¿Qué son los FPS y para qué sirven?

Las siglas FPS vienen de las palabras Frames Per Second, que en español significan Imágenes Por Segundo. El término FPS se utiliza ampliamente en el mundo de los videojuegos, ya que a mayor número de FPS, más fluido correrá el juego, aunque ahora veremos algunas cosas relacionadas con la fluidez y comprenderemos que no es exactamente así. Los FPS, o imágenes por segundo, son una medida bastante estandarizada a nivel mundial ya que con ella se puede medir en rendimiento de una tarjeta gráfica, por ejemplo. Comparando dos tarjetas gráficas diferentes, en el mismo juego y bajo las mismas condiciones, podemos estimar cuál de las dos da más rendimiento simplemente mirando la cantidad de FPS que ofrecen de media.

Los FPS también son usados en vídeos y películas. En el cine, las películas se visualizan a 24 FPS, los vídeos en plataformas como YouTube alcanzan hasta 60 FPS mientras que en Twitch llegan a 120 FPS. Con la llegada de pantallas con una alta frecuencia de refresco (Hz), estos servicios se van actualizando para ofrecer mejores condiciones a sus usuarios. Aquí es donde debemos diferenciar entre Hz y FPS. Lo primero es una medida de la tasa de refresco de un monitor, mientras que lo segundo es una medida de las imágenes por segundo que puede procesar una tarjeta gráfica. De nada sirve tener una gráfica que produzca muchos más FPS de los que la pantalla (en Hz) puede mostrar.

Los FPS y los Hz van cogidos de la mano gracias a la tecnología VRR (Variable Refresh Rate), que permite a la pantalla sincronizarse con los FPS que genera la gráfica para ir al unísono. Así, los FPS generados por la gráfica modularán los Hz de la pantalla a cada segundo que pase, evitando problemas como el tearing y el input-lag (generado por la sincronización vertical al limitar los FPS a un número determinado).

Los FPS sirven para medir imágenes por segundo, ya que esa es su propia definición. Sin embargo, en el mundo de la tecnología los usamos a menudo para comparar rendimiento de tarjetas gráficas o PCs completos. A mayor número, mayor rendimiento (bajo igualdad de condiciones), así que es un sistema de medida bastante sólido y usado ya durante muchos años. Claro que también habrá que tener en cuenta la cantidad de VRAM que tenga la gráfica, la arquitectura bajo la que esté construida, sus temperaturas y prestaciones varias, pero la medición de FPS es un claro indicativo de rendimiento.

También usamos los FPS para comparar determinados videojuegos. Sobre todo en el mundo de las consolas sucede que, al contar con un hardware limitado (que no compensa la especialización del software), muchas desarrolladoras de videojuegos deciden limitar los FPS de sus títulos con el fin de proveer a los usuarios un juego fluido y sin compromisos. Por lo que, a menudo, unos títulos van a 30 FPS y otros a 60 FPS, siendo estas las dos medidas más estandarizadas en consolas. En PC, sin embargo, no existen estos límites, y si un monitor soporta 360 Hz y tienes la tarjeta gráfica adecuada, el juego irá también a 360 Hz. Echa un ojo a la definición de PC Master Race para más detalles.

Incluso en portátiles ya se ha alcanzado la cifra de los 300 Hz, que no quiere decir FPS como hemos explicado antes, pero con una tarjeta gráfica potente podrán alcanzarse en determinados juegos seguro. Los FPS, en resumen, son una medida de la cantidad de imágenes por segundo que procesa un chip gráfico, esa es la adopción que tienen hoy en día esas siglas en el mundo de la tecnología.