A estas alturas, la asociación de los términos "Monopolio" o "Abuso de posición dominante" y Google van estrechamente relacionados. La compañía que comenzó engañándonos a todos con aquel lema del "Don't Be Evil" pronto se quitó la careta en cuanto se vio con una posición de poder en el mercado de los buscadores y de la publicidad online, además de otros mercados.
Sus polémicas tretas y estrategias para acabar con la competencia la han puesto innumerables veces delante de las autoridades de países a lo largo de todo el Globo, y ahora es su país natal, Estados Unidos de América, quien la ha sentado en el banquillo para enfrentarla al juicio más grande de su historia.
La razón ya la hemos visto en más de una ocasión: A Google le gusta acabar con su competencia llegando a acuerdo de exclusividad con otras compañías, pagando verdaderas millonadas por hacer que sus productos se usen de manera exclusiva en dispositivos de compañías como Apple, LG o Samsung y dejando fuera a cualquier intento de competencia. No hay que olvidar que la cuota de uso de Google en el mercado de los buscadores supera el 90%.
El Departamento de Justicia de EEUU considera estos pagos directamente como sobornos, llamando a declarar como testigos a fundadores de la empresa como Larry Page.
De ser declarada culpable, Google se enfrentaría a una multi mil millonaria, otra más a su cuestionable vitrina de "premios" cosechados en los tribunales ante sus métodos para aprovecharse de su posición de dominio en distintos mercados, incluyendo el de los móviles.
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