Introducción y Especificaciones Técnicas de las ASUS AirVision M1
Las gafas de realidad aumentada llevan años con nosotros, sin embargo, suelen necesitar de pesados y voluminosos dispositivos para funcionar que limitan su versatilidad. La miniaturización de los componentes están dando lugar a una nueva generación de gafas AR, con un formato más similar al de unas gafas convencionales, que buscan posicionarse como un complemento para ordenadores y dispositivos móviles, permitiendo expandir las pantallas de manera virtual sin necesidad de grandes monitores.
En esta Review de las ASUS AirVision M1 nos encontraremos con unas gafas que la compañía describe como "Wearable Display", y que permiten mostrar en nuestro campo de visión la pantalla de nuestro PC, Smartphone o consola, o incluso integrarse en Windows para ampliar el espacio de trabajo con múltiples pantallas extendidas. Además, dan ese extra de privacidad que podemos querer a la hora de manejar datos o contenidos sensibles.
Se trata de una primera aproximación de ASUS a este tipo de gafas que están destinadas a revolucionar la manera en la que interactuamos con el PC y otros dispositivos electrónicos.
Veamos si lo consiguen.
Características Técnicas de las ASUS AirVision M1
- 2 x Paneles Micro OLED de 1.920 x 1.080 por panel y 0,49 pulgadas.
- Campo de visión FoV: 38º.
- Transparencia de la lente: 60%.
- Frecuencia de actualización: 72 Hz máximos
- Modo 3D.
- Segumiento 3DoF.
- Brillo máximo: 1.100 nits.
- Distancia entre pupilas: 63,5mm, ajustable por software entre 53,5 y 74,5 mm.
- Tamaño: 171 x 53 x 170 mm.
- Peso: 87 gramos.
- Control táctil en patilla.
- Micrófono y altavoces.
- Incluye lentes magnéticas oscurecidas, dos puentes de nariz y un conjunto de plantillas para graduar en óptica.
- Conectividad USB-C.
- Soporte:
- Windows con aplicación para escritorios virtuales y modos.
- Cualquier dispositivo con salida USB-C con DisplayPort (smartphones, consolas, PCs...).
Diseño y Conectividad
Con un tamaño de 171 x 53 x 170 mm, las ASUS AirVision M1 tienen un formato que recuerda al de las gafas convencionales, pero algo más grandes. De hecho, podríamos considerarlas un híbrido entre unas gafas de ver y unas gafas de sol, con detalles como un puente o zona superior más gruesos de lo habitual.
Dos grandes cristales ocultan dos lentes más pequeñas donde se muestra la imagen que ve el usuario. Ya en la primera fotografía podemos ver que las lentes exteriores no son transparentes al 100% y están oscurecidas, algo que influirá, como veremos más adelante, en la visibilidad del exterior.
En la parte interior muestran un sensor de presencia que detecta cuándo las llevamos puestas para encenderlas, mientras que en la parte superior tenemos un sensor de iluminación para poder ajustar el brillo a tiempo real. Comentar que los 1.100 nits que pueden alcanzar hacen que la visibilidad sea buena incluso al aire libre.
El material de construcción de las ASUS AirVision M1 es el plástico, y tanto el tacto como los detalles y acabados no parecen de alta calidad, de hecho, están lejos de lo que deberíamos exigir en unas gafas de 700 euros.
Está claro que en este tipo de dispositivos hay que priorizar la ligereza, y ASUS lo consigue con un peso de tan solo 87 gramos que las hacen bastante cómodas de llevar, pero eso no puede ser excusa para tener un acabado tan básico, no solo al tacto, sino también en las terminaciones y uniones entre las distintas piezas que recuerdan más a un prototipo que a un producto final.
En la patilla izquierda, tenemos una pequeña hendidura para localizar al tacto el panel táctil situado en esta zona. Es capaz de reconocer toques con uno y dos dedos, además de pulsaciones largas o deslizamiento para poder controlar algunas funciones de las gafas directamente.
En ambas patillas se integran también los altavoces, con una calidad bastante básica, mientras que en la zona del frontal tenemos un micrófono.
