Un NAS, dependiendo de la gama, llegará con un mayor o menor número de funciones y ventajas que nos permitirá desde simplemente gestionar nuestros archivos en red con facilidad, incluso montando una unidad en red en nuestro equipo si la unidad lo permite, hasta tener un conjunto de dos, tres, cuatro o más discos según la gama y el modelo ante el que nos encontremos, donde la capacidad y la seguridad vendrán determinados de si deseamos usar cada disco duro como una unidad separada, si queremos crear una unidad única en RAID 0 para la mayor velocidad, o queremos estar seguros de que nuestros datos están a salvo con un RAID 1.
Asimismo, las unidades NAS como las que fabrica QNAP con su sistema operativo QTS nos ofrecen capacidades avanzadas de administración, dejando entrever que tan importante es el hardware de un NAS como lo es el software que lo hace funcionar, donde habilita opciones como la de crear un servidor multimedia para todos los dispositivos compatibles en la red, copias de seguridad automatizadas, gestión de archivos, e incluso funcionalidades más exóticas como son capacidades de virtualización o incluso la posibilidad de hacer funcionar Docker en algunos de los NAS más potentes de QNAP.
Como es de esperar, estas unidades NAS suelen tener bahías fácilmente accesibles para facilitar la introducción y extracción de discos, así como funciones avanzadas de gestión de unidades para detectar una unidad que esté a punto de fallar, así como crear copias de seguridad o rehacer un RAID tras el fallo de un disco duro y su consiguiente sustitución, de la misma forma que lo podemos ver a gran escala en servidores.
Una de las grandes ventajas de un sistema de almacenamiento NAS es que podemos acceder a nuestros datos, como ya se ha comentado, desde cualquier dispositivo que esté conectado a la red, por lo que en caso de fallo de un equipo conectado en uso, los datos seguirán estando disponibles de la misma forma y en la misma disposición en cualquier equipo que se añada o exista ya en la red, reduciendo así el tiempo necesario para volver a la actividad que se estuviese realizando al ocurrir el fallo.
La alta compatibilidad que viene de fábrica con un NAS nos permite también poder disfrutar de contenido multimedia en varias zonas de la red, desde dispositivos distintos como sería mezclar un televisor en un área con un iPad en otra, mientras un número de ordenadores trabajan sobre la misma unidad, la cual se puede encontrar en red para cualquier usuario que lo necesite, esté dentro o fuera de la red si la configuración así lo permite.
Asimismo, varios dispositivos pueden acceder de forma simultánea a los mismos datos gracias a las conexiones Gigabit, 2.5G y 10GBe que poco a poco van llegando a los modelos de gama más alta, reduciendo así los cuellos de botella por falta de ancho de banda y aumentando efectivamente la productividad al trabajar con uno de estos sistemas de almacenamiento, reduciendo también la inversión al reemplazar un servidor de dedicado por uno de estos dispositivos si las exigencias no son extremadamente altas y abriendo las puertas a sustituir la inversión sobrante en mayor capacidad para los discos duros montados en su interior.