¿Qué es un Boost y para qué sirve?
por Pablo López¿Qué es un Boost?
Boost viene del inglés y significa “Turbo”, que referido al mundo de la tecnología viene a decirnos que un componente con boost está trabajando a velocidades mayores que las de fábrica. En los ordenadores, el boost nació hace muchos años, cuando en las propias carcasas de los PCs había un botón físico con uno de esos dos nombres, con la misma finalidad que hoy en día: aumentar las frecuencias de trabajo de un componente. Normalmente nos referimos a la CPU, es decir, al procesador, pero un Boost como tal lo pueden tener prácticamente todos los componentes, incluso los monitores.
Dado que hablamos de una especie de turbo, a cualquier componente que admita una variación en el voltaje de entrada y tenga un circuito regulador para ello (los conocidos VRM), podrá aplicársele un boost. Aplicar un boost al procesador es lo más común y sencillo, pero también se suele hacer con la tarjeta gráfica y las memorias RAM. De hecho, prácticamente todos los ensambladores de tarjetas gráficas cuentan con un software que se encarga de eso precisamente, aumentar el rendimiento a costa de aumentar el voltaje, lo que genera más calor y deben tener grandes disipadores, propios de estos componentes.
En procesadores, tanto Intel como AMD tienen sus propios algoritmos que identifican cuándo se puede subir voltaje al procesador para aumentar unos cuantos MHz. En el caso de AMD se llama Precision Boost Overdrive, y aumenta hasta 200 MHz en cada núcleo. También es posible aplicar un boost a monitores con el fin de aumentar la frecuencia de refresco del mismo y que así los juegos puedan ir más fluidos, si puedes mantener esa tasa de FPS estables, claro.
¿Para qué sirve un Boost?
Un Boost sirve para aumentar el rendimiento de un componente, bien sea mediante una subida de su voltaje o por otros métodos, y ya sea de manera automática o manual. Al hacer overclock a un componente estás dándole un boost de rendimiento, es decir, que en este contexto viene a significar un extra de rendimiento. El proceso dependerá de qué componente sea el que quieres overclockear y a menudo este aumento de rendimiento se realiza de manera automática sin que te des cuenta siquiera. Aún así, es posible aumentar todavía más las frecuencias siempre y cuando se tenga la refrigeración adecuada.
Un ordenador con capacidad de overclock y que tenga ya unos cuantos años encima puede ponerse al día en ciertos casos, sin tener que gastar casi nada de dinero además. Por ejemplo, a veces el factor limitante es el procesador y cuesta mover algunos juegos recientes, pero podemos aplicarle un boost en rendimiento desde la BIOS, configurando adecuadamente los parámetros. Aumentar la velocidad del procesador también sirve para cualquier otra tarea, no solo para jugar. En el caso de las gráficas el aumento de rendimiento suele ser menor pero también es factible, mientras que para las RAM no suele notarse en gran medida en casi ningún aspecto, a no ser que no hayas cargado ni siquiera un perfil XMP y los módulos estén trabajando al mínimo.
La expresión “Boost” puede usarse sin recurrir al overclock. Por ejemplo, si tienes un PC que tiene un disco duro mecánico (HDD) y le añades un SSD e instalas ahí los programas, juegos y sistema operativo, le habrás dado un gran boost a tu ordenador, mucho mayor que cualquiera de los otros métodos por overclock. De esta manera, esta palabra puede utilizarse de varias formas pero siempre se referirá a la misma finalidad en común, que es aumentar el rendimiento de algo.
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