada hasta el más mínimo detalle y todo un abanico de prestaciones para jugadores y overclockers.
Prestaciones como sus controles en placa, excelente integración de la iluminación RGB en diferentes zonas donde se añade conectividad RGB extendida para otros componentes compatibles, conectividad USB-C 10Gbps para frontal y zona trasera, cobertura de puertos integrada, Wifi-AC, SLI, Crossfire (enlace 8x en estos modos) y un potente sistema de sonido con componentes japoneses de calidad Hi-Fi y amplificador para auriculares de monitorización. Una de las mejores placas base que encontraremos con este chipset y no mucho más cara que la MSI ya que rondara los 280 Euros.
Uno de los puntos débiles de esta arquitectura es el overclocking a temperaturas de trabajo normales. Los primeros Ryzen tenían un margen de overclocking de unos 200MHz y lo mejor que podíamos hacer era forzar de forma persistente los modos turbo del procesador para que trabajar siempre a esa frecuencia mejorada, eso ofrecía estabilidad completa y una mejora del rendimiento de entre el 8-10%.
Esta nueva generación ha mejorado algo en la capacidad de overclocking, aunque sigue requiriendo mucha refrigeración y voltajes elevados. En nuestro caso, y esto siempre depende un poco de la suerte con el procesador, hemos logrado mejores frecuencias con el Ryzen 7 2700X que con el Ryzen 5 1600X. Este ultimo nos ha permitido, con su refrigeración de serie y sin superar los 40dBA de ruido, una frecuencia completamente estable de 4.25GHz, 150MHz sobre la frecuencia turbo y 650MHz más sobre la frecuencia base. No es una gran mejora, están lejos estos modelos de la capacidad de overclocking de sus homólogos de Intel, pero esta claro que mejora hay.
Si me gusta como ahora el AMD X470, y estos procesadores, gestionan a las mil maravillas las capacidades de frecuencia y latencias agresivas de módulos de memoria de alta velocidad como los que hemos usado para este análisis. Eso mejora el ancho de banda, pero también reduce las latencias de forma notable. El Ryzen 7 2700X nos ha ofrecido algo mas de frecuencia, pero también a mayor voltaje, casi 1.5v.
La frecuencia final que hemos logrado es de 4300MHz, de forma estable y con su ventilador de serie. Es algo más que en el Ryzen 5 2600X y con suficiente estabilidad para pasar nuestra batería de pruebas, pero está claro que tampoco es un portento para el overclocking.
Sisoft Sandra. Aritmética.
Sisoft Sandra. Multimedia.
Sisoft Sandra. Ancho de banda memoria.
Cinebench R15 1xCPU
Cinebench R15 SMP
Handbrake. Menos es más.
Geekbench 4 Single
Geekbench 4 SMP
Pruebas en juegos. 1080p con Geforce GTX 1080 Ti.
Pruebas en juegos. 4k 3840x2160 con Geforce GTX 1080 Ti.
No hay grandes cambios entre esta y la generación anterior, es algo que ya nos esperábamos, pero también es cierto que estas nuevas versiones se comportan mejor a nivel energético, mantienen mejor sus frecuencias turbo sin necesidad de overclocking y el nuevo chipset también parece haber limado alguno de los problemas que tenían estos procesadores con la gestión de la memoria. ¿Merece la pena cambiar si tienes ya un Ryzen serie 1000?, diría que no.
La gran mejora de esta nueva generación de procesadores la encontramos en el cambio de proceso a 12nm. Parece una pequeña mejora, solo dos nanómetros menos, pero hace de estos procesadores unas unidades mucho más eficientes, con una mejor gestión de sus modos turbo. Esto sumado a las mejoras de diseño, aprendidas durante este año, han conseguido que el AMD Zen+ haga honor a su nombre con un resultado muy positivo.
Probando el Ryzen 5 2600X con el disipador Wraith Spire
No hay cambios importantes de funcionalidad, pero si algunas tecnologías añadidas, un nuevo chipset que permite un mejor control de memoria, con menor latencia, y también se introducen interesantes tecnologías de almacenamiento como la nueva StoreMI que ofrece un nuevo concepto de almacenamiento hibrido donde se suma la RAM del sistema a modo de cache.
Por lo demás los nuevos Ryzen de la serie 2000 son mas de lo mismo y eso, siendo esta una opinión, es bueno ya que mantiene esa disponibilidad de un gran numero de núcleos y de hilos de proceso donde no solo tenemos gran disponibilidad de recursos, o una gran velocidad en aplicaciones y juegos compatibles, sino que ofrece también una gran potencia a un solo núcleos.
Probando el nuevo Ryzen 7 2700X con el nuevo disipador Wraith Prism
Esto es lo que hizo del Ryzen una revolución el año pasado y esa esencia se mantiene y lo hace con precios competitivos, muy poco por encima a los precios de derribo que tiene ahora la primera generación, en un claro intento de eliminar stock antes de la llegada de estos nuevos modelos.