Los últimos días han sido una montaña rusa de emociones para los usuarios que esperen con ganas el nuevo juego de Activision, Call of Duty: Vanguard, especialmente teniendo en cuenta que tras los severos problemas de hackers campando a sus anchas en el shooter de la compañía, Ricochet entraba en escena para atajar estos problemas –o eso se creía hasta que se filtró uno de los componentes vitales del sistema—.
Ahora, tal como podemos leer en WCCFTech, parece ser que Activision sabía que esto iba a ocurrir tarde o temprano, así que simplemente trazó un plan de acción para lo que aparentemente creían que sería lo que iba a pasar realmente.
Es por ello que, tal como especulábamos, la versión del controlador que se filtró es realmente una versión pre-lanzamiento del controlador que permitiría a los creadores de trampas hacer lo suyo para poder lanzar, posteriormente al lanzamiento, una versión mucho más robusta con estos hacks en su conocimiento.
Sin duda, se trata de una peculiar forma de luchar contra los hackers que, sin duda, no es la más habitual de ver en esta industria, por lo que está bien ver cómo, esencialmente, la partida del gato y el ratón a la que juegan los desarrolladores de juegos y los desarrolladores de trampas no está muerta, sino todo lo contrario.
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