Australia ha instalado el primer ordenador cuántico que cuenta con una característica muy diferenciadora sobre los demás, y es que, si bien normalmente cuando pensamos en un ordenador cuántico, nos imaginamos una habitación enorme generalmente repleta de sistemas de refrigeración, este equipo es capaz de funcionar a temperatura ambiente.
Esto implica que ya no hace falta reducir la temperatura del chip cuántico a temperaturas cercanas al cero absoluto, permitiendo su instalación en un rack estándar para servidores. Sin embargo, esto llega gracias a una nueva técnica de fabricación basada en diamantes, lo cual permite su uso a temperaturas ambiente.
Se trata de un gran avance, pues esto pone al alcance de muchas más empresas y usuarios el poder de los equipos cuánticos, aunque desafortunadamente, se desconoce el rendimiento del nuevo equipo, así como sus características clave como el número de qubits con el que cuenta. De todos modos, este equipo se instalará junto a un superordenador en Perth, de modo que los científicos podrán usarlo como una herramienta más.
Esta instalación representa la primera integración de un sistema cuántico en un centro de supercomputación, y se utilizará para demostrar y probar modelos híbridos de computación cuántica y tradicional, aprovechando las fortalezas de ambos modelos.
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