En el extremo de esa misma patilla nos encontramos con un puerto USB-C con el que se conectan las gafas al dispositivo host. Este puede ser un ordenador, consola o smartphone, el único requisito es que soporte conectividad Displayport a través de USB-C.
Las AirVision M1 no cuentan con batería ni conectividad inalámbrica, por lo que para funcionar necesitan estar conectadas sí o sí, alimentándose directamente desde el USB-C. Esto nos obliga a utilizar en todo momento el cable.
Por suerte, esta disposición al final de la patilla, junto con un cable en ángulo, hace que sea bastante más cómodo de lo que pueda parecer en un principio.
Unas gafas es algo que suele requerir ajustes, y ASUS incluye para ello dos juegos de puentes para la nariz. Además, se incluye también unas lentes internas para poder llevar a una óptica y que nos gradúen unos cristales del mismo formato, algo imprescindible hoy en día.
Además de estos accesorios, se incluyen también unas lentes oscurecidas magnéticas que ayudan a la inmersión cuando no necesitamos ver el exterior. Aun así, como ya hemos comentado, las lentes de serie ya tienen parte oscurecida y ofrecen una transparencia del 60%.
A nivel de uso, su ligereza hace que sea bastante cómodo tenerlas puestas, y tanto los acabados para la zona de las orejas como el puente de la nariz son suaves.
No obstante, como veremos en la sección de experiencia de uso, hay ciertos ajustes que no podemos hacer y que son claves para una correcta experiencia de visualización.
Configuración y experiencia de uso
Como ya hemos comentado, las ASUS Airvision M1 son compatibles con cualquier dispositivo que sea capaz de sacar señal de vídeo a través del USB-C con Displayport. Smartphones, tablets o incluso consolas y PCs, se pueden utilizar simplemente conectándolas.
Al hacerlo, lo que tendremos es una imagen central en la que veremos la pantalla del dispositivo. Mediante gestos podremos subir o bajar el brillo o activar o desactivar el "modo transparencia", que no es otra cosa que apagar la pantalla para poder ver el entorno. También se puede controlar la reproducción multimedia.
Si queremos aprovechar todas las funciones de las ASUS AirVision M1, entonces tendremos que utilizar un ordenador con Windows y la aplicación AirVision App.
Esta aplicación permite configurar a un nivel más profundo la aplicación, y podremos ajustar la distancia entre pupilas para una mayor nitidez, o la distancia a la que queremos ver la pantalla. Aquí, si alejamos demasiado, no seremos capaces de distinguir textos o interfaces.
Ese es uno de los principales handicaps de estas gafas: su campo de visión "FoV" es de tan solo 38º, por lo que la pantalla que vemos en relación al resto del entorno es muy pequeña y limita su funcionalidad.
Siguiendo con la App, se integra en windows y muestra un icono flotante desde el que la podremos lanzar con el ratón.
Con esta aplicación podremos configurar distintos modos de funcionamiento de las pantallas virtuales, desde un sistema con dos pantallas a los lados de nuestra pantalla física, un modo de juego que coloca una única pantalla encima, o el modo infinito con el que tendremos una gran zona donde colocar las distintas ventanas que queramos abrir.
Destaca también los dos modos personalizados donde podremos añadir pantallas virtuales donde queramos.
Un problema que tiene esta aplicación es que, tanto cuando conectamos las gafas al PC, como cuando cambiamos de modo, hay un periodo de espera bastante largo donde la pantalla parpadea y cambia de tamaño. Para una experiencia fluida, el cambio entre modos debería ser bastante más rápido.
Una vez se cambia el modo, las gafas manejan muy bien el posicionamiento, podemos ir mirando para los lados o zonas donde tengamos los escritorios virtuales y tendremos ahí la pantalla.
En caso de que alguna vez nos movamos de sitio, o las gafas pierdan la posición, algo que no es demasiado habitual, si damos un solo toque al panel táctil, la pantalla se centrará.
