Review Aorus RGB M.2 NVMe SSD 512GB
Cuando hablamos de Gigabyte nos vienen a la cabeza inmediatamente componentes como placas base, tarjetas gráficas y también portátiles, sin dejar de lado su catálogo de periféricos como ratones y teclados.
La compañía dispone también de unidades de estado sólido SSD desde hace algún tiempo, de hecho, en el pasado año introdujeron su primera línea de SSD NVMe y más recientemente han anunciado una gama de SSD NVMe dedicados al público gamer y lanzados bajo su marca AORUS.
El que tenemos hoy entre manos es uno de esos dispositivos, en concreto el AORUS RGB M.2 NVMe SSD 512GB, un SSD en formato M.2 2280 con interfaz NVMe PCIe 3.0 x4 que cuenta con un diseño agresivo gracias a un disipador incorporado con iluminación RGB de serie.
Dotado de memorias 3D NAND BiCs de tercera generación de Toshiba, uno de los aspectos en los que quiere destacar esta unidad es en ofrecer una excelente relación entre rendimiento y precio.
Veamos de lo que es capaz.
El AORUS RGB M.2 NVMe SSD 512GB utiliza celdas de memoria 3D NAND Flash BiCS3 de Toshiba de tipo TLC (Triple Level Cell) gestionadas mediante una controladora Phison E12 con la que promete velocidades de hasta 3.480 MB/s.
- Interfaz: NVME 1.3, PCIe 3.0 x4.
- Formato: M.2 2280.
- Tipo de memoria: NAND 3D TLC BiCS3 de Toshiba.
- Controladora: Phison PS5012-E12.
- Caché DDR: 512 MB DDR4.
- Lectura secuencial máxima: 3.480 MB/s
- Escritura secuencial máxima: 2.000 MB/s
- Lectura aleatoria: 360.000 IOPS.
- Escritura aleatoria: 440.000 IOPS.
- Durabilidad (tiempo): 1,8 millones de horas.
- Durabilidad (escritura): 800 TBW.
- Soporte TRIM y S.M.A.R.T.
- Escriptado AES 256
- Consumo Reposo: 0,272 W.
- Consumo Lectura: 5,49 W.
- Consumo Escritura: 4,09W.
- Temperatura de funcionamiento: 0ºC a 70ºC.
- Temperatura de almacenaje: -40ºC a 85ºC.
- Garantía de 5 años.
- Precio: 118 Euros.
Generalmente no solemos dar demasiada importancia al diseño de un SSD; y mucho menos si se trata de un SSD M.2 ya que, salvo excepciones como esta, suelen estar formado con un PCB con los distintos chips soldados y sin florituras.
Sin embargo, el AORUS RGB M.2 NVMe SSD 512GB destaca también por un diseño con un disipador incorporado RGB que lo hace diferente a muchos otros SSD, por lo que nos parece relevante echarle un vistazo para enseñaros su aspecto físico, porque lo importante no solo está en el interior.
El SSD viene en una elegante caja de color negro con el logo de AORUS y el nombre de producto mostrando reflejos iridiscentes.
El SSD tiene un PCB negro sobre el que va colocado el disipador metálico con acabado pulido y unas líneas en los laterales más brillantes.
En el centro está el logo de AORUS con una superficie semitransparente que es la que deja ver y difuminar la luz que generan tres pequeños LEDs RGB que van sobre el PCB.
Por defecto, la iluminación RGB del SSD tiene un efecto de respiración y va cambiando de color de manera cíclica. Se puede cambiar el color y los efectos, así como sincronizarlo con otros componentes de Gigabyte, mediante el software RGB Fusion de la compañía.
El problema es que la configuración del RGB solo es compatible con placas base X299 AORUS MASTER y Z390 AORUS, por lo que si tenemos otro modelo de placa base, aunque sea Gigabyte y cuente con RGB Fusion, no podremos configurar la iluminación del AORUS RGB M.2 NVMe SSD.
El disipador se puede retirar mediante dos tornillos. Utiliza sendos PADs térmicos para refrigerar la controladora y otros chips de SSD.
Hay que tener en cuenta que, aunque el formato es M.2 2282, es decir, que el PCB tiene 22 x 82 mm, con el disipador puesto el grosor de este SSD supera ligeramente los 8 mm, lo que significa que podremos tener problemas para colocarlo en dispositivos con espacio limitado como pueden ser un portátil o aquellos puertos M.2 colocados en la parte trasera de la placa base. En esos casos deberemos retirar el disipador para poder utilizarlo.
