Inventados por IBM, los discos duros son el soporte principal para almacenamiento masivo que podemos encontrar en prácticamente todos los equipos del mundo, pues si bien los SSD han comenzado a recortar distancias por sus extremadamente mayores velocidades, así como por su compacto tamaño, el precio por GB sigue siendo su fuerte y, por ello, la elección por defecto para almacenamiento masivo de documentos, programas y juegos, reservando la existencia de los SSD para programas de uso frecuente, el sistema operativo y poco más.
Los discos duros se pueden encontrar en multitud de tamaños, siendo los más habituales en equipos de escritorio y portátiles los discos duros de 3.5” y 2.5”, respectivamente. En otro tipo de aplicaciones podemos encontrar unidades de 1.8” como fue en los iPod Classic, vendidos hasta 2014, e incluso discos en tamaños más pequeños como los Microdrive de 1”, unas unidades de disco duro compatibles con los dispositivos que utilizasen tarjetas Compact Flash y que les dotaban de mayores capacidades que sus equivalentes con memoria Flash de la época.
Mucho ha llovido desde entonces, por lo que los principales fabricantes de unidades de disco duro son Seagate, Western Digital, HGST y Toshiba, siendo la presencia más fuerte la de Seagate y Western Digital gracias a lo asequible de sus gamas Barracuda y Blue respectivamente. Por su parte, ambas marcas disponen también de productos orientados al mercado profesional como serían discos para servidores o NAS, con capacidades que llegan a los 14TB en el caso de Seagate y de 15TB en el caso de Western Digital.
Sea como sea, estas capacidades no son sencillas de conseguir y menos a velocidades aceptables, y prueba de ello es la cantidad de tecnologías que cada marca está sacando adelante para conseguir sus objetivos. Una de las tecnologías más sonadas fue el llenado con helio de los discos duros de mayor densidad, característica que permitió una mayor estabilidad en el interior de la unidad con menos turbulencias y que permitió añadir un mayor número de platos dentro del factor de forma de 3.5”.
Asimismo tecnologías como HAMR (Heat Assisted Magnetic Recording) que se basan en el uso de diodos laser para aumentar la densidad de almacenamiento en los platos magnéticos, así como la tecnología de multi actuador MACH.2 que permite alcanzar velocidades secuenciales de hasta 480MB/s gracias al empleo de dos bloques de cabezales separados que funcionan de forma similar a lo que obtendríamos con un RAID 0 de dos discos duros, son muestras de lo que se ha conseguido en materia de discos duros en los últimos años.
Hoy por hoy, el futuro de los discos duros es incierto debido al decreciente precio de las unidades SSD, que ha sufrido un corte importante en los últimos años, así como a la aparición de nuevas tecnologías con mayores velocidades y menor coste, por lo que si eventualmente el precio de las unidades SSD baja lo suficiente y los discos duros no son capaces de mantener ninguna ventaja relevante, podríamos ver cómo estas unidades caen en el olvido.