Review Teclado Gigabyte Force K85
El Gigabyte Force K85 es un teclado mecánico basado en interruptores Kailh Red que en su día, allá cuando salió en 2016, destacó por ofrecer un sistema RGB con un precio bastante asequible para lo que había en el mercado. Para ello, prescindía de iluminación independiente configurable tecla a tecla y también de un sistema de macros, todo ello con un diseño bastante básico y sencillo para los que no buscaban demasiadas florituras en ese sentido.
Teniendo en cuenta la gran oferta de teclados mecánicos que hay con sistemas complejos de iluminación RGB, acabados y precios de todo tipo, habrá que ver qué tal se defiende hoy en día el K85 contra la competencia.
- Mecanismos Kailh Red
- Fuerza de actuación 50g +-10g
- Recorrido de actuación: 2 mm
- Recorrido total: 4 mm
- Vida útil de 70 millones de pulsaciones
- nkey de 6 o 64 teclas
- Conectividad USB 2.0 con cable de 1.8 m
- Iluminación RGB no-independiente
- Polling Rate: 1000Hz
- 438 x 131 x 40 mm
- 1,1 KG
Para este teclado, Gigabyte se ha decantado con un diseño sin florituras, simplemente teclas negras colocadas sobre una plancha metálica directamente atornillada sobre la estructura de plástico. Ni las uniones ni los tornillos se disimulan en un teclado que no busca sorprendernos con su diseño y se enfoca más a los que buscan algo sobrio sin elementos llamativos más allá de la iluminación.
El Force K85 cuenta con una distribución de teclas española con teclado numérico en un tamaño bastante contenido ya que ocupa el espacio necesario para colocar esas teclas sin añadidos adicionales.
Cada tecla cuenta con un RGB en el propio interruptor, aunque el efecto no es demasiado espectacular al estar orientados solo en un sentido y no ser el propio mecanismo transparente, por lo que la mayor parte de la iluminación la veremos directamente por los caracteres integrados en cada tecla de manera transparente.
La parte inferior cuenta con dos pestañas para regular la posición, tan solo pudiendo colocarse plano o elevado sin opciones entremedias, y también incluye dos partes en goma para evitar que se desplace.
Resulta curioso ver que la parte inferior sí que cuenta con un diseño diferente con ángulos marcados, casi parece que está al revés, con la parte superior con los tornillos y juntas al aire y la parte inferior del teclado con un diseño más original.
El Gigabyte Force K85 hace uso de los interruptores mecánicos Kailh Red, unos mecanismos similares a los Cherry MX Red pero con algunas diferencias y un precio más reducido.
Si en los MX Red tenemos una fuerza de actuación de 45g y una distancia de actuación de 2mm con un recorrido de 4 mm, en estos Kailh Red la fuerza necesaria para activarlos aumenta hasta los 50g con unas tolerancias de 10 gramos mientras que las distancias se mantienen idénticas. El ruido que generan es también diferente, más amortiguado que en los MX Red de Cherry.
A la hora de jugar la respuesta es rápida y precisa y no hemos detectado ningún problema ni “pega” respecto de otros teclados mecánicos similares. La respuesta es precisa, no hay problemas de pulsaciones simultaneas o pérdidas de pulsaciones (cuenta con modo de detección de 6 pulsaciones o 24 pulsaciones simultáneas)
A la hora de escribir la experiencia es similar, el ruido es algo más amortiguado y “agradable” al oído, aunque esa apreciación es meramente personal, al final este tipo de interruptores son ruidosos igualmente. Además, esa pequeña resistencia “extra” que tienen los Kailh Red hace que las pulsaciones accidentales sean un poco menos habituales, aunque una diferencia media de 5 gramos tampoco hace mucha diferencia.
Estos interruptores Kailh Red del Force K85 cuentan con un pequeño LED RGB cada uno situado en la parte superior y sobre una base mate, por lo que no distribuyen la iluminación alrededor del interruptor bajo la tecla, sino que iluminan hacia la zona superior quedando un efecto mucho menos vistoso que en otros modelos como el Aorus K7 de la propia Gigabyte.
Además, estos LEDs RGB no son independientes y solo se puede cambiar el color a todos a la vez, lo que significa que ni podemos encender solo unas teclas, ni cambiarles el color de manera independiente, por lo que los efectos disponibles son tremendamente limitado.
El teclado permite cambiar entre modos de iluminación y colores sin necesidad de software, aunque se incluye un software tremendamente básico para hacerlo.
Podremos escoger qué color queremos definir entre toda la gama completa RGB de 16,8 millones de colores, también el nivel de brillo es ajustable.
Los efectos disponibles tan solo permiten dejar el teclado encendido, parpadeando en modo “pulse” o cambiando entre distintos colores automáticamente. En total 3 efectos de iluminación para todas las teclas a la vez.
No hay ni efectos de olas, ni zonas de distinto color ni nada parecido por la limitación de la iluminación RGB que tiene.
Lo mismo que podemos hacer con software podemos hacerlo mediante la tecla FN y distintas teclas que permiten cambiar el modo de iluminación, color y brillo.
El Gigabyte Force k85 es un teclado correcto que hace lo que promete pero que tiene un hándicap muy importante: En su día, cuando se lanzó hace más de dos años, podría ser una buena opción al integrar iluminación RGB (aún con sus limitaciones), algo no muy extendido por aquel entonces, combinado con interruptores mecánicos.
Sin embargo hoy en día con ofertas de todo tipo y rango de precios no tiene sentido gastarse sobre 90 Euros en un teclado mecánico con interruptores Kailh, que ya de por sí son más baratos que los Cherry MX, con apenas 3 efectos de iluminación contados, sin opciones de personalización de teclas y con un diseño bastante tosco que no ofrece nada en especial.
El propio Aorus K7 que analizamos hace poco tiene un precio bastante similar y le da varias vueltas en diseño y prestaciones, y modelos con interruptores similares como el Newskill Thanatos que cuentan con más funciones y más modos de iluminación se venden a precios considerablemente más reducidos.
Por todo ello es difícil recomendar el Force K85 a día de hoy, al menos hasta que salga una nueva versión que lo adapte a los tiempos actuales y con un precio ajustado.