Durante la pandemia, que comenzó a inicios del 2020, los fabricantes comenzaron a notar importantes recortes en materias primas. Esto afecto en mayor medida a los fabricantes de chips y procesadores que tanto se disparó su demanda conforme avanzaba la pandemia y el teletrabajo empezó a ser algo habitual. Intel ya advirtió que habría escasez pero que tendría medios para apaciguar el fuerte impacto que sufrieron otros y que ahora desvela ha sido gracias a su planta en Vietnam y su innovador enfoque para procesar sustratos, uno de los componentes clave para la fabricación de procesadores.
Intel defiende la fabricación integrada como un beneficio poniendo este concreto caso como ejemplo. Gracias a este sistema se puede completar el ensamblaje de productos un 80% más rápido a la vez que no dependen de proveedores externos y libera su stock para otros clientes. Intel no descarta llevar este tipo de fabricación escalable a muchos más productos. También ha comentado que gracias a su fabricación integrada permiten tener un suministro de productos adaptado a las necesidades actuales y mucho más resistente. Esto ha permitido fabricar millones de unidades adicionales en medio de la escasez de suministros mundial en este pasado año.
Esta fábrica en Vietnam es la fábrica de ensamblaje y prueba más grande de su red con más de 2.800 empleados y siendo la mayor inversión de Intel en ese país. De esta fábrica ya han salido más de 3.000 millones de unidades a clientes de Intel desde hace más de 15 años que se puso en funcionamiento.
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