¿Qué es pebibyte (PiB) y para qué sirve?

El pebibyte (PiB) es una unidad de medida de almacenamiento digital en el sistema binario. De hecho, ese detalle es el que lo diferencia del petabyte, que se basa en el sistema decimal. En la escala de unidades, está por encima del tebibyte. Por lo tanto, se emplea sobre todo para representar cantidades de datos extremadamente grandes. Lo más interesante es que, como se vale del sistema binario, que es el que emplean todos los equipos informáticos, la representación de los datos se produce con una precisión muy alta.

Su nombre proviene de la combinación del prefijo pebi, contracción de peta binary, y byte, la unidad base de información digital. Esta unidad fue introducida a finales de los 90 por la Comisión Electrotécnica Internacional. Esta organización es conocida también como IEC, por sus siglas en inglés.

Saquemos la calculadora por un momento. Un pebibyte equivale exactamente a 1.125.899.906.842.624 bytes, lo que se corresponde con 1024 tebibytes (TiB). Esta relación se basa en la naturaleza del sistema binario, donde las unidades avanzan en potencias de 2. Por otro lado, el petabyte, que se basa en el sistema decimal, equivale a 1.000.000.000.000.000 bytes. Cuando hablamos de kibibytes y kilobytes, las diferencias entre ambas unidades son poco relevantes. Ahora bien, cuando hablamos de pebibytes y petabytes, sí que se genera una diferencia considerable al manejar cifras tan grandes.

Teniendo esto en cuenta, estas serían las equivalencias:

• 1 PiB = 1024 TiB = 1,125,899,906,842,624 bytes = 2⁵⁰ bytes.
• 1 PB = 1000 TB = 1,000,000,000,000,000 bytes = 10¹⁵ bytes.

El pebibyte es una unidad que para el usuario medio es poco relevante. Más bien, donde es muy necesaria es en el desarrollo de sistemas de almacenamiento de alta capacidad, como centros de datos, gestión de bases de datos masivas y redes de distribución de contenido (CDN). En estos y otros casos, es indispensable manejar las unidades de forma precisa, algo que los pebibytes (y el resto de unidades) consiguen.

En un sentido estricto, el pebibyte sirve para lo mismo que el resto de las unidades de esta escala: medir almacenamiento y las dimensiones de activos digitales. En este caso, hablamos de una unidad clave en campos donde se gestionan grandes volúmenes de datos, como el análisis de big data, la computación científica y las aplicaciones de inteligencia artificial.

Por ejemplo, piensa en las simulaciones de modelos climáticos globales que se utilizan para descubrir tendencias. La cantidad de datos generados y almacenados puede superar fácilmente varios pebibytes, por lo que es indispensable que la unidad empleada sea precisa y se adapte al sistema binario que se utiliza en la informática.

Además, en los sistemas de archivos modernos, como ZFS, Lustre o NTFS, se emplea frecuentemente el pebibyte para especificar límites de almacenamiento y capacidades técnicas. Estos sistemas permiten gestionar grandes infraestructuras de almacenamiento, como las que se encuentran en servidores de bases de datos distribuidas o sistemas de almacenamiento en la nube. De nuevo, precisión binaria es indispensable para evitar discrepancias que se conviertan en problemas de rendimiento o pérdida de datos.

Quizá pienses que esta unidad, como usuario, no tiene nada que ver contigo. Es verdad que, por el momento, no vas a tener ningún SSD con una capacidad tan alta. No obstante, seguro que utilizas o has utilizado Google Fotos, Spotify o OneDrive. Estas infraestructuras sí que disponen de pebibytes de almacenamiento para gestionar todos los datos que suben cada día personas normales y corrientes como tú.

Para terminar, una breve reflexión. La evolución tecnológica indica que el pebibyte, aunque ahora parece una medida excesiva para sistemas domésticos, podría ser común en el futuro. No en vano, hace apenas unas décadas un gigabyte parecía inalcanzable en el almacenamiento personal, pero hoy en día es un estándar mínimo en dispositivos básicos. De hecho, cualquier equipo de gama media suele venir con 16 GB de RAM, una cantidad impensable en los 90. Este razonamiento nos lleva a pensar que, en un futuro no muy lejano, contar con varios pebibytes para almacenar datos sería lo normal.