La tecnología DirectStorage de Microsoft se integró en DirectX hace unos años. A grandes rasgos, se trata de un sistema que permite acelerar la transferencia de datos entre los SSD PCIe y las tarjetas gráficas, evitando tener que pasar previamente por la CPU como se hacía tradicionalmente.
Esto permite tiempos de carga más bajos y el acceso directo a grandes archivos como los que podrían contener texturas de alta resolución. Incluso las últimas versiones soportan compresión y descompresión de datos directamente desde la GPU (aunque esta función no siempre se implementa al suponer una carga extra para la GPU, en esos casos se utilizaría la CPU igualmente).
Para poder comprobar el rendimiento que ofrece DirectStorage, y de paso conocer qué tal se lleva con nuestro hardware, UL Benchmarks, anteriormente conocidos como Futuremark, han integrado un nuevo test en su famosa suite de benchmarks gráficos 3DMark.
El test, integrado ya en 3DMark, busca utilizar esta tecnología en exclusiva para comprobar el rendimiento de la GPU y del SSD sin estar influenciado por otras cargas que pudieran afectar a la transferencia (por ejemplo, en un juego donde la GPU está destinando más recursos al renderizao). Por tanto, es un test que mostrará el potencial de la tecnología, pero no las mejoras reales que tendría en un juego dentro de un entorno real.
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