Además, hay alguna función muy util como la que nos centra el ratón mediante una combinación de teclas. Si tenemos multiples escritorios virtuales hay que cambiar la vista constantemente, y es fácil que se pierda el ratón. Además, si tenemos la pantalla real detrás, también influye en el ratón cuando pasa por ella.
Para solucionarlo, si pulsamos Shift + C, aparecerá el ratón en el centro y podremos seguir usándolo.
A nivel del sistema operativo, los distintos escritorios virtuales se ven como pantallas o monitores en modo extendido.
En la siguiente captura se puede ver el modo más amplio. El recuadro de arriba es la zona donde podemos tener ventanas y se visualizarán en las gafas al mirar encima de la pantalla real. El recuadro intermedio es nuestra pantalla real en dormato 32:9.
Justo abajo a la izquierda son las pantallas que se ven en las gadas, una para cada ojo, que muestran una parte de la zona superior.
En los modos de trabajo, tenemos una pantalla a cada lado de la pantalla real.
En estas imagenes podemos ver cómo Windows representa las pantallas vituales como moniotores extra dependiendo del modo.
El modo juego es el más simple, con una pantalla arriba con la que se ve el contenido en las gafas.
Como decíamos, las ASUS Airvision M1 son cómodas de utilizar, pero hay un problema con la nitidez de la imagen. Si bien el ajuste de la distancia entre pupilas es clave, también lo es la posición de la pantalla en vertical y en el ángulo de inclinación, y estas gafas no permiten ajustar eso.
En mi caso, si uso las gafas apoyadas sobre las orejas, como se deberían utilizar, la imagen se ve algo desplazada y con al menos dos terceras partes sin apenas nitidez, lo que hace que sean realmente incómodas de usar al no poder leer con claridad los textos de la, ya de por si, pequeña zona de pantalla.
La "solución" es mover el ángulo de las gafas, haciendo que las patillas queden elevadas por encima de las orejas. Al final, esta colocación es bastante incómoda y se tienden a mover.
Otras personas han probado las gafas y han tenido problemas similares de ajuste. Para que un dispositivo como este tenga éxito tiene que poder ser cómodo de utilizar y adaptarse a todo tipo de usuarios.
A modo de resumen, lo cierto es que el posicionamiento funciona muy bien y el brillo de las gafas hace que la iluminación exterior no sea un problema. Aun así, está el "truco" de que las lentes externas están oscurecidas y solo dejan pasar un 60% de la luz, lo que hace que la pantalla virtual sea más visible, pero que sea complicado ver lo que hay a nuestro alrededor.
A grandes rasgos se ve el entorno y no nos quedaremos ciegos, pero por ejemplo en el modo de trabajo, es muy difícil ver la pantalla física de nuestro PC con estas gafas, haciendo que pierdan gran parte de esta funcionalidad.
Por otro lado, si bien los escritorios virtuales están bien integrados, el pequeño FOV de las gafas hace que se va un recuadro muy pequeño. Si aumentamos la distancia de las pantallas virtuales podremos verlas al completo pero tan pequeñas que no son utilizables. Si acercamos esta distancia, veremos todo mucho más nítido, pero tendremos que andar moviendo la cabeza para poder cubrir las pantallas virtuales.
Sin embargo, lo cierto es que, al menos en mi caso, la mejor experiencia de uso la he tenido cuando he usado las gafas con el móvil o con el PC sin software. Es cierto que se pierden bastantes opciones a la hora de tener varios escritorios virtuales, pero se gana en simplicidad: una simple pantalla colocada en el centro con la que ver contenidos.
A fin de cuentas, como hemos dicho, usarlas para trabajar con múltiples escritorios virtuales no parece algo realmente práctico a día de hoy por las limitaciones del campo de visión y la opacidad de la pantall
Análisis y Conclusión
Uno de los aspectos críticos es el campo de visión, y en estas ASUS AirVision M1 es bastante reducido, eso hace que solamente veamos un pequeño recuadro en nuestro campo de visión y tengamos que estar moviendo la cabeza de manera continua para poder ver distintos elementos. Se puede configurar la distancia de las ventanas virtuales y hacer que el escritorio sea más pequeño y quepa en el pequeño recuadro, pero entonces será imposible ver nada.