Gigabyte incluye la opción de utilizar un software específico para su uso con este AORUS SSD NVMe denominado SSD Tool Box.
Básicamente es un programa bastante sencillo que nos permite escaenar el sistema en busca de SSD de la compañía y nos muestra sus estadísticas de uso.
En la pestaña principal de resumen nos enseña el modelo, firmware y número de serie, junto con un pequeño resumen de tiempo total de encendido, funciones activadas (SMART o TRIM), y la temperatura de funcionamiento junto con la salud y vida restante del SSD.
En la pestaña SMART nos muestra los datos SMART del disco directamente, con % de uso, espacio, número de lecturas y escrituras, etc.
Finalmente tenemos una opción de Secure Erase, un sistema de borrado seguro y a bajo nivel del disco que suele utilizarse para tareas de mantenimiento y aumentar su durabilidad.
Aunque existe una pestaña de Optimización, no está disponible con este SSD.
Gigabyte promete unas velocidades de lectura secuencial máxima: 3.480 MB/s y de escritura secuencial máxima: 2.000 MB/s, unas cifras que no lo situarán a la cabeza de los SSD de más alto rendimiento del mercado pero que lo dejan en un buen lugar si tenemos en cuenta que el precio por este modelo de 512 GB es, actualmente, de 118 Euros incluyendo un disipador más que eficiente.
A nivel de lectura secuencial el AORUS RGB M.2 NVMe SSD ofrece un rendimiento bastante elevado pudiéndose medir con los SSD más rápidos del mercado, siendo la escritura su principal punto débil.
Como podemos ver en los distintos test de rendimiento, su rival directo es el Samsung EVO 970, una unidad que tiene un precio ligeramente más elevado pero que también ofrece un rendimiento algo más superior que el modelo de AORUS, aunque teniendo en cuenta que viene sin iluminación RGB, algo que puede tener su valor para los amantes de este tipo de sistemas, y que tampoco cuenta con disipación de ningún tipo.
Uno de los problemas a los que se enfrentan los SSD NVMe de alto rendimiento es el del sobrecalentamiento, algo que puede producir throttling y limitar su rendimiento en casos donde se les exige el máximo nivel y velocidad.
Eso hace que sea recomendable utilizarlos con disipadores como los que ya incluyen algunas placas base del mercado o con disipadores independientes para aquellos sistemas que no incluyen uno ya preinstalado.
En el caso del el AORUS RGB M.2 NVMe SSD tenemos ya un disipador preinstalado que hace bastante bien su trabajo más allá del aspecto estético.
Internamente, durante test de rendimiento continuos, las temperaturas no pasaron en ningún momento de 54 grados
A nivel externo podemos ver cómo, en un entorno de benchmarks de rendimiento donde el SSD se pone a alta carga de trabajo, se pueden alcanzar temperaturas de hasta 50,9 grados.
Estas cifras son realmente buenas, no hay que olvidar que un SSD de este tipo sin disipador puede superar sin problemas los 80 grados en carga, y hacen que este modelo entregue siempre su máximo rendimiento sin limitaciones térmicas.
No hay duda que Gigabyte quiere hacerse un hueco considerable en el mercado de SSD de alto rendimiento y esta unidad es un claro candidato a conseguirlo.
El AORUS RGB M.2 NVMe SSD 512GB no es el SSD más rápido del mercado, pero sí que se codea con los buques insignia de otras compañías en velocidades de lectura y no se queda demasiado lejos en velocidad de escritura de SSDs de la talla del Samsung 970 Evo.
Además, rompe un poco la monotonía reinante en el mercado de SSD M.2 de alto rendimiento dotando a esta gama de un disipador integrado que, como ya hemos visto, hace un muy buen trabajo manteniendo las temperaturas bajo control y que, además, añade iluminación RGB para todos aquellos que busquen decorar con ese tipo de LEDs sus ordenadores.
Es cierto que las opciones de personalización de dichas luces RGB son bastante limitadas ya que se reducen a las placas base X299 AORUS MASTER y Z390 AORUS, pero no deja de ser un añadido con su nicho de mercado.
Además de estos detalles, Gigabyte juega también con la baza del precio, hablamos de 118 Euros que cuesta este modelo de 512 GB con un rendimiento que deja atrás a cualquier solución SATA y que puede mantener el tipo ante otros SSD NVMe con precios considerablemente más elevados, sin olvidarnos de que ya tenemos de serie el disipador y la iluminación RGB, por lo que la relación entre prestaciones y precio es, a todas luces, excelente.