Los teclados son la principal forma de introducir texto y comandos en un equipo, siendo hasta ahora obligatorio contar con uno de estos dispositivos para incluso configurar un equipo desde la BIOS, pues pese a contar desde la aparición de las UEFI con soporte para ratón, es posible que muchos equipos lancen un mensaje de error si no detectan un teclado y pausen el arranque del sistema.
Existen dos grupos principales de teclados que serían los teclados de membrana y los teclados mecánicos, existiendo dentro de los teclados de membrana un tercer grupo de teclados hibridos. Por un lado, los teclados de membrana hacen uso de varias capas de circuitería impresa en láminas de plástico que al ser presionadas por una membrana de goma, hacen contacto entre ellas, mandando la señal al equipo en el que se encuentre conectado el teclado.
Esta estructura vive dentro de la carcasa del teclado, donde justo sobre la membrana encontramos la tecla correspondiente a cada punto del circuito impreso, de forma que podemos realizar toda la entrada de texto necesaria. Este diseño, pese a ser muy económico de fabricar, tiene algunos defectos, y es que suelen tener un límite ligeramente restrictivo en cuanto al número de teclas que se pueden pulsar a la vez, además de que al ser la membrana de goma, tiende a deteriorarse con el paso de los años.
En el extremo opuesto encontramos los teclados mecánicos, los cuales ofrecen numerosas ventajas respecto a sus contrapartes de membrana y suelen gozar de una muy alta calidad al tratarse también de modelos más caros. Los podemos encontrar en multitud de tipos en marcas como Cherry o Gateron al poder distinguir entre al menos cuatro propiedades de sus interruptores, las cuales son el recorrido total, el recorrido de activación, la fuerza de activación y el tipo de respuesta.
Según el comportamiento que deseemos en nuestro teclado, podremos elegir unos u otros interruptores, y es algo que puede convertir nuestra compra en un éxito total o en un desastre absoluto, pues podemos encontrar interruptores más duros, más blandos, más ruidosos o más silenciosos, además de poder elegir el comportamiento al pulsarlo como sería la altura de activación respecto al recorrido total o si se trata de un interruptor digital o analógico
Estos teclados disfrutan de esta ventaja, que es, sino la que más, una de las más importantes, encontrando también el n-key rollover, la posibilidad de cambiar las teclas (keycaps) por otras que nos gusten más o encontrar teclados que faciliten su reparación con interruptores sin soldar introducidos en su correspondiente zócalo, además de que aunque se trate de un teclado con todos sus interruptores soldados, un usuario con conocimientos básicos de soldadura en electrónica puede reparar su propio teclado en lugar de desecharlo por completo.
Existe un término medio ocupado por los teclados híbridos, membránicos o simplemente de membrana mecánica, y sea cual sea el nombre por el que se intenten comercializar, su cometido es sencillamente el de intentar imitar el tacto de un teclado mecánico, aun manteniendo todos los problemas de un teclado de membrana.