Las consolas aparecieron en los años 70 en forma de dispositivos de video analógico capaces de ejecutar juegos como Pong, donde la Magnavox Oddysey era capaz de ejecutar hasta 12 juegos distintos con tan solo 40 transistores y 40 diodos, además de otros componentes discretos como resistencias.
Poco tardó la industria en evolucionar estos dispositivos tras la venta de unas 350.000 unidades de este modelo, sin contar otros como la Atari PONG, dando lugar a la segunda generación de consolas más tarde en los años 70. Estas consolas ya contaban con procesadores a 8 bits, aunque algunos de los modelos más destacables incluyen las Colecovision, con el doble de colores que la Atari 2600 o la Intellivision de Mattel, la cual incorporaba un procesador de 16 bits.
El éxito de estas consolas fue espectacular, donde tan solo de la Atari 2600 se vendieron 30 millones de unidades, siendo PacMan el juego más vendido con 7 millones de ventas. Este modelo llegaba a España en 1980, dando paso a la tercera generación de consolas. En esta generación encontrábamos modelos como la Nintendo NES o la GameBoy, junto a las Master System de Sega.
Los avances entre las distintas generaciones comenzaban a ser más y más grandes, donde la cuarta generación comenzó a llevar los procesadores de 16 bits al mercado generalizado junto a nuevos sistemas de almacenamiento como los CD de la Sega Mega-CD o la Phillips CD-i, comenzando a apartar los cartuchos del mercado principal de consolas de escritorio.
Finalmente la quinta generación de consolas nos trajo lo que se conocía como la era de los 32 bits, llegando así consolas capaces de traer entornos tridimensionales donde antes solo se podía jugar a juegos en dos dimensiones como podrían ser juegos de plataformas con un aspecto plano sin profundidad.
Asimismo, no solo los procesadores de 32 bits se asentaron, así como tarjetas gráficas capaces de mostrar gráficos en 3D, sino que la Nintendo 64 sería la primera consola, allá en el 1996, en incorporar un procesador de 64 bits, antes incluso de que Intel publicase el conjunto de instrucciones de sus procesadores Itanium (IA-64) en 1999. En esta era vimos también como la Nintendo GameBoy se actualizaba, llegando la GameBoy Color al mercado mientras las Nintendo 64, Sega Saturn y PlayStation dominaban el mercado.
En la sexta generación de consolas encontramos modelos icónicos como la PlayStation 2, la primera Xbox o la Nintendo GameCube, así como la Sega Dreamcast, donde los cuatro modelos se habían coronado en el mercado de consolas domésticas pese a la prematura caída de la Dreamcast debido a un sistema antipiratería poco robusto. Todas ellas usaban unidades de disco para los juegos, desechando por completo los cartuchos.
Por ultimo pero no menos importante, la séptima generación alojaba a las PlayStation 3, Xbox 360 y Nintendo Wii como la bandera de una generación marcada por procesadores multinúcleo, mientras que la octava generación, marcada con Internet como su punto central de funcionamiento, aloja a las más modernas consolas como las PlayStation 4, Xbox One o Nintendo Switch.