¿Qué es una webcam y para qué sirve?
¿Qué es una webcam?
Una webcam es una cámara de pequeñas dimensiones que generalmente encontramos integrada en ordenadores portátiles, pero que también podemos adquirir en una gran variedad de formatos para ordenadores de sobremesa, algo que las hace compatibles con todos aquellos dispositivos que cuenten con un puerto USB.
Gracias a ello, estas cámaras, comúnmente utilizadas para reuniones, pueden adquirirse de forma que, con una unidad de alta calidad, podemos tener cubiertas todas nuestras necesidades, pues sus diseños compactos les proporcionan un carácter portátil que, junto a la gran calidad con la que cuentan en comparación a la que encontramos integrada en la mayoría de ordenadores portátiles, las hace mejores opciones para prácticamente cualquier videollamada.
Generalmente, una webcam está compuesta de muy pocos componentes, pues en su interior encontraremos una placa electrónica que albergará el sensor y la circuitería necesaria para convertir la información de imagen en algo que un ordenador pueda comprender a través de un bus USB, pero algunas carcasas cuentan con funciones adicionales, como sería una cubierta de privacidad –algo que ha llegado recientemente a algunos portátiles—para no tener que preocuparnos de posibles infiltraciones que terminen en un espionaje inadvertido.
Estas cámaras, en términos generales, son dispositivos muy útiles que nos permitirán realizar numerosas acciones, especialmente si nos hacemos con una webcam de muy alta calidad, pues ya no solo estaremos equipados apropiadamente en el marco de las videollamadas, algo cuyo baremo de calidad mínima no es muy alto, sino que podríamos estar a la altura de lo que se espera de un streamer en los modernos tiempos que corren, algo que requiere de una resolución y rango dinámico más alto de lo que una cámara de 20 euros podría proporcionarnos.
¿Para qué sirve una webcam?
Una webcam sirve principalmente para lo que serviría cualquier otra cámara que podamos conectar a un ordenador, pero debe su nombre a su propósito original, que era el de utilizarse con aplicaciones web, generalmente de mensajería instantánea, que nos permitiesen compartir imágenes nuestras a través de la red.
Esto generalmente ha evolucionado en la posibilidad de realizar videollamadas de alta calidad, donde en el caso de reuniones de trabajo y similares, podremos incluso transmitir datos en soportes como pizarras simplemente con la imagen que provenga de nuestra webcam, algo que era impensable en los primeros modelos comerciales, cuyas características nos proporcionaban una imagen de 320x240 píxeles con un total de 16 colores.
Evidentemente, la historia de la webcam puede ser más enreversada, pues técnicamente, la primera webcam jamás documentada se utilizó en 1991 para vigilar el nivel de una cafetera, por lo que realmente los usos que podemos darle a una webcam son prácticamente ilimitados. Es por ello que, ante la gran calidad de los nuevos modelos, podemos ver como streamers optan por estas cámaras para iniciar su carrera.
Otra de las opciones que han tomado el estatus de webcam y que han sido de gran ayuda para el teletrabajo han sido aplicaciones como DroidCam, las cuales nos han permitido hacer uso de nuestros smartphones como si de webcams tradicionales se tratase. Gracias a ello, el propósito original de una webcam se mantiene, y no es ni más ni menos que el de enviar una señal de vídeo a través de internet.
Sea como sea, el formato de cámara cada vez importa menos, pues en general, mientras nos sirva para poder realizar una emisión en directo o una videollamada, se puede considerar webcam, algo que seguirá siendo así conforme vayan evolucionando en sus distintas formas y generaciones.