Esto se mitiga un poco con el buen seguimiento de la mirada que tienen las AirVision M1, el movimiento es fluido y la detección precisa, por lo que las pantallas virtuales estarán siempre en el sitio esperado. La calidad de la imagen y la nitidez es buena, lo mismo para el brillo capaz de alcanzar niveles muy altos para entornos con buena iluminación.
Se pueden usar también con un smartphone, solo tenemos que conectarlas y se proyectará la imagen fija en el centro. Aquí, al menos mientras no haya una aplicación específica de ASUS, no hay opción para manejar distintas ventanas.
Eso sí, el software de ASUS es necesario para poder aprovechar al 100% las funciones de las gafas en PC. El software requiere de un periodo de adaptación para acostumbrarse a él y el cambio entre modos es bastante lento y poco fluido. Ocurre lo mismo con el propio inicio del programa cuando conectamos las gafas. Una vez arranca o seleccionamos el modo deseado, su funcionamiento ya es fluido.
Tenemos distintos modos de funcionamiento, para trabajar, con escritorios extra, modo continuo, modos personalizados, o el modo juego con una pantalla fija. Habría que mejorar la integración entre pantallas físicas y las virtuales, ya que a veces el cambio entre ellas o el control del ratón es algo brusco y poco continuo.
Los gestos táctiles en la patilla izquierda también requieren su aprendizaje, pero una vez controlados son bastante útiles. El sonido de los altavoces incorporados es básico y tendremos que usar auriculares si queremos usarlas para jugar o ver multimedia.
Otro aspecto muy mejorable es el de los ajustes de las gafas a cada usuario. Se puede ajustar la distancia entre pupilas de manera sencilla desde el propio software de ASUS, sin embargo, no hay ajustes para otros elementos como las patillas y, al menos en mi caso, la posición óptima para poder ver la imagen nítida era con las patillas elevadas unos 2 centímetros desde la oreja. Al no haber ajuste para esto, no era una experiencia especialmente cómoda que digamos. Si dejamos las patillas apoyadas en la oreja, entonces prácticamente 3/4 tercios de la pantalla se ve desenfocada. Esto hace que sean imposibles de usar, ya que no podremos ver ningún texto ni opciones de la interfaz.
Las gafas son bastante ligeras, aunque el plástico del que están hechas tiene un aspecto bastante básico, desde luego impropio de un dispositivo que cuesta 699 euros.
De hecho, ese precio de 699 euros las colocan en una posición difícil si miramos la competencia. Modelos como las XREAL One, que hemos probado en varias ocasiones en ferias y eventos, ofrecen mejores características y funcionamiento por 150 euros menos.
ASUS incluye también unas lentes más oscuras para una mayor inmersión cuando no queramos ver lo que hay alrededor. Las lentes de serie no son 100% claras y perdemos bastante luz al usar las gafas, de hecho en interiores es dificil ver el entorno con claridad. Las lentes oscuras se fijan con un sistema magnético, aun así, andar cambiando las lentes es bastante molesto. Una solución con panel electro cromático para oscurecer y aclarar el cristal al gusto del usuario sería mucho más cómoda.
Por otro lado, se agradece la inclusión de unas lentes extraíbles para poder llevar a una óptica y que nos gradúen unos cristales en este formato. Poder graduar este tipo de dispositivos es algo imprescindible si pretenden convertirse en una herramienta de trabajo o de ocio.
Lo que pudo ser y no fue. Las ASUS AirVision M1 son un primer intento de la compañía en la búsqueda de unas gafas de realidad aumentada o realidad extendida ligeras que no requieran de grandes dispositivos como las Meta Quest o la alternativa de Apple. Son ligeras y compactas, pero todavía hay mucho que mejorar para poder convertirse en un periférico realmente práctico. Los comienzos nunca fueron fáciles, y seguro que en la segunda generación tenemos un modelo mucho más refinado.
Fin del Artículo. ¡Cuéntanos algo en los Comentarios!
