La electrónica, y más concretamente la electrónica de consumo, es un amplísimo campo sin el que sería casi imposible realizar acciones que hoy damos por garantizadas, como sería mandar un mensaje o realizar una llamada, tomar fotografías, o simplemente obtener datos como la hora o nuestras pulsaciones.
Entre las cosas más comunes en el mundo de la electrónica encontramos los smartphones, pequeños ordenadores de bolsillo que, inspirados por las PDA de antaño, han marcado un antes y un después en el mundo de la telefonía, haciendo que nuestro teléfono móvil pase de ser un “llama y escribe” a ser todo un ordenador capaz incluso de funcionar como tal acoplándole los accesorios necesarios para conectarlo a un escritorio.
Asimismo, esta tendencia se expandió a los relojes dando lugar al nacimiento de los smartwatches y pulseras cuantificadoras, unos relojes con procesadores de alto rendimiento en comparación con nuestro concepto habitual de reloj de muñeca capaces incluso de proporcionarnos datos sobre nosotros mismos, como serían la frecuencia cardíaca, pasos realizados durante el día, distancia recorrida y un sinfín de opciones que varían entre dispositivos, consiguiendo así que el Apple Watch 4 sea capaz de tomar electrocardiogramas con validez médica.
Como no podía ser de otra forma, las consolas son uno de los puntos más fuertes dentro de la electrónica de consumo, constituyendo equipos multimedia en millones de hogares así como sistemas de entretenimiento para niños y mayores que han marcado un antes y un después con títulos tan clásicos como Pong, uno de los primeros videojuegos de la historia donde su sencillez permitió ejecutarlo sin necesidad de un procesador en la primera generación de consolas de la historia.
Por su parte, las cámaras también han evolucionado hasta límites que hace pocos años se pensaban casi imposibles tanto en los ámbitos de fotografía como en los de video, exportando así esta tecnología a centenares de dispositivos a través de una miniaturización extrema en materia de sensores y lentes, como serían los sensores de 48MP que equipan la última oleada de smartphones que han llegado al mercado en un buen rango de gamas.
Incluso los drones han podido aprovecharse de las nuevas tecnologías en cámaras, donde empresas como DJI tienen estos pequeños cuadricópteros con distintos tipos de cámaras y tecnologías de todo tipo que les permiten seguir objetivos, trazar rutas para seguirlas de forma automática y, combinando todo lo anterior, conseguir equipos ideales para crear tomas cinemáticas con sistemas pequeños, rápidos y ligeros que pueden rodear objetivos de formas hasta ahora imposibles con los equipos tradicionales de cine.
Sin duda, la electrónica se ha convertido en uno de los avances más importantes de la humanidad en cuanto a progreso, algo que nos ha permitido crear maquinaria muchísimo más eficiente además de permitirnos crear conceptos nuevos como fueron los teléfonos móviles que más tarde evolucionaron en forma de smartphones, cámaras digitales tanto de fotos como de video y un sinfín de gadgets distintos que han tenido más o menos éxito, pero que sin los avances de las últimas décadas, nunca habrían llegado a existir como tal.