MSI AMD Radeon RX 6600 XT Gaming 8G Review


Como es habitual en los fabricantes de chipsets gráficos sus primeros modelos siempre son de gama alta y desde ahí van escalando sus lanzamientos con chipsets recortados sobre los diseños más capaces.

 

 


La gama media de AMD, esa que suele comprar todo el mundo, esa que tiene que competir con los modelos RTX 3060, RTX 2060 e incluso aun las GTX 1060 de Nvidia que usan aun con acierto millones de usuarios, esa que tiene que convencernos a todos los que tenemos un presupuesto más ajustado y que nos conformamos con jugar a resoluciones como el 1080 o superiores con algunos ajustes de calidad.

 

 

 

 


Es el objetivo del nuevo chipset que se presenta hoy, el esperado Radeon RX 6600 XT debe convencernos por precio prestaciones de que es la nueva opción inteligente para una gran mayoría de jugadores, la gran masa de los jugadores de PC.

Para ello AMD nos presenta una buena combinación de prestaciones de hardware, con un chipset basado en RDNA 2 y otras mejoras de software con gran impacto como el FSR presentado hace algunas semanas y que permite, en los juegos soportados, mejoras importantes de rendimiento gracias al renderizado a resoluciones inferiores y aplicando técnicas de filtrado posterior para reducir la pérdida de calidad.

 

 

 

 


Todo esto espera AMD que sea suficiente para competir con gráficas importantes como las Radeon RX 5600 XT, que ya llevan tiempo en el mercado, o de la competencia como las aclamadas GTX 1060, GTX 1660, RTX 2060 y las más recientes RTX 3060.

 

 

 

 

 

 

La experiencia de AMD con procesos de fabricación como el FinFET de 7nm de TSMC es ya conocido gracias a sus procesadores Zen3 o a las gráficas RDNA 2 existentes ya en el mercado. Esta tecnología y experiencia en este proceso ha permitido a AMD mejora frecuencias, aumentar el rendimiento por vatio e introducir elementos desconocidos en chips gráficos.

 

 


Estos tres pilares en los que se fundamenta la arquitectura RDNA 2 de AMD son el aumento de unidades de cómputo, el aumento de la frecuencia de trabajo y la introducción de la Infinity Cache. Podéis encontrar todos los detalles en este análisis en profundidad que realizamos en base al lanzamiento de los primeros modelos RDNA 2.

El aumento de las unidades de computación del RDNA 2 permite no solo aumentar la capacidad de proceso de la tarjeta en técnicas clásicas de sombreado, sino que además introduce también unidades específicas para el RayTracing, pero siempre dentro del estándar DXRT que Microsoft introdujo hace ya algún tiempo en el API DirectX 12 y que ya usan muchos juegos en el mercado.

 

 

 

 


A diferencia de la Radeon RX 6700 XT, con respecto a su generación anterior, la RX 5700 XT, entre los chipsets RX 5600 XT y RX 6600 XT si encontramos diferencias técnicas importantes. La nueva Radeon RX 6600 XT, basada en el nuevo Navi 23, se diferencia del Navi 10 en su número de motores de shaders, que baja de 2340 unidades a 2048 unidades, 36 CU comparadas con 32 CU de esta generación (que cuentan con unidades RT en su interior), y también se reducen los TMUs de 144 unidades a 128 unidades. Eso nos indica que la GPU tiene menos núcleos de cómputo que la generación anterior y también tiene un bus de datos más corto, contando con la misma memoria GDDR6, con 128-Bit a diferencia de los 192-bit de la generación anterior, aunque como veremos después lo compensa con un framebuffer más grande y mayores frecuencias.

 

 

 

 


A pesar de que parece una tarjeta inferior técnicamente lo cierto es que AMD lo compensa con una arquitectura mucho más afinada que permite mayores frecuencias de trabajo y con otros elementos como el AMD Infinity cache. Este nuevo modelo también cuenta con PCI Express 4.0, aunque limitado a 8x, otra diferencia pero que nos sigue permitiendo acceder a técnicas interesantes como el Smart Memory Access que nos permite acceder a toda la RAM del sistema para su disponibilidad para la tarjeta gráfica.

 

 

 

 


Pero centrándonos en las frecuencias, la primera diferencia la encontramos en la RAM, ahora son memorias de 2000MHz, frente a los 1500MHz de la generación anterior, lo que permite compensar la diferencia del bus de datos obteniendo 256GBps de ancho de banda frente a los 288GBps de la Radeon RX 5600 XT.  La gran diferencia entre ambos modelos, aparte del Raytracing por hardware, es que una trabajaba a un máximo de 1560MHz en modo “Boost” cuando este nuevo modelo es capaz de superar por ella misma, sin overclocking de usuario y en frecuencias de modelo de referencia, los 2589MHz en el mismo modo de funcionamiento “Boost”.

