Los miniPC nos permiten condensar una cantidad determinada de potencia de proceso en el paquete más pequeño posible, consiguiendo modelos con el tamaño de una tarjeta de crédito que nos permiten navegar por internet, ver películas y trabajar sin la presencia de un equipo de grandes dimensiones con uno o varios ventiladores que puedan molestar con su ruido, sobre todo cuando comienzan a deteriorarse.
SI bien podemos encontrar modelos más potentes, la mayoría de los miniPC que encontramos en el mercado hacen uso de componentes de bajo consumo como serían procesadores de la gama T de escritorio de Intel o incluso procesadores móviles como los que encontraríamos en ordenadores portátiles, los cuales consiguen niveles de eficiencia muy altos gracias a funcionar a frecuencias más reducidas y voltajes más conservadores, cosa que reduce el consumo y, con ello, la temperatura de funcionamiento.
Esto es interesante, pues cuanto más pequeño sea uno de estos equipos, menor será su peso y más sencillo será colocarlo en la parte trasera de un televisor o monitor, permitiéndonos montar así un sistema de centro multimedia con mayores posibilidades que un TV box basado en Android.
Cabe decir que los modelos de alto rendimiento siguen conservando un gran atractivo para usuarios como serían creadores de contenido, los cuales pueden contar con un equipo de pequeñas dimensiones para toda la edición necesaria o incluso para gestionar solamente una parte de ella, pues gracias a su pequeño tamaño, de nuevo pueden ocupar una fracción de lo que lo haría un equipo de escritorio y puede tratarse igualmente de un equipo lo suficientemente potente para este cometido.
El mundo de la realidad virtual también se ha beneficiado de estos equipos, y es que es relativamente sencillo encontrar ordenadores que, o bien vengan en formato mochila, o bien puedan convertirse a dicho formato con modificaciones mínimas que nos permitan movernos con ellos a la espalda sin ningún tipo de inconveniente, aun llevando un casco VR y todos los accesorios correspondientes.
Al contar con un tamaño pequeño y en muchas ocasiones con almacenamiento sólido, estos equipos también son ideales para montar en vehículos, ya sea con propósitos de entretenimiento de los ocupantes como para diagnosis u otros propósitos, pues el pequeño tamaño de estos equipos junto a la proliferación de los puertos USB-C con múltiples capacidades nos permite que con un equipo de muy pequeñas dimensiones y un solo cable, podamos conectar todo lo necesario para funcionar, amén de la alimentación externa que utilizan para reducir aún más la disipación de calor y el tamaño total.
Sin duda, estos equipos han llegado para quedarse y convertirse cada vez en ordenadores cada vez más pequeños hasta el punto de ser prácticamente indetectables como los Intel Compute Stick, ordenadores del tamaño de una memoria USB antigua que nos permiten convertir cualquier televisor o pantalla compatible en un equipo con la última versión de Windows y que nos permiten arrancar conectándolos a un puerto HDMI, a un set de periféricos inalámbricos y a una fuente de alimentación, permitiéndonos llevarlo a todas partes.