¿Qué es el USB-C y para qué sirve?

USB-C son siglas que corresponden a Universal Serial Bus de tipo C. Prácticamente todo el mundo conoce las siglas USB, que hace referencia a un conector que transfiere información mediante el bus universal. El conector USB es el predecesor del PS/2, un puerto ampliamente usado en el pasado para conectar periféricos al ordenador pero que, con el paso de los años, ha sido necesaria su renovación. Hoy en día el conector USB es universal para cualquier tipo de usuario, pero el USB-C todavía no y conlleva mejoras importantes que vamos a detallar.

El USB-C, también conocido como USB Type C, tiene varias características importantes que han hecho que se esté implementando a gran escala en todos los equipos informáticos. La primera es que es reversible, da igual si lo conectas boca-arriba o boca-abajo, es idéntico en ambas orientaciones, lo que hace que no perdamos la cabeza cuando intentamos conectar un USB normal y no entra (y le damos la vuelta y tampoco, porque lo estábamos metiendo mal al principio posiblemente). La segunda es que es mucho más pequeño que el USB estándar, por ello está integrado en pequeños dispositivos como smartphones. Otra característica crucial de cara al futuro es la velocidad que admite. Si bien el bus al que se conecta el USB-C es el mismo que el del USB, en el primero se han implementado mejoras que lo hacen compatible con tecnologías como Thunderbolt 3 o DisplayPort 1.4, de las que hablaremos más adelante.

Hay que señalar que la velocidad de transferencia no depende del tipo de conector (USB o USB-C) si no de la versión de este. Hoy en día se pueden ver conexiones USB-C 3.0, 3.1 y 3.2, y la diferencia entre ellas es bastante notoria. Algunos fabricantes han optado por incorporar una segunda nomenclatura del tipo “GenX”, siendo la X un número (normalmente 1 o 2). Un USB-C 3.0 Gen1 es un USB-C 3.1.

El USB-C sirve para conectar multitud de dispositivos entre sí y, a partir de esa conexión se pueden transferir datos normales, cargar el dispositivo o incluso conectar pantallas con la mayor tasa de transferencia que existe, más incluso que HDMI 2.0. Por ello, con un USB-C 3.1 ya es posible que sirva como Thunderbolt 3, pero debe venir preparado para ello. La velocidad del USB-C funcionando como Thunderbolt es de 40 Gbps, mientras que la del USB 3.1 es de 10 Gbps, por lo que no todos los USB-C 3.1 son Thunderbolt.

Además, el USB-C 3.1 también puede ser usado como DisplayPort. Esto sirve para conectar monitores (como si fuera un HDMI, DVI o el viejo VGA). La ventaja de trabajar en este modo es que es la única manera de conectar una pantalla 4K a 120 Hz y que dé el máximo de sus prestaciones. Por ejemplo, el HDMI 2.0 se limita a 4K a 60 Hz, algo que se solucionará con el HDMI 2.1. DisplayPort 1.4 admite pantallas 4K a 120 Hz.

También es usado ampliamente para cargar dispositivos con una potencia de hasta 65 W. Aparte de estos usos, hay que tener en cuenta que aunque un conector sea USB-C, el otro extremo del cable puede ser USB estándar, microUSB o cualquier otro tipo. Es por ello que, aunque los USB-C estén poniéndose de moda, no todos los cables son de USB-C a USB-C.

El uso más habitual de estos cables es el de conectar periféricos al ordenador. Con la compra de un smartphone (de gama media-alta) suele venir incluido uno de estos cables. Aunque hay un mundo de un cable a otro, siendo ambos exactamente iguales por los extremos, la fabricación del mismo hace que se puedan alcanzan las velocidades máximas que admite el puerto, como también puede hacer que no se alcancen y es por ello que se deben mirar detenidamente antes de comprarlos.