SAI: ¿Qué es y para qué sirve?
por Jordi Bercial¿Qué es un SAI?
Las siglas SAI responden a Sistema de Alimentación Ininterrumpida, y en su forma más básica, son un sistema que nos permite contar con unos minutos de alimentación que nos permiten evitar la pérdida de datos sin guardar, algo que puede suponer un gran problema para una tarea que tan solo nos ocuparía unos segundos que, en el caso de una caída de energía sin un SAI, no tendríamos.
Esta capacidad la proporcionan una o varias baterías en el interior del SAI, que junto a la circuitería de conversión de energía serán lo que dicte cuanta potencia se puede extraer de un SAI y durante cuánto tiempo, de forma que por ejemplo en entornos de oficina con un SAI que sea capaz de aguantar unos minutos será suficiente para guardar los cambios y apagar el equipo de forma segura, mientras que en un entorno servidor, este sistema puede ocupar una habitación entera para soportar la gran potencia de un centro de datos.
Por encima de las funciones básicas de un SAI, podemos contar con varias que son inherentes a su diseño y otras que se le añaden en su circuitería. Entre ellas, encontramos la posibilidad de proteger a todo el equipamiento conectado al SAI contra subidas o bajadas de tensión derivadas de tormentas u otros fenómenos que puedan causar problemas al suministro eléctrico de nuestro hogar o de un área más grande, como serían ciudades o islas.
Asimismo, algunos SAI cuentan con circuitería que nos permite proteger además equipamiento telefónico o de red, por lo que en ese caso tampoco deberíamos preocuparnos del impacto de un rayo en una estación telefónica, algo que podría llegar a averiar teléfonos fijos o router, con el consiguiente problema que ello supone por ejemplo en oficinas, donde la conexión a internet o la posibilidad de recibir llamadas son algo crítico.
Si te interesa hacerte con uno, hemos preparado esta completa guía con los 10 mejores SAIS domésticos.
¿Para qué sirve un SAI?
Por norma general, un SAI sirve para proteger tanto nuestros datos como nuestros equipos, no limitándose esto solamente al ordenador per se, sino que también podemos proteger equipamiento como los monitores, router, o, en definitiva, cualquier tipo de dispositivo que necesite una toma de 220 voltios para funcionar.
De este modo, nos podemos proteger de varios modos, pues, por una parte, nuestro hardware no sufrirá daños por un apagado repentino o una bajada o subida de tensión que pueda averiar la fuente de alimentación o alguno de nuestros discos duros, y del mismo modo, tampoco perderemos datos importantes que se encuentren sin guardar, donde si bien puede tratarse de una partida sin guardar, también podrían ser datos importantes o directamente el propio sistema en una actualización de la BIOS, un escenario que nos podría dejar con una placa base inutilizable en caso de un corte de energía.
Un SAI también puede servir para proteger equipamiento telefónico y de red en algunos modelos que cuenten con entradas y salidas de los dispositivos correspondientes, permitiendo también evitar la pérdida de la conexión a internet o de la comunicación telefónica en caso de que por ejemplo un rayo impacte en una torre de distribución o directamente contra el cableado, casos que, si bien son poco frecuentes, son capaces de destruir todo el equipamiento conectado a la línea en un solo golpe.
En definitiva, contar con un SAI siempre es una buena idea, especialmente si trabajamos habitualmente con datos que sería mejor no perder, o en nuestra región no contamos con el suministro eléctrico más estable posible, donde en estos casos son muchos los modelos económicos que nos puedan salvar de los pequeños bajones de tensión que apenas duran unas décimas de segundo y en el caso de un apagón más largo, nos dará tiempo a apagar el ordenador con seguridad.
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