 

 

 

 


Todo esto se consigue con un aumento de consumo de tan solo 10 vatios, desde los 150w hasta los 160w, lo que permite a este modelo mantener un diseño compacto, fácil de refrigerar y que se puede alimentar con un único conector de PEG de 8 contactos.

Esta generación de chips gráficos de AMD puede soportar temperaturas “T-junction”, antes de throttling, de hasta 110 grados centígrados. Ahora una matriz de sensores de temperatura permite conocer la temperatura de los diferentes puntos del encapsulado y forzar frecuencias hasta ahora imposibles. Este mejor control y aumento del soporte de temperaturas se traduce en mayores frecuencias sostenidas, de hasta 2500MHz en modo turbo, con una refrigeración activa más controlada y por lo tanto menos ruido general.

 

 

 

 


El tercer pilar de esta arquitectura lo encontramos en la tecnología AMD Infinity Cache que son 32MB (Hasta 128MB en la gama alta) de memoria ultrarrápida que se han instalado en la GPU para maximizar el ancho de banda en operaciones repetitivas dentro de la tarjeta. Funciona del mismo modo que la cache de tercer nivel de los procesadores más modernos y su gran capacidad permite multiplicar por 3 veces el ancho de banda efectivo de la tarjeta.

 

 

 

 

 

 

Aunque ya os contado buena parte de los cambios generacionales creo que es interesante dar un repaso al resto de números de esta tarjeta y de cómo se sitúa con respecto a la gama actual de AMD. Esta tarjeta, como ha afirmado la propia marca, está orientada a dar excelentes niveles de rendimiento en resoluciones 1080p sobre la premisa de que hoy en día dos de cada tres monitores que se venden, de alta velocidad de refresco muchos de ellos, siguen contando con resoluciones de 1920x1080 puntos o similares.

 

 


Este modelo sin duda destaca por sus frecuencias de locura, la más rápida de AMD hasta la fecha, con velocidades que superan incluso las frecuencias “locas” de la Radeon RX 6700 XT, con sus 2500MHz de frecuencia Boost, superando esta cifra y alcanzando casi los 2600MHz con un consumo también de 70 vatios menos entre modelos.

 

 

 

 


Cierto es que tiene una arquitectura menos compleja, con un bus de datos un 50% más reducido, pero contando con memoria de la misma velocidad, de última generación en formato GDDR6, y con una buena cantidad de VRAM para juegos actuales, concretamente 8GB. La cache de tercer nivel también se reduce hasta los 32MB, tres veces menos que la Radeon RX 6700 XT. Esta memoria debería mejorar el ancho de banda, en operaciones repetitivas, hasta 3.5 veces sobre la memoria VRAM convencional.

 

 

 

 


Estas graficas también soportan PCI Express 4.0 y con la arquitectura AMD adecuada y la bios de placa base adecuada, acceso a la tecnología Smart Memory Access que permite aumentar el BAR de uso de memoria del bus hacia la GPU desde los 256MB habituales hasta todo la VRAM completa de la tarjeta lo que también aumenta el rendimiento del interfaz logrando otro extra de rendimiento en la tarjeta sobre todo en resoluciones bajas.

 

 

 

 


Son chipsets diseñados para soportar hasta 110 grados de temperatura. Puede parecer mucho, pero en realidad es poco mas que las generaciones anteriores y solo 15 grados más de lo que admite un procesador Ryzen Zen3 que encontramos en el mercado. Con este alto margen de temperatura de trabajo la tarjeta puede aprovechar mejor sus facultades de aumento de frecuencia y también funcionar mejor con menos ventilación activa. Se alimenta de un único conector PEG 8 contactos tradicionales, que sumados al Bus PCI Express 4.0 permiten que la tarjeta tenga un margen de alimentación de hasta 300w.

 

 

 

 


En rasterización clásica contaremos con 128 unidades de texturas y 64 unidades de rasterización con hasta 165 Gigapíxeles por segundo de potencia de proceso. Las frecuencias de este modelo van desde los 2359MHz en modo de juego con picos de frecuencia de 2590MHz que dependerán del estado de refrigeración y consumo de la tarjeta, sobre todo de la refrigeración y de las temperaturas que desarrollen cada sección monitorizada del encapsulado de la CPU. Excelentes números en general gracias a su composición con más de 11.000 millones de transistores capaces de generar hasta 21TFlops de potencia en precisión simple y hasta 10TFlops en precisión doble.

 

 

 

 


La conectividad es de última generación con tres puertos Displayport 1.4 con resolución 8k, 1 conector HDMI 2.1 VRR (Variable Refresh Rate), en esta gama no encontraremos capacidad de conectividad USB-C, como si encontramos en los modelos superiores.

