¿Qué es un Proxy y para qué sirve?

Un proxy, también conocido como servidor proxy, es un intermediario que se ubica entre las solicitudes que realiza un cliente (generalmente, se trata del equipo de un usuario) hacia otro servidor y sus respuestas. Por lo tanto, cada vez que la máquina hace una solicitud, esta se traslada al proxy que, a su vez, la envía al servidor más adecuado en cada caso. Y cuando se reciben datos, el proceso se desempeña de la misma manera.

Para entender mejor el funcionamiento de un servidor proxy, es interesante que pongamos un ejemplo. Supón que deseas descargar un archivo desde Internet. Evidentemente, utilizas un navegador web y para iniciar la obtención del documento haces clic en un enlace. En el caso de que haya un servidor proxy activo en tu red, esta petición se trasladaría hacia él. Dependiendo de los parámetros establecidos en el proxy, se atenderá la petición de una manera u otra. Evidentemente, lo más habitual es que el proxy envíe la solicitud al servidor de destino y este te traslade la respuesta, en este caso, en forma de descarga.

Usualmente, los servidores proxys se emplean para actuar como puente durante la navegación web. Sin embargo, también existen algunos destinados a otros protocolos, como el FTP. Es relevante que te contemos que el proxy es en realidad un software que se puede ejecutar de manera local o externa. En este sentido, podemos identificar dos tipos de servidores:

• Internos o locales. Son aquellos que se ejecutan desde la propia máquina del usuario y están destinados a la mejora de la privacidad y otras funciones similares.
• De red o externos. Se trata de aquellos que actúan interceptando las solicitudes de manera externa a la máquina del usuario. Por lo tanto, su política de actuación se aplica en todos los equipos que se encuentran conectados a la red dependiente del proxy.

Ahora que ya hemos definido con exactitud qué es un proxy, es momento de revisar algunas de sus funciones. Una de las más frecuentes es el filtrado del contenido en ciertos dominios de Internet. Recuerda que en todo momento las solicitudes de los usuarios son verificadas por el intermediario, es decir, el servidor proxy. Por lo tanto, aquellas que, ya sea por seguridad u otras cuestiones organizativas, no deban ser atendidas, se rechazan automáticamente. De este modo, el usuario pierde el acceso a ciertas páginas web.

Muy relacionado con lo que acabamos de mencionar, también debemos contarte que un servidor proxy sirve para aplicar un estricto control de acceso y mejorar la seguridad de la red. Gracias a ellos, los administradores adquieren capacidades avanzadas, como la posibilidad de destinar ciertos recursos en línea únicamente a algunos usuarios o evitar que un intruso visualice contenido privado. Gracias a la aplicación de políticas de red segmentada, cada usuario cuenta con unos privilegios de acceso concretos.

El almacenamiento en caché es otro de los fuertes de los servidores proxy. Recuerda: en todo momento actúan como un puente entre el usuario y el contenido solicitado. Por eso, son capaces de conocer cuáles son las páginas que se visitan con mayor frecuencia y determinar cuando es ventajoso almacenarlas en su propia memoria. Así, en el momento en el que usuario requiere acceder a un recurso, el servidor proxy se lo sirve directamente y la solicitud no va más allá. Como consecuencia, se logra aumentar la velocidad en la navegación web.

Finalmente, la última función de los proxy es facilitar una navegación anónima. En este sentido, funcionan de manera muy similar a una VPN, pues evitan que los servidores conozcan la dirección IP real del usuario. Esto minimiza la huella digital del usuario e incluso le permite saltarse restricciones o bloqueos geográficos.