 

 

 

 

 

 

En esta ocasión hemos accedido a una muestra de uno de los fabricantes de tarjetas gráficas más reconocidos. Los diseños térmicos de MSI son conocidos por críticos y usuarios como algunos de los mejores del sector y en el de la nueva MSI Radeon RX 6600 XT Gaming 8G confluyen los avances más importantes de la marca.

 

 


Es una tarjeta grande, para el chipset del que tratamos, con 277mm de largo, 130mm de ancho y 51mm de alto. Este tamaño, y su peso de casi 900 gramos, se compensan con un diseño que incluye un backplate con doble función para refrigeración y rigidización del PCB, además se incluye también una barra lateral para evitar que la tarjeta se combe por su propio peso.

 

 

 

 


El tamaño sobredimensionado permite a esta tarjeta contar con un gran disipador basado en heatpipes mecanizadas para lograr una precisión casi perfecta que mejore su contacto directo con la GPU. El gran disipador de láminas de aluminio se refrigera con dos ventiladores Torx Fan 4.0 con diseño semi-axiales donde se usan dos aspas mientras que se mantiene la separación con la tarjeta. Tienen 92mm de diámetro, grandes, y permiten parada completa con la denominada tecnología Zero Frozr de MSI cuando la tarjeta está en reposo.

 

 

 

 

 

 

 


En el frontal encontramos los cuatro conectores de video, echando en falta un puerto USB-C, pero complementado con un puerto Displayport extra que, como ya sabéis, también era extraíble del conector USB-C de sus modelos superiores.

 

 

 


Es una tarjeta con un sistema de refrigeración que le permite brillar más allá incluso de las capacidades del modelo de referencia, concretamente velocidades Boost 30MHz por encima de los del modelo de referencia y nuestra experiencia con ella nos permite adelantaros que supera con creces esta capacidad sin necesidad de muchos ajustes.

Características técnicas de la MSI Radeon RX 6600 XT GAMING 8G

  • Memoria: 8GB GDDR6
  • Motor Gráfico: RDNA 2 Navi 23
  • Bus: PCI Express 4.0 8x
  • Interfaz de memoria: 128-Bit
  • Frecuencias base: 1968MHz
  • Frecuencia Game: 2359 MHz
  • Velocidad de la memoria: 16Gbps
  • Pantallas totales: 4 
  • Soporte HDCP: 2.2
  • Consumo TDP: 160w
  • Conectividad: DisplayPort x 3 (v1.4a) / HDMI 2.1 x 1
  • Fuente de alimentación recomendada: 500w
  • Conectores de corriente: 1x8 pines PEG
  • Dimensiones: 277mm x 130mm x 51mm

 

 

 

 

 

En su funcionamiento por defecto la tarjeta de MSI alcanza frecuencias estables incluso superiores a las esperadas, sus ventiladores se cuándo la tarjeta supera los 55 grados de temperatura y logra estabilidad a una temperatura cercana a los 60 grados con frecuencias de ventilador de 1700rpm, un 50% de la capacidad de rotación de estos ventiladores.

 

 


Con estas condiciones la tarjeta supera incluso sus propias especificaciones con una frecuencia de trabajo estable de 2650MHz. Esto sin tocar ni un solo pelo a las frecuencias de trabajo de la tarjeta, y por supuesto tampoco voltajes o comportamiento de los ventiladores. Todo en automático y con un ruido cercano a los 35dBA. MSI vuelve a hacer honor a su buena reputación en este campo con la octava generación de su tecnología Twin Frozr.

Si queremos exprimir las capacidades de la tarjeta podemos empezar por aumentar el límite de entrada de potencia, con un máximo de 4% configurado en VBIOS. Lo que no nos dará mucho margen de alimentación así que todo caerá en manos de nuestras ganas de aumentar voltajes y en las propias capacidades de refrigeración de la tarjeta. Nosotros no tocamos voltajes así que nuestros resultados son limitados pero interesantes.

Como ocurre en todas las tarjetas AMD de esta generación la potencia final la marcan en buena medida la capacidad de sobrealimentación y refrigeración. En nuestro caso, limitados a una temperatura de 60 grados, que limita también el ruido a esos maravillosos 35dBA, tenemos una frecuencia máxima de trabajo de 2720MHz, que no es nada desdeñable, pero que sobre los 2800MHz marcados en nuestro primer intento sin duda es un pequeño jarro de agua fría. Con MSI Afterburner no podremos acceder a nada más. Es el turno del propio panel de control de AMD.


Desde el panel de control de AMD podemos jugar mejor con las curvas de ventilación de la tarjeta, incluido el punto de Cero RPM, lo que nos da capacidad para aumentar más las frecuencias, y el ruido. Buscando un ruido cercano a los 42dBA, sin tocar voltajes, podemos aumentar la frecuencia de trabajo hasta los 2850MHz, 300MHz más sobre la frecuencia de referencia de la tarjeta, y no tan lejos de los mágicos 3GHz de frecuencia que podríamos superar fácilmente a cuenta de nuestra salud auditiva y algo de voltaje extra. Para mi este es el punto de trabajo adecuado para quien quiera overclocking en esta tarjeta, logrando 200MHz más de velocidad, un 10% de rendimiento adicional. 

En cuanto a los consumos os he añadido una tabla que resume nuestra experiencia, solo decir que los 160w son completamente realistas en el diseño de referencia y que con overclocking meteremos entre 20 y 30 vatios adicionales, nada que implique mucho problema para el diseño energético de la tarjeta.

 

 

 

 

 

 

Pruebas de FSR 1080p calidad ultra

Pruebas de FSR 1440p calidad ultra

Equipo de pruebas: 

Ashes of the Singularity (DX12) 1080

 

 


DOOM (Vulkan) ultra 1080

 

 

 

 


Halo Wars 2 (DX12) ultra 1080

 

 

 

 


Ghost Recon Wildlands (DX11) ultra 1080

 

 

 

 


Total War: Warhammer (DX12) ultra 1080

 

 

 

 


Battlefield 1 (DX12) ultra 1080

 

 

 

 


StarWars BattleFront 2 ultra (DX12) ultra 1080

 

 

 

 


Battlefield V (DX12) ultra 1080

 

 

 

 


Doom Eternal ultra 1080

 

 

 

 


Flight Simulator Ultra 1080

 

 

 

 


Ashes of the Singularity (DX12) 1440

 

 

 

 


DOOM (Vulkan) ultra 1440

 

 

 

 


Halo Wars 2 (DX12) ultra 1440

 

 

 

 


Ghost Recon Wildlands (DX11) ultra 1440

 

 

 

 


Total War: Warhammer (DX12) ultra 1440

 

 

 

 


Battlefield 1 (DX12) ultra 1440

 

 

 

 


StarWars BattleFront 2 ultra (DX12) ultra 1440

 

 

 

 


Battlefield V (DX12) ultra 1440

 

 

 

 


Doom Eternal ultra 1440

 

 

 

 


Flight Simulator Ultra 1440

 

 

 

 


Ashes of the Singularity (DX12) 2160

 

 

 

 


DOOM (Vulkan) ultra 2160

 

 

 

 


Halo Wars 2 (DX12) ultra 2160

 

 

 

 


Ghost Recon Wildlands (DX11) ultra 2160

 

 

 

 


Total War: Warhammer (DX12) ultra 2160

 

 

 

 


Battlefield 1 (DX12) ultra 2160

 

 

 

 


StarWars BattleFront 2 ultra (DX12) ultra 2160

 

 

 

 


Battlefield V (DX12) ultra 2160

 

 

 

 


Doom Eternal ultra 2160

 

 

 

 


Flight Simulator Ultra 2160

 

 

 

 


3DMark Firestrike

 

 

 

 


3DMark Firestrike Ultra

 

 

 

 


VRMark Orange Room

 

 

 

 


VRMark Cian Room

 

 

 

 

 

Gameplay real Doom Eternal 3k calidad Alta

A pesar de la reducción de especificaciones técnicas, en algunos datos como el conteo de número de unidades de shaders o el bus de datos, lo cierto es que esta tarjeta es sustancialmente superior a su generación anterior, la Radeon RX 5600 XT. También cumple bien con lo afirmado por AMD en cuanto a las resoluciones de juego para las que se ha diseñado. Brilla en 1080p, pero también sorprende en resoluciones superiores, sobre todo gracias al nuevo AMD Fidelity FX Super Resolution que esperamos con ansia que se empiece a usar más y más entre los diferentes desarrolladores de juegos.

 

 


Añade otras prestaciones como el Raytracing, que sinceramente hoy en día no me parece tan fundamental, y sus frecuencias de trabajo son sorprendentes. También hay que decir que hemos tenido suerte con nuestro modelo de pruebas, una tarjeta realmente bien diseñada en cuanto a comportamiento térmico se refiere.

Con respecto a la competencia, está claro que el objetivo de este modelo es dar guerra a la GeForce RTX 2060 Super, así como a la vieja y ampliamente utilizada GTX 1060, y lo cierto es que a ambas le da bastante cera en su propio terreno que son juegos AAA en resolución 1080p con niveles de calidad elevados o FPS de alta frecuencia para monitores de última generación.

Una buena tarjeta, que amplía las opciones, pero que tiene un precio que ahora parece económico pero que hace tan solo unos meses correspondería a modelos de gama más alta. Esta gráfica de MSI, concretamente, ronda los 450 euros, el modelo de referencia sobre los 390 euros. Cifras para nada desdeñables que nos indican que jugar con PC con calidad es cada día más caro e inaccesible.